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Jorge García

Que España vaya de verde

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No tenemos un palmarés extenso ni una plantilla destacable. No sabemos competir ni nos acompaña la suerte. Nuestra defensa es de todo menos segura y el seleccionador no goza del crédito deseado. Nuestro rival en cuartos, de llegar a ellos, será de los peores del torneo, además de luchar contra el tópico y la tradición de esa eliminatoria. Sabiendo todo esto, e ignorando muchos detalles negativos más para mantener nuestra autoestima futbolística en unos mínimos aceptables, sólo nos queda, tristemente, un arma: la esperanza.

Por eso, propongo que España juegue de verde. Para invocar ese sentimiento que existe en todos los corazones españoles, que brota con fuerza cada vez que imaginan a los nuestros gritando que son los mejores del continente. Además, es lo último que se pierde, por lo que ni lesiones ni derrotas nos la podrán quitar hasta que los de Luis vengan a ver el desenlace del torneo con nosotros, desde la tele. ¿Podemos? Yo creo que sí.

A día de hoy, las posibilidades de que España gane la Eurocopa son las mismas que las que tienen Alemania, Italia o Austria. Nuestra defensa es lenta y débil, pero el portero de detrás es el mejor del mundo. El centro del campo no tiene variantes ni bandas, pero es el mejor de todo el torneo. La calidad, la visión y el toque nos sobra, incluso puede ser excesivo. Y el medio campo es lo más importante en el fútbol actual. Arriba, Torres ha sido la sensación de la Premier y Villa sigue siendo de los mejores de España. Aunque no haya equipo, sí hay jugadores.

No olvidemos que lo que se juega es una Eurocopa. Nuestro grupo es asequible, y en un partido se puede ganar a cualquiera. El torneo está lejos de la complejidad de un mundial, con más partidos, destinos lejanos, parones interminables y presiones infinitas. Con seis partidos eres campeón. Así, la superioridad de unos es inferior y las opciones del resto aumentan. Además, esta vez ya no se escucha la palabra “favorito”, que tanto daño hizo en Alemania 2006. Ahora sólo somos España, con buen equipo, sin nada que perder y con la expectación medida minuciosamente por millones de aficionados que verán al equipo con más incertidumbre que tranquilidad.

Que España juegue de verde. Que muestre la esperanza de los que creen en el equipo, en la superación de las adversidades, en el trabajo constante, la experiencia de Luis, la calidad de Iniesta, la seguridad de Iker, la apuesta por el fútbol control, el respeto por la pelota, la defensa con balón, la alineación de los mejores y las ganas de vencer. Que devuelva la confianza de los que amamos la derrota bonita y desechan la victoria triste. Puedo ser iluso, soñador o inconsciente, pero mantengo la esperanza de que España gane esta Eurocopa.

Que España vaya de verde

Jorge García
Jorge García
sábado, 7 de junio de 2008, 23:21 h (CET)
No tenemos un palmarés extenso ni una plantilla destacable. No sabemos competir ni nos acompaña la suerte. Nuestra defensa es de todo menos segura y el seleccionador no goza del crédito deseado. Nuestro rival en cuartos, de llegar a ellos, será de los peores del torneo, además de luchar contra el tópico y la tradición de esa eliminatoria. Sabiendo todo esto, e ignorando muchos detalles negativos más para mantener nuestra autoestima futbolística en unos mínimos aceptables, sólo nos queda, tristemente, un arma: la esperanza.

Por eso, propongo que España juegue de verde. Para invocar ese sentimiento que existe en todos los corazones españoles, que brota con fuerza cada vez que imaginan a los nuestros gritando que son los mejores del continente. Además, es lo último que se pierde, por lo que ni lesiones ni derrotas nos la podrán quitar hasta que los de Luis vengan a ver el desenlace del torneo con nosotros, desde la tele. ¿Podemos? Yo creo que sí.

A día de hoy, las posibilidades de que España gane la Eurocopa son las mismas que las que tienen Alemania, Italia o Austria. Nuestra defensa es lenta y débil, pero el portero de detrás es el mejor del mundo. El centro del campo no tiene variantes ni bandas, pero es el mejor de todo el torneo. La calidad, la visión y el toque nos sobra, incluso puede ser excesivo. Y el medio campo es lo más importante en el fútbol actual. Arriba, Torres ha sido la sensación de la Premier y Villa sigue siendo de los mejores de España. Aunque no haya equipo, sí hay jugadores.

No olvidemos que lo que se juega es una Eurocopa. Nuestro grupo es asequible, y en un partido se puede ganar a cualquiera. El torneo está lejos de la complejidad de un mundial, con más partidos, destinos lejanos, parones interminables y presiones infinitas. Con seis partidos eres campeón. Así, la superioridad de unos es inferior y las opciones del resto aumentan. Además, esta vez ya no se escucha la palabra “favorito”, que tanto daño hizo en Alemania 2006. Ahora sólo somos España, con buen equipo, sin nada que perder y con la expectación medida minuciosamente por millones de aficionados que verán al equipo con más incertidumbre que tranquilidad.

Que España juegue de verde. Que muestre la esperanza de los que creen en el equipo, en la superación de las adversidades, en el trabajo constante, la experiencia de Luis, la calidad de Iniesta, la seguridad de Iker, la apuesta por el fútbol control, el respeto por la pelota, la defensa con balón, la alineación de los mejores y las ganas de vencer. Que devuelva la confianza de los que amamos la derrota bonita y desechan la victoria triste. Puedo ser iluso, soñador o inconsciente, pero mantengo la esperanza de que España gane esta Eurocopa.

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