Hace una semana Martinsa-Fadesa, la inmobiliaria española más importante, protagonizó la mayor suspensión de pagos de una empresa española al tener una deuda de 5.201 millones de euros. A pesar de ello y de la preocupación de las 12.500 familias que han comprado un piso y están pendientes de su entrega, la inmobiliaria ha asegurado que acabará y entregará las viviendas comprometidas.
La situación actual en el panorama inmobiliario se esperaba en los últimos años. La crisis ha llegado a la casi totalidad de los sectores incluyendo el sector del automóvil, que ha visto como han disminuido sus ventas en un 17,6% en el primer semestre del año, la mayor caída desde 1993. Quizás, motivos económicos al margen, la sociedad y especialmente los jóvenes se han dado cuenta que para habitar no es imprescindible comprar, ni para conducir y desplazarse es necesario un coche nuevo.
Pero la crisis, al contrario de lo que algunos piensan, no sólo está instalada en nuestro país. Hace una semana un empresario italiano, que necesitaba urgentemente liquidez para pagar las deudas de su empresa, decidió sacar a subasta en Internet un riñón y su pulmón.
Quizás a Fernando Martín, presidente de Martinsa-Fadesa, no le haga falta llegar tan lejos a pesar de la gravedad del asunto. Hay que tener en cuenta que en España hasta el más tonto hace relojes, y ahora que se aproxima una nueva edición del ¿concurso? Gran Hermano, podría probar suerte en nuestra televisión de pandereta, quitarse el traje y la corbata para enfundarse el albornoz y pelearse con sus compañeros por un cigarrillo o trozo de pan, en directo y ante las cámaras. Si no tuviera suerte en el casting, debería intentarlo en el programa de Supervivientes. Aunque en éste le auguro menos futuro, por aquello de hacerle pasar hambre a un hombre que está acostumbrado a comer en los mejores restaurantes.
Puede parecer una locura, pero podría ser todo un ejemplo de adónde puede llevar la ambición en exceso. Además, tendría garantizada una elaborada ruta por todos los programas de la cadena. ¿Se imaginan a Ana Rosa Quintana preguntando a Fernando Martín porqué no colaboraba con las tareas de la casa o a Alessandro Lecquio comentando que hizo ‘edredoning’ con la muchacha de turno? Poca broma, que Alfredo Urdaci era jefe de los informativos de TVE y acabó haciendo monólogos de humor en LaSexta y ahora es un fijo en la mesa de ‘La Noria’, cuyos debates suelen ser profundos y de lo más trascendentales.
Estoy convencido que entre programa y programa –y si además acaba ganando el ¿concurso?- conseguiría recaudar el dinero suficiente para acabar y entregar los pisos a las 12.500 familias que siguen pagando religiosamente su hipoteca cada mes, por un piso que no tienen y a riesgo de ser embargadas en caso de no pagar.
De cualquier forma siempre le quedaría una última y no menos glamorosa opción: ser portada de la revista Interviú. Sí, lo sé, es un lugar reservado para las ¿más atractivas? chicas de la actualidad social… pero estoy seguro de que, a modo solidario, harían una excepción. Yo la compraría. Todo sea por ayudar.