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Rafael del Barco

Desde la Vila Olípica al Fórum, pasando por Don Piso

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El nombre tenía gracia aunque fuera un refrito del DON ALGODÓN de mucho antes. Que su dueño optara al BARÇA, era lógico, la entidad pasaría de los textileros a los inmobiliarios, para acabar en “abogados”. Ante mi pesimismo, un contento conocido se incomodó cuando me contaba sus inicios en una oficina Don Piso, a la par que me proponía porcentajes en negro si le proporcionaba clientes.

Lo de “franquicia” lo entendí menos. Ya no es que fuera un resentido del mundo inmobiliario es que no entendía el concepto. Por los 70 tuve un equipo de vendedores y no me los imaginaba en torno a una oficina pagando un porcentaje por la “filosofía del negocio”. Pero lo de Fincas Corral olía peor.

La primera de las sorpresas, el marido de la titular era el delegado de la CAIXA cercana. Empecé a entender. Yo me hice “inmobiliario” a través de la pequeña Caja General de Crédito, Sociedad Cooperativa. Ahora los negocios inmobiliarios giraban en torno a las Cajas y Caixas, confederadas. Y la BURBUJA crecía, operaciones de gran calado, y buenas, de dinero, se daban en el meollo de la gran Barcelona, y cerrar ventas por 120 millones de pesetas por pisos del Ensanche que la propia CAIXA había vendido por siete u ocho millones apenas veinte años antes, era común. En el Paseo de Gracia se vendieron los áticos más caros del Mundo. Y se recreó la “venta sobre plano”. En un mercado que sobraba producto los compradores pagaban por “fantasías”. El tocomocho de nuevo de moda. Valía cualquier cantidad de anticipo, el agente cobraba su comisión, a menudo toda la “paga y señal”. El argumento de que la simple entrega crecía al 20% anual, contundente. Un mercado artificial, atípico, distorsionado, que desde La Vila Olímpica del 92, con sus inalcanzables 40 millones de pesetas por piso, pasa en 10 años a otra macro inversión, el FÓRUM, con pisos a UN MILLÓN DE EUROS. Los milagros y pelotazos de los Planes de Urbanización de La Ribera, transformando los húmedos suburbios de barracas y fábricas, Somorrostro, Camp de la Bota, El Besos, en lujosas viviendas compitiendo con Sarriá Pedralbes. Planes de Narcís Serra, Maragall y Pujol. Pisos para trabajadores con yate. La inmensa mayoría de ciudadanos ni comprendió los precios ni soñó vivir allí, y sobraron pisos, y sobran. Nadie compra a esos precios.

Y si no se vendía, el negocio consistía en presentar la “certificación de obra” y abonada en cuenta. Eso, y vender a treinta años, a gente que ni podían pagar el plazo mensual, una aberración para un ex alumno del Instituto Bancario de los 60, cuando la banca prestaba máximo a tres meses, descuento comercial bancario, pues su pasivo, dinero de los clientes, exigible a la vista. Aunque recolocaran las artificiosas hipotecas en mercados financieros que no controlaban la filosofía de tan peculiares operaciones, aquello estallaría, sin duda.

La venta de DON PISO a HABITAT un anticipo de lo que se avecinaba, y la especulación en bolsa con INMOBILIARIA COLONIAL SA, más de lo mismo pero con BILLONES de pesetas. Dos operaciones que de por si demostraban que los capitanes y oficiales de aquellos grandes transatlánticos arriaban botes sin avisar a la tripulación, ni menos pasaje, que la nave tenía una gran vía de agua y se hundía sin remedio. Como cualquier timador especialista en PIRÁMIDE sabe, cuando ya no capta dinero, debe cerrar el chiringuito, y desaparecer.

La oficina donde mi conocido se inició ha cerrado. Al final de la burbuja tenía tres pisos y un local. Los hay que tienen más de tres pisos, hipotecados claro, y solo los gastos mensuales, sin amortización, suponen una carga imposible. Un sueño roto, peor los que dan por perdido lo pagado por sus propias viviendas, soñando que un milagro, o las promesas de Zapatero, les solucione los pagos mensuales acumulados. Y antes de iniciar su carrera de reciclado a inmobiliario hasta se hizo API.

