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Xabier López de Armentia

La historia se acaba

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Con la puesta en libertad de Iñaki De Juana se cierra un ciclo. Un ciclo absurdo y atroz, en el que nos dimos cuenta, y aquellos que confesaban su fe en la justicia también se dieron cuenta, hasta donde pueden llegar las ansias de venganza del ser humano.

Por empezar por alguna parte, decir que el caso “De Juana” daría para escribir un libro y llenar las portadas de los rotativos estatales, como bien hemos podido comprobar los últimos 3 años. De Juana se ha convertido en un producto barato a la vez que sofisticado que ha generado y genera miles de millones tan sólo con mencionarlo. A su caso, han nacido especialistas de todos los colores y tamaños que se erigían con la formula mágica para solucionar el epicentro problemático de la justicia española. Especialistas que han rozado muchas veces pensamientos y argumentos jurídicos más propios de una dictadura o de un fascismo naturalizado en pleno Siglo XXI. Aunque lo realmente importante, no es el hecho de expulsar por la boca lindezas tales como, “hay que matarlo”, sino el hecho de que las mismas se naturalicen en nuestra sociedad.

Iñaki De Juana cometió diversos atentados, llevándose por delante la vida de muchas personas, y la “justicia” le juzgó condenándole a 3.129 años de prisión. Una cantidad que más bien me suena a circo mediático y barato auspiciado por la opinión publica, porque ya me dirán ustedes si una persona puede llegar a vivir tantos años. Pero dicha sea la verdad en todos los rincones, nos encanta inflar las cantidades hasta limites irreales e insospechados, evocando el poder que tenemos, o creemos tener en nuestras manos. El ser humano es capaz de lo mejor, pero también de lo peor y más absurdo.

El Sr. De Juana, fue juzgado de acuerdo al Código Penal vigente por aquel entonces, que recuerdo era el franquista (1973), en el que se imponían directamente unas reducciones a la condena sobre un máximo de permanencia en la prisión. De esta manera, nos encontramos que tras cumplir 18 años en prisión, el 25 de Octubre de 2004 Iñaki De Juana Chaos debía estar en libertad, pero la correosa maquinaria de la “justicia” española alzó las manos y como un predecible mago, se sacó de su chistera una nueva imputación. Iñaki De Juana fue condenado nuevamente por la realización de 2 artículos de opinión publicados en Gara (titulados “Gallizo” y “El escudo”). Este predecible mago tiene nombre y apellidos, el por aquel entonces Ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, con su celebre frase “...Construiremos nuevas imputaciones si es preciso”. Esta frase ya denota por si sola el limite de lo que considera por Justicia el PSOE. ¿Acaso hay limite?.

Después de huelgas de hambre, periodos en los que su muerte estaba más cerca que su propia vida, y miles de declaraciones cruzadas entre partidos políticos disputándose el antes mencionado pastel mediático, llegó la calma. Y como vil ejemplo del corto recorrido que tienen algunos discursos recalcitrantes, De Juana desapareció tan rápido como apareció en el mundo de las informaciones opinadas u opiniones desinformadas.

De Juana se convirtió por momentos en un Gran Hermano, televisado a todas horas, con horarios para los más pequeños y para los más mayores, para los madrugadores y los trasnochados, para los infelices y los felices de la vida. Todos asistimos a su deterioro físico, hasta rozar la delgada línea que separa la vida de la muerte, pero lo curioso es que todos asistimos también a su muerte mediática. O, ¿Tal vez no?.

Mi asombro se basa una vez más, en la resucitación, al más puro estilo cristiano, de la figura de Iñaki De Juana, cuando su libertad es más que inminente. A día de hoy, Iñaki De Juana, se encuentra en libertad, posiblemente en su casa disfrutando de lo que durante años ha estado privado, por los delitos imputados. Confiaba mi persona en haber asistido a su muerte mediática el año pasado, y dejar a esa persona tranquila cumpliendo sus obligaciones como un ciudadano más.

Entiendo la frustración de muchas familias, colectivos y partidos políticos que ven como Iñaki De Juana esta en libertad después de haber cometido graves delitos y ser condenado a más de 3.000 años de prisión, pero yo les digo, ¿Ustedes tienen voz, verdad?. Ustedes votan cada cuatro años, como mínimo ejercicio posible de su libertad y democracia. Llenen sus cuadernos de propuestas de reforma sobre las condenas impuestas, sobre la reforma del Código Penal. Lo que no pueden hacer, políticos incluidos, es quejarse de las leyes que ustedes mismos se dotaron. Iñaki De Juana, pasa a ser desde hoy como un ciudadano más, como usted y como yo. Con los mismos derechos y obligaciones que ambos.

Para terminar, ¿Qué es eso de que Iñaki De Juana no puede vivir en su ciudad?. “porque hay victimas de E.T.A., a su alrededor”, me contestó un buen hombre hace un par de días en una taberna, Patxaran en mano. Buena respuesta le dije, añadiendo, que vayan sacando entonces de Madrid, Valladolid, Burgos, Galicia, etc... a todos los franquistas que todavía quedan, aquellos que acabaron con las vidas de miles de republicanos durante la Guerra Civil y el franquismo. ¿Por qué de esto no habla nadie?. Aún así, pienso que este proceder no es la solución, ni la mas lejana, ni la mas cercana.

Vivimos en un mundo en el que la convivencia entre diferentes es nuestro sino. Víctimas o verdugos, debemos convivir todos juntos.

