La noche del domingo 1 de junio de 2008 será recordada en Barcelona por haber sido una velada de rock´n´roll en estado puro: En el Estadio Olímpico de Montjuïc actuaba Jon Bon Jovi. En mi opinión, sólo una docena de grupos en la actualidad son capaces de llenar un estadio como este en cualquier parte del mundo, y la banda norteamericana colmó casi hasta la bandera el coliseo barcelonés.
Bon Jovi sobre el escenario.
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Bon jovi ya es un veterano del rock, mucho mas allá de encasillamientos en determinados estilos, como el heavy. El rubiales es todo un rockero, con la friolera de más de 20 años de carrera a sus espaldas.
Por los de New Jersey parece no pasar el tiempo, sólo los peinados. Con una imagen siempre contemporánea, pero sin dejar de lado la estética propia de los rockeros de los 80, el grupo hizo un repaso de su extensa carrera, alternando sus grandes éxitos con los temas de su nuevo disco, “Lost highway”, cuyo tema principal abrió el concierto puntual con la hora que marcaba el programa.
El estadio empezó a dar saltos con el tercer tema, “Bad night”, y ya no paró la fiebre durante las dos horas y media que duro el espectáculo.
Los solos de guitarra de Richie Sambora, ataviado con una chupa de piel de serpiente y una chistera al más puro estilo rockero, fueron magistrales. Y la batería de Tico Torres, atronadora e incansable. Todo aderezado por los melódicos teclados de David Bryan acompañando al inconfundible chorro de voz de Jon Bon Jovi.
Hubo todo lo que es de esperar en un gran espectáculo de rock. Se lució el guitarra Richie Sambora cantando en solitario la balada “I´ll be there for you”, como suele hacer Keith Richards en los conciertos de los Stones. El público le puso los coros a “Livin´ on a prayer” y el respetable sacó los mecheros en la balada “Bed of roses” que, por cierto, cantó haciendo la introducción con la canción de Elvis “Falling in love”.
Personalmente, lo que más me gustó fue cómo la gente se sabía uno de los temas más auténticos y personales de la banda, como “Wanted dead or alive”, y lo demostró cantando los primeros versos sobre la música, sin necesidad de ser guiados por el cantante, que se metió en el tema después del estribillo, dejando el comienzo de la canción al público.
En cuanto a la parte técnica, digna de las grandes producciones: juegos de luces, pantallas gigantes y efectos personalizados para ciertas canciones. Como por ejemplo en “Blaze of glory”, tema al más puro estilo western y canción principal de la banda sonora de la película “Arma joven” que fue acompañada con imágenes del cañón del colorado en las pantallas gigantes.
En el estadio se podían ver adolescentes entremezclados con las canas de los viejos rockeros, lo que da que pensar si será cierto eso de que el rock está muerto... Seguramente por culpa a la industria discográfica está enfermo, pero gracias a grupos de la solera y de la calidad de Bon Jovi aún respira.
Larga vida al Rock´n´Roll.