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¿Por qué a Europa?

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Supongo que quienes lean este pequeño trabajo podrán tildarme de xenófobo, racista y quién sabe qué cosas más, pero en él me voy a limitar a exponer hechos objetivos, verificables y comprobables.

Desde los tiempos más remotos de la Humanidad la hospitalidad se ha considerado como una especie de virtud cuasi religiosa que había que practicar con los extraños que llegasen a casa de cualquiera.

Es considerada como un deber sagrado que había que tener con todo el forastero o extranjero que se presentara ante las puertas de una casa, pidiendo asilo u hospedaje. El Corán y los Hadices la recogen especialmente y hasta prescriben cómo ha de ser llevada a cabo, pues es voluntad de Alá.

Uno de estos hadices manifiesta: “Quien crea en Dios y en el Día del Juicio, que haga generosidad con su huésped”

Según Said Bahajin la hospitalidad no solamente significa invitar a los demás a tu casa, sino que tiene un significado más amplio, que es el amor y el respeto al extraño. Siguiendo con la doctrina coránica observamos que ayudar en momentos de necesidad, ya sea a musulmanes o no musulmanes, puede favorecer una visión positiva del Islam, de manera que se considere como ejemplo de la hospitalidad en Islam.

Para los musulmanes la hospitalidad es una virtud en grado sumo porque con ella se aumentan los vínculos con los vecinos con el fin de acrecentar los lazos sociales y unir más a la comunidad.

Es un mandato de Alá, recogido en el Corán, que los muslimes deben de cumplir para poder tener una agradable convivencia, no sólo con sus hermanos de religión, sino, como hemos manifestado más arriba, con los de otras creencias.

Por lo tanto, la hospitalidad o diyâfa es inseparable del Islam. Todo el Islam es acogedor.

Ahora, en cambio, nos encontramos en una situación, en la que la que ésta no está dando lo que preconiza ni lo que se espera de la hospitalidad musulmana.

Existe un grave y terrible problema en el mundo musulmán, concretamente en Siria que ha ocasionado una crisis de refugiados sin precedentes. Son millones de familias las que buscan refugio en Europa, pero no sólo sirios, sino también de otros países musulmanes.

Europa acogerá a 120.000 inmigrantes, la mayoría musulmanes, y después ¿qué? ¿Qué ocurrirá con el 120 001, y con los 200.000?, pues el efecto llamada es inminente.

Nos preguntamos ¿Por qué vienen a Europa? ¿Por qué en virtud de esa hospitalidad que es un mandato en su doctrina no van a otras naciones musulmanas mucho más ricas que Europa? ¿Por qué éstas se desentienden de ellos? Porque los países ricos del Golfo Pérsico son suníes y los que huyen de sus países son chiíes. Ambas facciones sienten u odio ascentral desde la muerte de Mahoma.

La pregunta, ¿Si la difâya es inseparable al Islám, por qué no la practican?

¿Qué necesidad tenemos los europeos de acogerlos con los muchos y graves problemas que nos va a originar esta inmigración masiva, y la ingente cantidad de dinero que tendremos que aportar todos los europeos? Ya hay adalides políticos europeos que están señalando el peligro al que nos exponemos.

¿Obedecerá esto a un bien trazado y taimado plan para una invasión pacífica del Viejo Continente y así cumplir con el mandato de Mahoma de expandir el islamismo por todo el mundo?

Antes de esta avalancha migratoria, ya había estudios muy dignos de confianza, y bien cimentados, difundidos por los medios de comunicación, que aseguraban que para los años 50 de este siglo la mitad de la población europea sería musulmana.

La fertilidad de las mujeres musulmanas no tiene parangón con la de las europeas, así que nada tiene de extraño que dentro de cien años, Europa profese el Islam.

Estos son los vientos que estamos sembrando, esperemos que la tempestad, que no tardará muchos años en llegar, no devaste toda Europa, su cultura, sus valores, los pilares sobre los que éstos se han cimentado durante siglos, y termine cumpliéndose el mandato que han recibido de Mahoma sobre la expansión del islamismo, Las mezquitas y madrazas se extienden por toda Europa, y hay constancia de que en ellas no sólo se estudia el Corán, sino técnicas de terrorismo y captación de musulmanes dispuesto a llevar la yihad por todo el mundo.

A continuación copiamos parte de la Sura 8: 59-66“¡Que no crean los infieles que van a escapar! ¡No podrán! ¡Preparad contra ellos toda la fuerza, toda la caballería que podáis para amedrentar al enemigo de Dios y vuestro y a otros fuera de ellos, que no conocéis pero que Dios conoce….”.

Repito, no soy racista ni xenófobo, sólo me limito a señalar objetivamente la situación y manifestar que la solución del problema no está en que Europa se llene de refugiados musulmanes, sino en que se solventen en sus países los problemas que padecen éstos.

Los políticos deben de buscar otras soluciones, no la invasión, para eso son elegidos.

¿Por qué a Europa?

