Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Europa | Refugiados
Se trata únicamente de un gesto para la “galería” y de hacernos creer que no son tan insensibles, como muchísimos consideramos, ante las desgracias humanas

El efecto Aylan

|

En estos tiempos en que vemos imágenes que nos llenan de horror, de indignación y de vergüenza, y en las que a diario vemos a personas, entre ellas a muchos niños, víctimas de la irracional actitud de los que se denominan como animales racionales, me refiero a eso que siempre hemos definido como seres humanos y cuya capacidad humana está más que en entredicho y que hoy, unos desde lo que han dado en llamar legitimidad para lanzar bombas sobre personas inocentes y otros desde la no menos bárbara actitud de utilizar el ya terrorífico “coche bomba”, perpetran verdaderos e injustificables asesinatos, el asesinato jamás puede ser justificado, por mucho que algunos se empeñen en afirmar que sí siempre que sea en nombre de un dios, de una creencia religiosa o de unos intereses económicos.

Como al principio digo hemos visto escenas imposibles de entender y mucho menos asumir que van más allá de la crueldad, de esa crueldad que los “humanos” llevamos escondida en nuestro interior y que últimamente dejamos que aflore con suma facilidad y frecuencia. Hemos podido ver a miles de personas inocentes masacradas sin que podamos llegar a comprender el porqué de este horroroso proceder de gente descerebrada y de dirigentes políticos insensibles ante las desgracias de todo tipo que afectan a la humanidad y que nos quieren hacer creer que vivimos en un mundo sin guerras donde se respeta el derecho a la vida cuando la dura realidad es que el mundo está en llamas, donde hay guerras y por tanto destrucción, miseria, hambre, desolación, miedo, terror y muerte.

Sí, contemplamos a diario imágenes que son horrendas, pero de todas ellas yo destaco la que considero que más ha impactado y que como es de suponer se trata de la del pequeño Aylan, el niño sirio de solo tres años de edad, hallado sin vida en una playa del mar Egeo, una víctima inocente, una más de momento, esto no tiene visos de acabar, que con su hermano de cinco años y de su madre corrieron la misma suerte que él huyendo del horror y de los efectos de una guerra que nadie sabe con certeza si tiene razón de ser, nunca una guerra se puede razonar, ni que es lo que realmente se pretende conseguir salvo mostrar la barbarie y el salvajismo que los humanos llevamos dentro.

Hemos visto en los medios de comunicación, con demasiada frecuencia, fotos que han herido nuestra sensibilidad y que en ocasiones hemos criticado al medio que las ha publicado tachándolo de sensacionalista y de oportunismo comercial, pero creo que ha sido todo un acierto la publicación, en reiteradas ocasiones, el mostrarnos la imagen del pequeño Aylan. Ha sido mucho más impactante que el mostrarnos a varios niños víctimas del bombardeo “oficial” o de la acción de unos terroristas, seguro, supongo, por la soledad que rodeaba a esta víctima inocente, a este niño al que el terror de una guerra ha llevado a la muerte sin que tuviera conocimiento, por su corta edad, de lo terrible y cruel que es un conflicto armado.

Después de vista esa escena, a los gobernantes, de los pueblos civilizados, esos gobernantes que ordenan que se lancen bombas sobre la población civil masacrando a personas de todas las edades, parece ser que se les ha despertado la parte de buena conciencia, no muy grande, y solidaridad, muy escasa también, y se han lanzado a abrir sus fronteras y dar asilo a todos aquellos que huyen del terror, a esto yo le llamo el “efecto Aylan”, porque seguro estoy de que esta actitud de los gobernantes no es fruto de su buena disposición y de su lado humano no va a durar mucho tiempo, olvidan con facilidad y solo actúan ante situaciones como la que ha provocado la foto del desdichado niño arrojado a la orilla por las olas de un mar a través del cual su familia buscaba un mundo mejor. Se trata únicamente de un gesto para la “galería” y de que no son tan insensibles, como muchísimos consideramos, ante las desgracias humanas. Esto se olvidará, todos los sabemos, y volveremos a asistir y a vivir episodios y situaciones tan cruentas o más que las que nos ha deparado la trágica muerte del pequeño Aylan.

Acabo recordando lo dicho por otro niño sirio, este de trece años de edad, manifestando que ellos no quieren venir a Europa, ellos lo que quieren es que paren la guerra en su país. Que paren las guerras.

El efecto Aylan

Se trata únicamente de un gesto para la “galería” y de hacernos creer que no son tan insensibles, como muchísimos consideramos, ante las desgracias humanas
Pascual Mogica
martes, 8 de septiembre de 2015, 07:00 h (CET)
En estos tiempos en que vemos imágenes que nos llenan de horror, de indignación y de vergüenza, y en las que a diario vemos a personas, entre ellas a muchos niños, víctimas de la irracional actitud de los que se denominan como animales racionales, me refiero a eso que siempre hemos definido como seres humanos y cuya capacidad humana está más que en entredicho y que hoy, unos desde lo que han dado en llamar legitimidad para lanzar bombas sobre personas inocentes y otros desde la no menos bárbara actitud de utilizar el ya terrorífico “coche bomba”, perpetran verdaderos e injustificables asesinatos, el asesinato jamás puede ser justificado, por mucho que algunos se empeñen en afirmar que sí siempre que sea en nombre de un dios, de una creencia religiosa o de unos intereses económicos.

