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Paco Milla

Manual de instrucciones para tratar con funcionarios

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Hallome en situación de examinado, ya que Graciela Litvak, mi profesora en un taller literario de tres días, nos pide un ejercicio que me dispongo a “ejecutar” por aquello de la puntuación, aunque si les confieso la verdad, a mis ochenta y tantos, lo de la puntuación…

Pero, díganme una cosa…¿alguna vez asistieron a un curso, taller, master, chateo en el bar, invitación al parlamento, visita al acuario, al botánico, stage de tai chi, reunión de venta de “taperware” de juguetes eróticos o sesión de yoga, en el que no aprendieran mucho, regular o… algo? Es imposible no aprender nada, cuando se tienen ganas de aprenderlo todo. Pues a ello o …¡a ello pues!

En el momento en el que usted haya de enfrentarse a un funcionario/a de ventanilla, ( nadie morirá, sin antes haber pasado este tramite) ha de tener en cuenta una serie de instrucciones, de enorme importancia. A saber:

-Cuando haciendo la obligada cola, divise la cara del verdugo que le ajusticiará en aproximadamente una hora, intente identificar, si pertenece a la especie de los ya domesticados por sus compañeros y por tanto ralentizados y convencidos de que “me engañaran en el sueldo, pero no en el trabajo” o por el contrario hace poco que debutó y por tanto, hará lo posible por resolver su problema. (Poco probable).

- Sonríale amablemente y deséele buenos días, con la completa seguridad, de que ni su sonrisa ni su amabilidad, serán correspondidos y si mira en su mesa, verá que hay un calendario en el que dice: “hoy tengo un día tranquilo, verás como aparece algún ciudadano sabedor de sus derechos y me lo jode”.

- Cuando le exponga su problema, usted debe pensar firmemente y convencerse a si mismo, de que el funcionario, le está escuchando atentamente y que su cerebro en ese momento, no está centrifugando, sobre si su seguro del coche sería mas barato en Linea Directa o en Mapfre, que te directa la línea.

- No se altere en absoluto, si se levanta, le ignora y exclama a su compañera inmediata: Maripili, son las once , me voy al Carrefour, vuelvo antes de la una y cuarto. Simplemente…¡asúmalo!

- Jamás le diga la famosa frase : “es que vengo a informarme de…” porque su respuesta será: ¡a aprender a la biblioteca!!

- Tampoco pronuncie: ¡es que me habéis enviado esto y no se de que va! porque le responderá: “no me diga que en su comunidad de vecinos, no hay alguien con estudios, que se lo pueda explicar…porque es que aquí…¡estamos trabajando, oiga!

- Nunca sea tan obsceno, como para intentar preguntarle al digno funcionario, el porque de una multa, de la que usted es el infractor, porque su tractor amarillo, fue pillado por el radar de turno a 220 km por hora , porque con todo derecho, él le podrá decir: “pues igual es que esta trucado!. Aquí en la denuncia del agente, dice que un Jon Dyr, le levantó el tricornio al pasar y la foto es una línea amarilla continua, o sea, que usted iba a toda hostia”.

Pero que Jon Dyr ni que leches, si mi tractor es Jhon Dehere, a ver si va a resultar que es el de mi vecino Jeremias, que le puso el carburador de un antiguo coche de Fernando Alonso…Y el, le contestará: ah, yo soy un “mandao” oiga… coja el impreso 1345 y haga la oportuna reclamación, que a mi no me pagan por aguantar a pilotos frustrados y seniles.

-Si el funcionario de marras le pone un cartel en el morro, después de hora y media de espera que dice: ¡voy a tomar café”, tenga usted la suficiente sensibilidad, como para seguirle e invitarle, (aunque eso si, sin molestarle) en la lectura lenta y pausada del periódico, porque realmente, esa persona se está culturizando con dicho hecho. ¿Acaso es usted tan animal, que no entiende que ese funcionario ha de formarse ética-política-cultural, deportiva- horoscopica y “vagamente” todos y cada uno de sus días cotizables? Hombre, por dios, seamos civilizados.