Y de vuelta de todo, recordé SOFICO, y los cientos de pequeños promotores inmobiliarios arruinados por furibundos barbudos y sus gestoras de Ayuntamientos. Aquel joven arquitecto de la Diputación (Comisión Provincial de Urbanismo) que me trató poco menos que de delincuente al pedirle la recalificación de una de mis urbanizaciones aprobada por un ayuntamiento. Un ecologista (otra nueva religión) espetándome que el bosque reconquistaría su espacio. Contestarle la barbaridad de que cuando el Mundo tuviera 30 o 40 mil millones de habitantes todo el globo terráqueo sería una gran bola de asfalto, cemento, hormigón, cristal y aluminio, rompió la inútil entrevista. El antifranquismo tras muerto Franco, un barbudo de sus funcionarios señalándome como la demoníaca expresión del Régimen. O la multipropiedad, la gran estafa sindical de la PSV, y de nuevo lo mismo multiplicado por diez, veinte o treinta… pasados treinta y cinco años, y todo igual… ayuntamientos recalificando, costa y montañas llenas de casas, con Leyes del Suelo, las Comisiones Provinciales de Urbanismo, el obligado aval bancario, el siempre presente API garantizador… la fortaleza de las nuevas inmobiliarias… todo igual… pero más grande, más nefasto… franquistas, socialistas, pujolistas… la pela… la estafa…

Desde la Vila Olípica al Fórum, pasando por Don Piso

Rafael del Barco
Redacción
martes, 12 de agosto de 2008, 23:45 h (CET)
El nombre tenía gracia aunque fuera un refrito del DON ALGODÓN de mucho antes. Que su dueño optara al BARÇA, era lógico, la entidad pasaría de los textileros a los inmobiliarios, para acabar en “abogados”. Ante mi pesimismo, un contento conocido se incomodó cuando me contaba sus inicios en una oficina Don Piso, a la par que me proponía porcentajes en negro si le proporcionaba clientes.

Lo de “franquicia” lo entendí menos. Ya no es que fuera un resentido del mundo inmobiliario es que no entendía el concepto. Por los 70 tuve un equipo de vendedores y no me los imaginaba en torno a una oficina pagando un porcentaje por la “filosofía del negocio”. Pero lo de Fincas Corral olía peor.

La primera de las sorpresas, el marido de la titular era el delegado de la CAIXA cercana. Empecé a entender. Yo me hice “inmobiliario” a través de la pequeña Caja General de Crédito, Sociedad Cooperativa. Ahora los negocios inmobiliarios giraban en torno a las Cajas y Caixas, confederadas. Y la BURBUJA crecía, operaciones de gran calado, y buenas, de dinero, se daban en el meollo de la gran Barcelona, y cerrar ventas por 120 millones de pesetas por pisos del Ensanche que la propia CAIXA había vendido por siete u ocho millones apenas veinte años antes, era común. En el Paseo de Gracia se vendieron los áticos más caros del Mundo. Y se recreó la “venta sobre plano”. En un mercado que sobraba producto los compradores pagaban por “fantasías”. El tocomocho de nuevo de moda. Valía cualquier cantidad de anticipo, el agente cobraba su comisión, a menudo toda la “paga y señal”. El argumento de que la simple entrega crecía al 20% anual, contundente. Un mercado artificial, atípico, distorsionado, que desde La Vila Olímpica del 92, con sus inalcanzables 40 millones de pesetas por piso, pasa en 10 años a otra macro inversión, el FÓRUM, con pisos a UN MILLÓN DE EUROS. Los milagros y pelotazos de los Planes de Urbanización de La Ribera, transformando los húmedos suburbios de barracas y fábricas, Somorrostro, Camp de la Bota, El Besos, en lujosas viviendas compitiendo con Sarriá Pedralbes. Planes de Narcís Serra, Maragall y Pujol. Pisos para trabajadores con yate. La inmensa mayoría de ciudadanos ni comprendió los precios ni soñó vivir allí, y sobraron pisos, y sobran. Nadie compra a esos precios.