Manuel Villegas
sábado, 3 de octubre de 2015, 15:31 h (CET)
Supongo que quienes lean este pequeño trabajo podrán tildarme de xenófobo, racista y quién sabe qué cosas más, pero en él me voy a limitar a exponer hechos objetivos, verificables y comprobables.

Desde los tiempos más remotos de la Humanidad la hospitalidad se ha considerado como una especie de virtud cuasi religiosa que había que practicar con los extraños que llegasen a casa de cualquiera.

Es considerada como un deber sagrado que había que tener con todo el forastero o extranjero que se presentara ante las puertas de una casa, pidiendo asilo u hospedaje. El Corán y los Hadices la recogen especialmente y hasta prescriben cómo ha de ser llevada a cabo, pues es voluntad de Alá.

Uno de estos hadices manifiesta: “Quien crea en Dios y en el Día del Juicio, que haga generosidad con su huésped”

Según Said Bahajin la hospitalidad no solamente significa invitar a los demás a tu casa, sino que tiene un significado más amplio, que es el amor y el respeto al extraño. Siguiendo con la doctrina coránica observamos que ayudar en momentos de necesidad, ya sea a musulmanes o no musulmanes, puede favorecer una visión positiva del Islam, de manera que se considere como ejemplo de la hospitalidad en Islam.

Para los musulmanes la hospitalidad es una virtud en grado sumo porque con ella se aumentan los vínculos con los vecinos con el fin de acrecentar los lazos sociales y unir más a la comunidad.

Es un mandato de Alá, recogido en el Corán, que los muslimes deben de cumplir para poder tener una agradable convivencia, no sólo con sus hermanos de religión, sino, como hemos manifestado más arriba, con los de otras creencias.

Por lo tanto, la hospitalidad o diyâfa es inseparable del Islam. Todo el Islam es acogedor.

Ahora, en cambio, nos encontramos en una situación, en la que la que ésta no está dando lo que preconiza ni lo que se espera de la hospitalidad musulmana.

Existe un grave y terrible problema en el mundo musulmán, concretamente en Siria que ha ocasionado una crisis de refugiados sin precedentes. Son millones de familias las que buscan refugio en Europa, pero no sólo sirios, sino también de otros países musulmanes.

Europa acogerá a 120.000 inmigrantes, la mayoría musulmanes, y después ¿qué? ¿Qué ocurrirá con el 120 001, y con los 200.000?, pues el efecto llamada es inminente.

Nos preguntamos ¿Por qué vienen a Europa? ¿Por qué en virtud de esa hospitalidad que es un mandato en su doctrina no van a otras naciones musulmanas mucho más ricas que Europa? ¿Por qué éstas se desentienden de ellos? Porque los países ricos del Golfo Pérsico son suníes y los que huyen de sus países son chiíes. Ambas facciones sienten u odio ascentral desde la muerte de Mahoma.

La pregunta, ¿Si la difâya es inseparable al Islám, por qué no la practican?

¿Qué necesidad tenemos los europeos de acogerlos con los muchos y graves problemas que nos va a originar esta inmigración masiva, y la ingente cantidad de dinero que tendremos que aportar todos los europeos? Ya hay adalides políticos europeos que están señalando el peligro al que nos exponemos.

¿Obedecerá esto a un bien trazado y taimado plan para una invasión pacífica del Viejo Continente y así cumplir con el mandato de Mahoma de expandir el islamismo por todo el mundo?

Antes de esta avalancha migratoria, ya había estudios muy dignos de confianza, y bien cimentados, difundidos por los medios de comunicación, que aseguraban que para los años 50 de este siglo la mitad de la población europea sería musulmana.

La fertilidad de las mujeres musulmanas no tiene parangón con la de las europeas, así que nada tiene de extraño que dentro de cien años, Europa profese el Islam.

Estos son los vientos que estamos sembrando, esperemos que la tempestad, que no tardará muchos años en llegar, no devaste toda Europa, su cultura, sus valores, los pilares sobre los que éstos se han cimentado durante siglos, y termine cumpliéndose el mandato que han recibido de Mahoma sobre la expansión del islamismo, Las mezquitas y madrazas se extienden por toda Europa, y hay constancia de que en ellas no sólo se estudia el Corán, sino técnicas de terrorismo y captación de musulmanes dispuesto a llevar la yihad por todo el mundo.

A continuación copiamos parte de la Sura 8: 59-66“¡Que no crean los infieles que van a escapar! ¡No podrán! ¡Preparad contra ellos toda la fuerza, toda la caballería que podáis para amedrentar al enemigo de Dios y vuestro y a otros fuera de ellos, que no conocéis pero que Dios conoce….”.

Repito, no soy racista ni xenófobo, sólo me limito a señalar objetivamente la situación y manifestar que la solución del problema no está en que Europa se llene de refugiados musulmanes, sino en que se solventen en sus países los problemas que padecen éstos.

Los políticos deben de buscar otras soluciones, no la invasión, para eso son elegidos.

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