Como al principio digo hemos visto escenas imposibles de entender y mucho menos asumir que van más allá de la crueldad, de esa crueldad que los “humanos” llevamos escondida en nuestro interior y que últimamente dejamos que aflore con suma facilidad y frecuencia. Hemos podido ver a miles de personas inocentes masacradas sin que podamos llegar a comprender el porqué de este horroroso proceder de gente descerebrada y de dirigentes políticos insensibles ante las desgracias de todo tipo que afectan a la humanidad y que nos quieren hacer creer que vivimos en un mundo sin guerras donde se respeta el derecho a la vida cuando la dura realidad es que el mundo está en llamas, donde hay guerras y por tanto destrucción, miseria, hambre, desolación, miedo, terror y muerte.

Sí, contemplamos a diario imágenes que son horrendas, pero de todas ellas yo destaco la que considero que más ha impactado y que como es de suponer se trata de la del pequeño Aylan, el niño sirio de solo tres años de edad, hallado sin vida en una playa del mar Egeo, una víctima inocente, una más de momento, esto no tiene visos de acabar, que con su hermano de cinco años y de su madre corrieron la misma suerte que él huyendo del horror y de los efectos de una guerra que nadie sabe con certeza si tiene razón de ser, nunca una guerra se puede razonar, ni que es lo que realmente se pretende conseguir salvo mostrar la barbarie y el salvajismo que los humanos llevamos dentro.

Hemos visto en los medios de comunicación, con demasiada frecuencia, fotos que han herido nuestra sensibilidad y que en ocasiones hemos criticado al medio que las ha publicado tachándolo de sensacionalista y de oportunismo comercial, pero creo que ha sido todo un acierto la publicación, en reiteradas ocasiones, el mostrarnos la imagen del pequeño Aylan. Ha sido mucho más impactante que el mostrarnos a varios niños víctimas del bombardeo “oficial” o de la acción de unos terroristas, seguro, supongo, por la soledad que rodeaba a esta víctima inocente, a este niño al que el terror de una guerra ha llevado a la muerte sin que tuviera conocimiento, por su corta edad, de lo terrible y cruel que es un conflicto armado.

Después de vista esa escena, a los gobernantes, de los pueblos civilizados, esos gobernantes que ordenan que se lancen bombas sobre la población civil masacrando a personas de todas las edades, parece ser que se les ha despertado la parte de buena conciencia, no muy grande, y solidaridad, muy escasa también, y se han lanzado a abrir sus fronteras y dar asilo a todos aquellos que huyen del terror, a esto yo le llamo el “efecto Aylan”, porque seguro estoy de que esta actitud de los gobernantes no es fruto de su buena disposición y de su lado humano no va a durar mucho tiempo, olvidan con facilidad y solo actúan ante situaciones como la que ha provocado la foto del desdichado niño arrojado a la orilla por las olas de un mar a través del cual su familia buscaba un mundo mejor. Se trata únicamente de un gesto para la “galería” y de que no son tan insensibles, como muchísimos consideramos, ante las desgracias humanas. Esto se olvidará, todos los sabemos, y volveremos a asistir y a vivir episodios y situaciones tan cruentas o más que las que nos ha deparado la trágica muerte del pequeño Aylan.

Acabo recordando lo dicho por otro niño sirio, este de trece años de edad, manifestando que ellos no quieren venir a Europa, ellos lo que quieren es que paren la guerra en su país. Que paren las guerras.

Noticias relacionadas

Alberga la voz protocolo acepciones varias. La cuarta de ellas, siguiendo al DRAE, define esta palabra como ”secuencia detallada de un proceso de actuación científica, técnica, médica, etc.”. Al parecer, todo protocolo supone una garantía para evitar decisiones improvisadas en los distintos ámbitos y tranquilizar, de paso, a los destinatarios de la actuación, que pueden ser los miembros de un colectivo concreto o, en algunos casos, toda la población.

Si algo nos va quedando claro, es la enorme complicación de la cual formamos parte activa. El cielo nos plantea retos de altura si queremos ser consecuentes y la materia resulta muy superficial, la mayor parte es indetectable en el Universo como materia oscura. Las energías y las condensaciones nos traen de cabeza, hasta el punto de que avanzamos sin avanzar, de ver sin ver, o muchas situaciones similares.

Hoy comienzan las elecciones en la India. Están habilitados para votar más de 960 millones de habitantes en comicios de formato singular que van a durar 44 días. El país encarna la mayor democracia del mundo y, a diferencia de lo que suele acontecer en occidente, se espera un incremento del número de ciudadanos que acudan a las urnas.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto