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La libertad consiste en que cada uno haga lo que le de la gana

Lo que les daba la gana

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El versículo 21,25 del libro de Los Jueces, dice textualmente lo siguiente: "Por aquel tiempo no había rey en Israel, y cada cual hacía lo que le venía en gana".

Puede interpretarse este pasaje en el sentido de que aquello era una merienda de negros, o que la gente era muy liberal, o que el hagiógrafo era más bien monárquico o quizá sea una alusión a que el principio de autoridad parece exigir cierta unicidad porque de lo contrario eso llega a ser un cachondeo. Recientemente me he comprado un libro de Amando de Miguel titulado "El cambio que viene". Me gusta este autor, aunque solo sea por su esfuerzo por entender el mundo en que vivimos, que no es fácil, lo cual debería ser el primer paso para plantear la política, las empresas y las distintas áreas de la vida social.

En este libro, de Miguel advierte que el cambio que probablemente se esté gestando en estos momentos no es un cambio derivado de la crisis económica del 2007 ni que el único problema o causa sea la económica. Están apareciendo otros elementos a los que quizá no se presta atención, pero son determinantes para entender el momento presente. Amando de Miguel escribió en 1975 "Sociología del franquismo", en el que alertó del cambio derivado de que la sociedad española de 1975 era totalmente diversa de la de 1939. Ahora pasa otro tanto. Hay quien mira a la Transición, pero la España de 1976-77 no tiene nada que ver con la que hay ahora.

La clave está en saber entender el mundo en que se vive ahora, y acertar a percibir señales de cambios profundos que de modo apenas imperceptible se han comenzado ya a dar. La mayor parte de la gente no los notará, pero es mejor estar pistados que despistados, ya que quien no sabe el mundo en que vive, termina sufriendo las consecuencias de alguna manera.

Tengo deseos de empezar a leer el libro de Amando de Miguel. No se si coincidirá con mis opiniones. Me alegraría si viera que coincide conmigo en una apreciación: El momento presente, en España, pero también en buena medida en muchos países de nuestro entorno, se caracteriza por una clara pérdida de libertad.

Cuando leí hace 5 años “Un mundo feliz”, de Aldoux Huxley, no pude por menos de reconocer que algo así le está pasando a nuestra sociedad. Vive inmersa en una serie de ventajas tecnológicas que aparentemente generan felicidad, pero que en realidad son instrumentos de control y coacción del hombre, cuya libertad queda reducida al mínimo. Incluso los modos de ser del hombre actual son ya contrarios a la libertad.

La libertad consiste en que cada uno haga lo que le de la gana. Evidentemente, hay presupuestos: si la libertad no tiende hacia el bien, hacia lo bueno, hacia el amor, esa libertad no existe, es solo un espejismo. La verdadera libertad tiene que poder entonar aquello de “mi libertad es tu libertad”.

Hace cuarenta años, en España hacíamos más que ahora lo que nos daba la gana. Éramos más libres. Si lo sabré yo, que tengo 60 años y por tanto es imposible que venga nadie engañándome con milongas que digan lo contrario.

Sí, es verdad que con Franco no teníamos libertades políticas ¿Pero acaso las tenemos ahora? ¿Verdaderamente sirve para algo en la España actual echar un papelucho en una urna cada cuatro años y pensar que con eso ya somos libres?

Probablemente habrá poca gente que tenga el coraje de reconocer estas cosas, pero me parece que aceptar estos hechos es esencial para percibir el final de ciclo en el que probablemente estamos metidos. Estoy persuadido de que Amando de Miguel dirá algo sobre este tema en su libro.

Lo que les daba la gana

La libertad consiste en que cada uno haga lo que le de la gana
Antonio Moya Somolinos
sábado, 10 de octubre de 2015, 10:04 h (CET)
El versículo 21,25 del libro de Los Jueces, dice textualmente lo siguiente: "Por aquel tiempo no había rey en Israel, y cada cual hacía lo que le venía en gana".

Puede interpretarse este pasaje en el sentido de que aquello era una merienda de negros, o que la gente era muy liberal, o que el hagiógrafo era más bien monárquico o quizá sea una alusión a que el principio de autoridad parece exigir cierta unicidad porque de lo contrario eso llega a ser un cachondeo. Recientemente me he comprado un libro de Amando de Miguel titulado "El cambio que viene". Me gusta este autor, aunque solo sea por su esfuerzo por entender el mundo en que vivimos, que no es fácil, lo cual debería ser el primer paso para plantear la política, las empresas y las distintas áreas de la vida social.

En este libro, de Miguel advierte que el cambio que probablemente se esté gestando en estos momentos no es un cambio derivado de la crisis económica del 2007 ni que el único problema o causa sea la económica. Están apareciendo otros elementos a los que quizá no se presta atención, pero son determinantes para entender el momento presente. Amando de Miguel escribió en 1975 "Sociología del franquismo", en el que alertó del cambio derivado de que la sociedad española de 1975 era totalmente diversa de la de 1939. Ahora pasa otro tanto. Hay quien mira a la Transición, pero la España de 1976-77 no tiene nada que ver con la que hay ahora.

La clave está en saber entender el mundo en que se vive ahora, y acertar a percibir señales de cambios profundos que de modo apenas imperceptible se han comenzado ya a dar. La mayor parte de la gente no los notará, pero es mejor estar pistados que despistados, ya que quien no sabe el mundo en que vive, termina sufriendo las consecuencias de alguna manera.

Tengo deseos de empezar a leer el libro de Amando de Miguel. No se si coincidirá con mis opiniones. Me alegraría si viera que coincide conmigo en una apreciación: El momento presente, en España, pero también en buena medida en muchos países de nuestro entorno, se caracteriza por una clara pérdida de libertad.

Cuando leí hace 5 años “Un mundo feliz”, de Aldoux Huxley, no pude por menos de reconocer que algo así le está pasando a nuestra sociedad. Vive inmersa en una serie de ventajas tecnológicas que aparentemente generan felicidad, pero que en realidad son instrumentos de control y coacción del hombre, cuya libertad queda reducida al mínimo. Incluso los modos de ser del hombre actual son ya contrarios a la libertad.

La libertad consiste en que cada uno haga lo que le de la gana. Evidentemente, hay presupuestos: si la libertad no tiende hacia el bien, hacia lo bueno, hacia el amor, esa libertad no existe, es solo un espejismo. La verdadera libertad tiene que poder entonar aquello de “mi libertad es tu libertad”.

Hace cuarenta años, en España hacíamos más que ahora lo que nos daba la gana. Éramos más libres. Si lo sabré yo, que tengo 60 años y por tanto es imposible que venga nadie engañándome con milongas que digan lo contrario.

Sí, es verdad que con Franco no teníamos libertades políticas ¿Pero acaso las tenemos ahora? ¿Verdaderamente sirve para algo en la España actual echar un papelucho en una urna cada cuatro años y pensar que con eso ya somos libres?

Probablemente habrá poca gente que tenga el coraje de reconocer estas cosas, pero me parece que aceptar estos hechos es esencial para percibir el final de ciclo en el que probablemente estamos metidos. Estoy persuadido de que Amando de Miguel dirá algo sobre este tema en su libro.

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