- Jamás, pero jamás, jamás, se le ocurra tratar de usted a alguien de ventanilla, aunque parezca poco respetuoso, porque imagínese, que tiene que decirle confidencialmente: “su compañero, se va a su casa a eso de las once, se acuesta con su mujer y se limpia los zapatos con su cortina y el dirá…¿y a mi que me importa? Con lo cual usted tendrá que preguntar: ¿le puedo tutear? Y si acaso el interesado le responde que si, usted se encontrará en el apuro de espetar: “que tu compañero se va a tu casa a eso de las once, se acuesta con tu mujer y se limpia los zapatos en tu cortina”. Oiga, que mal trago. Sea usted irrespetuosamente respetuoso y tutéele ya de entrada.

- Ni se le ocurra sacar a colación la hora de entrada y/o salida del trabajo, porque “el libre albedrío” es un don de genios y no hay mas que hablar, coño.

Le dirán: ¿quién es usted, inútil sin estudios o con ellos para enjuiciar?…(a no ser que sea magistrado) Aquí lo que cuenta es haber hecho las oposiciones y haber sido enchufad…(coño, perdón) … haber sido aprobado, para la justa, sana y sabia práctica del funcionariado, que es la única función, que funcionalmente, peor funciona, en este país tan funcional. He dicho.

(Ante tal alocución usted, no tendrá mas remedio que callar y aplicarse vaselina y eso le pasa por ser tan exigente. Y es que ¿a quien se le ocurre? ¿Acaso no vamos a aprender nunca? ¡Ay, pais,pais! A ver si aprendemos a ser respetuosos, con quienes intentan hacernos comunitarios y galácticos, esforzándose, trabajando y sudando la camiseta ¿ como? pues como Rambo…¡dia a dia!

“Mi general, no siento las piernas” –claro Rambo, claro- eso es porque trabajas demasiado. Jamás debiste hacerte funcionario, Jhon.

¿Soy Jhon Deere?

Que no joder, tu eres Jhon Rambo, el Jhon Deere, era el del tractor amarillo.

Joer que lio, mi general. Si no fuera funcionario… dimitiría.

P.D. Ruego a mis amigas/os, que ejercen la dura tarea de la atención diaria al sufrido y cabreado ciudadano, sepan perdonarme y tomarse con humor estas líneas. Riámonos de todo y sobreviviremos.- Coño, me gusta esta frase ¿la habré inventado?

Manual de instrucciones para tratar con funcionarios

Paco Milla
Paco Milla
domingo, 11 de mayo de 2008, 09:33 h (CET)
Hallome en situación de examinado, ya que Graciela Litvak, mi profesora en un taller literario de tres días, nos pide un ejercicio que me dispongo a “ejecutar” por aquello de la puntuación, aunque si les confieso la verdad, a mis ochenta y tantos, lo de la puntuación…

Pero, díganme una cosa…¿alguna vez asistieron a un curso, taller, master, chateo en el bar, invitación al parlamento, visita al acuario, al botánico, stage de tai chi, reunión de venta de “taperware” de juguetes eróticos o sesión de yoga, en el que no aprendieran mucho, regular o… algo? Es imposible no aprender nada, cuando se tienen ganas de aprenderlo todo. Pues a ello o …¡a ello pues!

En el momento en el que usted haya de enfrentarse a un funcionario/a de ventanilla, ( nadie morirá, sin antes haber pasado este tramite) ha de tener en cuenta una serie de instrucciones, de enorme importancia. A saber:

-Cuando haciendo la obligada cola, divise la cara del verdugo que le ajusticiará en aproximadamente una hora, intente identificar, si pertenece a la especie de los ya domesticados por sus compañeros y por tanto ralentizados y convencidos de que “me engañaran en el sueldo, pero no en el trabajo” o por el contrario hace poco que debutó y por tanto, hará lo posible por resolver su problema. (Poco probable).

- Sonríale amablemente y deséele buenos días, con la completa seguridad, de que ni su sonrisa ni su amabilidad, serán correspondidos y si mira en su mesa, verá que hay un calendario en el que dice: “hoy tengo un día tranquilo, verás como aparece algún ciudadano sabedor de sus derechos y me lo jode”.

- Cuando le exponga su problema, usted debe pensar firmemente y convencerse a si mismo, de que el funcionario, le está escuchando atentamente y que su cerebro en ese momento, no está centrifugando, sobre si su seguro del coche sería mas barato en Linea Directa o en Mapfre, que te directa la línea.

- No se altere en absoluto, si se levanta, le ignora y exclama a su compañera inmediata: Maripili, son las once , me voy al Carrefour, vuelvo antes de la una y cuarto. Simplemente…¡asúmalo!