La historia se acaba

Xabier López de Armentia
Lectores
lunes, 4 de agosto de 2008, 23:11 h (CET)
Con la puesta en libertad de Iñaki De Juana se cierra un ciclo. Un ciclo absurdo y atroz, en el que nos dimos cuenta, y aquellos que confesaban su fe en la justicia también se dieron cuenta, hasta donde pueden llegar las ansias de venganza del ser humano.

Por empezar por alguna parte, decir que el caso “De Juana” daría para escribir un libro y llenar las portadas de los rotativos estatales, como bien hemos podido comprobar los últimos 3 años. De Juana se ha convertido en un producto barato a la vez que sofisticado que ha generado y genera miles de millones tan sólo con mencionarlo. A su caso, han nacido especialistas de todos los colores y tamaños que se erigían con la formula mágica para solucionar el epicentro problemático de la justicia española. Especialistas que han rozado muchas veces pensamientos y argumentos jurídicos más propios de una dictadura o de un fascismo naturalizado en pleno Siglo XXI. Aunque lo realmente importante, no es el hecho de expulsar por la boca lindezas tales como, “hay que matarlo”, sino el hecho de que las mismas se naturalicen en nuestra sociedad.

Iñaki De Juana cometió diversos atentados, llevándose por delante la vida de muchas personas, y la “justicia” le juzgó condenándole a 3.129 años de prisión. Una cantidad que más bien me suena a circo mediático y barato auspiciado por la opinión publica, porque ya me dirán ustedes si una persona puede llegar a vivir tantos años. Pero dicha sea la verdad en todos los rincones, nos encanta inflar las cantidades hasta limites irreales e insospechados, evocando el poder que tenemos, o creemos tener en nuestras manos. El ser humano es capaz de lo mejor, pero también de lo peor y más absurdo.

El Sr. De Juana, fue juzgado de acuerdo al Código Penal vigente por aquel entonces, que recuerdo era el franquista (1973), en el que se imponían directamente unas reducciones a la condena sobre un máximo de permanencia en la prisión. De esta manera, nos encontramos que tras cumplir 18 años en prisión, el 25 de Octubre de 2004 Iñaki De Juana Chaos debía estar en libertad, pero la correosa maquinaria de la “justicia” española alzó las manos y como un predecible mago, se sacó de su chistera una nueva imputación. Iñaki De Juana fue condenado nuevamente por la realización de 2 artículos de opinión publicados en Gara (titulados “Gallizo” y “El escudo”). Este predecible mago tiene nombre y apellidos, el por aquel entonces Ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, con su celebre frase “...Construiremos nuevas imputaciones si es preciso”. Esta frase ya denota por si sola el limite de lo que considera por Justicia el PSOE. ¿Acaso hay limite?.

Después de huelgas de hambre, periodos en los que su muerte estaba más cerca que su propia vida, y miles de declaraciones cruzadas entre partidos políticos disputándose el antes mencionado pastel mediático, llegó la calma. Y como vil ejemplo del corto recorrido que tienen algunos discursos recalcitrantes, De Juana desapareció tan rápido como apareció en el mundo de las informaciones opinadas u opiniones desinformadas.

De Juana se convirtió por momentos en un Gran Hermano, televisado a todas horas, con horarios para los más pequeños y para los más mayores, para los madrugadores y los trasnochados, para los infelices y los felices de la vida. Todos asistimos a su deterioro físico, hasta rozar la delgada línea que separa la vida de la muerte, pero lo curioso es que todos asistimos también a su muerte mediática. O, ¿Tal vez no?.

Mi asombro se basa una vez más, en la resucitación, al más puro estilo cristiano, de la figura de Iñaki De Juana, cuando su libertad es más que inminente. A día de hoy, Iñaki De Juana, se encuentra en libertad, posiblemente en su casa disfrutando de lo que durante años ha estado privado, por los delitos imputados. Confiaba mi persona en haber asistido a su muerte mediática el año pasado, y dejar a esa persona tranquila cumpliendo sus obligaciones como un ciudadano más.

Entiendo la frustración de muchas familias, colectivos y partidos políticos que ven como Iñaki De Juana esta en libertad después de haber cometido graves delitos y ser condenado a más de 3.000 años de prisión, pero yo les digo, ¿Ustedes tienen voz, verdad?. Ustedes votan cada cuatro años, como mínimo ejercicio posible de su libertad y democracia. Llenen sus cuadernos de propuestas de reforma sobre las condenas impuestas, sobre la reforma del Código Penal. Lo que no pueden hacer, políticos incluidos, es quejarse de las leyes que ustedes mismos se dotaron. Iñaki De Juana, pasa a ser desde hoy como un ciudadano más, como usted y como yo. Con los mismos derechos y obligaciones que ambos.

Para terminar, ¿Qué es eso de que Iñaki De Juana no puede vivir en su ciudad?. “porque hay victimas de E.T.A., a su alrededor”, me contestó un buen hombre hace un par de días en una taberna, Patxaran en mano. Buena respuesta le dije, añadiendo, que vayan sacando entonces de Madrid, Valladolid, Burgos, Galicia, etc... a todos los franquistas que todavía quedan, aquellos que acabaron con las vidas de miles de republicanos durante la Guerra Civil y el franquismo. ¿Por qué de esto no habla nadie?. Aún así, pienso que este proceder no es la solución, ni la mas lejana, ni la mas cercana.

Vivimos en un mundo en el que la convivencia entre diferentes es nuestro sino. Víctimas o verdugos, debemos convivir todos juntos.

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