Comienzo este artículo justo después de enterarme de que Josep Blatter, presidente de la FIFA, obligará al FC Barcelona a ceder a Messi a la selección argentina para la disputa de los Juegos. Atrás queda la negativa del Real Madrid a que Robinho asista a dicho campeonato. Por otro lado, Diego, centrocampista brasileño del Werder Bremen, huye de la concentración de su equipo para presentarse con el combinado de Dunga en Pekín.
Y no son los primeros en sufrir la negativa de sus clubes. Heinze no asistirá a las Olimpiadas bajo petición expresa del conjunto blanco, tras la lesión de Cannavaro antes de la Eurocopa. Por lo que un nuevo conflicto entre clubes y selecciones, pero ahora la FIFA ha metido la mano en el asunto, y sin querer han provocado un cisma, que bien podrían haber evitado. El calendario futbolístico no permite a los jugadores participar en unos Juegos Olímpicos, por la sencilla razón de que los clubes que pagan sus millonarias fichas, tienen competiciones en juego, con parte de la temporada en función de esos encuentros, como es el caso del Barcelona con la eliminatoria previa de la Champions.
Desde antaño, los organismos futbolísticos y la organización de los Juegos, se han mirado con mutuo recelo, y se han abandonado la una a la otra. Desde hace unas décadas, el fútbol ha vuelto a recobrar su importancia dentro de unas Olimpiadas, pero sigue quedando el hándicap del calendario futbolístico, que no incluye la previsión de tal acontecimiento, como si ocurre con un Mundial, una Eurocopa, o la futura Copa Confederaciones.
En definitiva, Blatter es quien más debe callar, puesto que si el calendario futbolístico no ofrece la posibilidad a estos jugadores seleccionables de acudir con su país a un torneo de tal envergadura, porque su ausencia perjudica al equipo que cuenta con sus servicios, no puede entrar en un debate como este. Una vez más se demuestra la megalomanía de la FIFA, que sigue dando palos de ciego en busca de un calendario único, pero la Copa de África y los Juegos, siguen sin encontrar su lugar en este mundo de Blatter, Villar y compañía…