- Jamás le diga la famosa frase : “es que vengo a informarme de…” porque su respuesta será: ¡a aprender a la biblioteca!!

- Tampoco pronuncie: ¡es que me habéis enviado esto y no se de que va! porque le responderá: “no me diga que en su comunidad de vecinos, no hay alguien con estudios, que se lo pueda explicar…porque es que aquí…¡estamos trabajando, oiga!

- Nunca sea tan obsceno, como para intentar preguntarle al digno funcionario, el porque de una multa, de la que usted es el infractor, porque su tractor amarillo, fue pillado por el radar de turno a 220 km por hora , porque con todo derecho, él le podrá decir: “pues igual es que esta trucado!. Aquí en la denuncia del agente, dice que un Jon Dyr, le levantó el tricornio al pasar y la foto es una línea amarilla continua, o sea, que usted iba a toda hostia”.

Pero que Jon Dyr ni que leches, si mi tractor es Jhon Dehere, a ver si va a resultar que es el de mi vecino Jeremias, que le puso el carburador de un antiguo coche de Fernando Alonso…Y el, le contestará: ah, yo soy un “mandao” oiga… coja el impreso 1345 y haga la oportuna reclamación, que a mi no me pagan por aguantar a pilotos frustrados y seniles.

-Si el funcionario de marras le pone un cartel en el morro, después de hora y media de espera que dice: ¡voy a tomar café”, tenga usted la suficiente sensibilidad, como para seguirle e invitarle, (aunque eso si, sin molestarle) en la lectura lenta y pausada del periódico, porque realmente, esa persona se está culturizando con dicho hecho. ¿Acaso es usted tan animal, que no entiende que ese funcionario ha de formarse ética-política-cultural, deportiva- horoscopica y “vagamente” todos y cada uno de sus días cotizables? Hombre, por dios, seamos civilizados.

- Jamás, pero jamás, jamás, se le ocurra tratar de usted a alguien de ventanilla, aunque parezca poco respetuoso, porque imagínese, que tiene que decirle confidencialmente: “su compañero, se va a su casa a eso de las once, se acuesta con su mujer y se limpia los zapatos con su cortina y el dirá…¿y a mi que me importa? Con lo cual usted tendrá que preguntar: ¿le puedo tutear? Y si acaso el interesado le responde que si, usted se encontrará en el apuro de espetar: “que tu compañero se va a tu casa a eso de las once, se acuesta con tu mujer y se limpia los zapatos en tu cortina”. Oiga, que mal trago. Sea usted irrespetuosamente respetuoso y tutéele ya de entrada.

- Ni se le ocurra sacar a colación la hora de entrada y/o salida del trabajo, porque “el libre albedrío” es un don de genios y no hay mas que hablar, coño.

Le dirán: ¿quién es usted, inútil sin estudios o con ellos para enjuiciar?…(a no ser que sea magistrado) Aquí lo que cuenta es haber hecho las oposiciones y haber sido enchufad…(coño, perdón) … haber sido aprobado, para la justa, sana y sabia práctica del funcionariado, que es la única función, que funcionalmente, peor funciona, en este país tan funcional. He dicho.

(Ante tal alocución usted, no tendrá mas remedio que callar y aplicarse vaselina y eso le pasa por ser tan exigente. Y es que ¿a quien se le ocurre? ¿Acaso no vamos a aprender nunca? ¡Ay, pais,pais! A ver si aprendemos a ser respetuosos, con quienes intentan hacernos comunitarios y galácticos, esforzándose, trabajando y sudando la camiseta ¿ como? pues como Rambo…¡dia a dia!

“Mi general, no siento las piernas” –claro Rambo, claro- eso es porque trabajas demasiado. Jamás debiste hacerte funcionario, Jhon.

¿Soy Jhon Deere?

Que no joder, tu eres Jhon Rambo, el Jhon Deere, era el del tractor amarillo.

Joer que lio, mi general. Si no fuera funcionario… dimitiría.

P.D. Ruego a mis amigas/os, que ejercen la dura tarea de la atención diaria al sufrido y cabreado ciudadano, sepan perdonarme y tomarse con humor estas líneas. Riámonos de todo y sobreviviremos.- Coño, me gusta esta frase ¿la habré inventado?

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