Y si no se vendía, el negocio consistía en presentar la “certificación de obra” y abonada en cuenta. Eso, y vender a treinta años, a gente que ni podían pagar el plazo mensual, una aberración para un ex alumno del Instituto Bancario de los 60, cuando la banca prestaba máximo a tres meses, descuento comercial bancario, pues su pasivo, dinero de los clientes, exigible a la vista. Aunque recolocaran las artificiosas hipotecas en mercados financieros que no controlaban la filosofía de tan peculiares operaciones, aquello estallaría, sin duda.

La venta de DON PISO a HABITAT un anticipo de lo que se avecinaba, y la especulación en bolsa con INMOBILIARIA COLONIAL SA, más de lo mismo pero con BILLONES de pesetas. Dos operaciones que de por si demostraban que los capitanes y oficiales de aquellos grandes transatlánticos arriaban botes sin avisar a la tripulación, ni menos pasaje, que la nave tenía una gran vía de agua y se hundía sin remedio. Como cualquier timador especialista en PIRÁMIDE sabe, cuando ya no capta dinero, debe cerrar el chiringuito, y desaparecer.

La oficina donde mi conocido se inició ha cerrado. Al final de la burbuja tenía tres pisos y un local. Los hay que tienen más de tres pisos, hipotecados claro, y solo los gastos mensuales, sin amortización, suponen una carga imposible. Un sueño roto, peor los que dan por perdido lo pagado por sus propias viviendas, soñando que un milagro, o las promesas de Zapatero, les solucione los pagos mensuales acumulados. Y antes de iniciar su carrera de reciclado a inmobiliario hasta se hizo API.

Y de vuelta de todo, recordé SOFICO, y los cientos de pequeños promotores inmobiliarios arruinados por furibundos barbudos y sus gestoras de Ayuntamientos. Aquel joven arquitecto de la Diputación (Comisión Provincial de Urbanismo) que me trató poco menos que de delincuente al pedirle la recalificación de una de mis urbanizaciones aprobada por un ayuntamiento. Un ecologista (otra nueva religión) espetándome que el bosque reconquistaría su espacio. Contestarle la barbaridad de que cuando el Mundo tuviera 30 o 40 mil millones de habitantes todo el globo terráqueo sería una gran bola de asfalto, cemento, hormigón, cristal y aluminio, rompió la inútil entrevista. El antifranquismo tras muerto Franco, un barbudo de sus funcionarios señalándome como la demoníaca expresión del Régimen. O la multipropiedad, la gran estafa sindical de la PSV, y de nuevo lo mismo multiplicado por diez, veinte o treinta… pasados treinta y cinco años, y todo igual… ayuntamientos recalificando, costa y montañas llenas de casas, con Leyes del Suelo, las Comisiones Provinciales de Urbanismo, el obligado aval bancario, el siempre presente API garantizador… la fortaleza de las nuevas inmobiliarias… todo igual… pero más grande, más nefasto… franquistas, socialistas, pujolistas… la pela… la estafa…

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Al fin, el sistema educativo (aunque fundamentalmente lo es, o habría de serlo, de enseñanza-aprendizaje) está dentro de una dinámica social y en su transcurrir diario forja futuros ciudadanos con base en unos valores imperantes de los que es complicado sustraerse. Desde el XIX hasta nuestros días dichos valores han estado muy influenciados por la evolución de la ética económico-laboral, a la que Jorge Dioni López se refería afinadamente en un artículo.

Acaba de fallecer Joe Lieberman, con 82 años, senador estadounidense por Connecticut durante cuatro mandatos antes de ser compañero de Al Gore en el año 2000. Desde que se retiró en 2013 retomó su desempeño en la abogacía en American Enterprise Institute y se encontraba estrechamente vinculado al grupo político No Label (https://www.nolabels.org/ ) y que se ha destacado por impulsar políticas independientes y centristas.

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

 
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