Hace unos días hacíamos alusión a la gran cantidad de cuestiones que siguen sin respuesta para los centros de educación de adultos. Hoy vamos a ampliar esa dejadez con un par de cuestiones más, las cuales se remiten a las Cortes de la comunidad para demostrar esa desidia, así como al presidente Herrera Campo que –dicho sea de paso– está desaparecido desde hace días. También se remiten al consejero de educación de la Junta de Castilla y León, más desorientado todavía que un lagarto en un gastrobar.

Los centros de educación de adultos siguen sin respuesta respecto a las numerosas peticiones para renovar los equipos informáticos, ya obsoletos. Los gastos de funcionamiento no dan para ello porque los recortes del Partido Popular –según nos confiesan varios directores de centros de EPA– han sido brutales desde el ejercicio económico 2011. Incluso aquellos centros que tienen autorizado el programa Mentor tampoco pueden llevar a cabo la renovación, dado que el montante que queda apenas da para hacer algún retoque. Poco a poco, la administración educativa se ha ido llevando todo para el pago de tutorías telemáticas y los centros viven en una auténtica y desestructurada “economía de guerra”. Eso sí, hay directores generales que viviendo en alguna de las provincias de Castilla y León, un coche oficial los traslada desde su casa a la consejería respectiva y viceversa. Derroche, despilfarro y fraude…. ¡para correrlos a gorrazos sin parar!

El colmo de la dejadez de la Consejería de Educación llega hasta solicitar a los centros que indiquen el mobiliario que precisan y, transcurridos dos y más años, nada se vuelve a saber del tema. Como se suele decir, la administración educativa pasa de los temas educativos de forma olímpica porque los altos cargos nunca han pisado un aula ni un centro educativo y mucho menos se han visto obligados a hacer una planificación responsable y realista; algo que ellos exigen, sin saber en qué consiste.

Muchos de los altos cargos que hay en la Consejería de Educación están ahí como podían estar capando catres o amamantando bujarrones en horario matutino. Es triste comprobar cómo en algunos centros de educación de adultos el alumnado se ve obligado a llevar su propio ordenador para hacer exámenes o seguir cursos del aula Mentor. Solo le falta a la incompetencia de la citada consejería que pida a los equipos directivos que adelanten dinero para los gastos de funcionamiento habituales, cuando la Junta de Castilla y León desvía más de cien millones de euros del BEI al Hospital Universitario de Burgos (HUBU). ¡Manda huevos, qué cafres y qué dañinos para el desarrollo del sistema educativo, del sanitario y del propio sistema administrativo!

Puedo prometer y prometo que eso nada tiene que ver con lo que me dijo el presidente Herrera y con lo que le escucho a diario o leo en los medios de comunicación. Otro problema añadido es que no hay ningún partido de la oposición en las Cortes que se tome en serio los temas educativos y menos aún la educación de personas adultas. ¿Por qué? Pues porque no la entienden ni saben para qué sirve ni qué alumnado atiende. El día que se enteren de que ese alumnado vota y cambia gobiernos, ayuntamientos y diputaciones… ¡Perderán las posaderas por dejarse ver! Al tiempo.

Lo más aberrante del caso es comprobar cómo algún docente (o “docenta”, como diría Bibiana Aído) en función inspectora se permite el lujo de indicar a los equipos directivos que pidan equipos informáticos de segunda mano a cajas de ahorro, bancos, empresas,… Propuesta fuera de lugar, ya que el alumnado casi siempre trabaja con ordenadores más modernos que los existentes en los propios centros de EPA. Eso sería adoptar una medida que profundizaría más aún en el retraso al que ya se ha condenado a los centros de educación de personas adultas en Castilla y León desde el año 2003 y, sobre todo, desde el inicio del ciclo de crisis.

Una prueba más de cómo a la derecha ‘fulera’ le importa la educación un carajo con nocilla. Hace unos días decía un alto cargo del Partido Popular que la educación solo trae problemas a los gobiernos, por lo que si dependiera de él “toda la mierda para la educación… total…. ¡para lo que sirve!”

¡Ah, se me olvidaba! El presidente Herrera sigue sin dar la cara por la educación, como de costumbre. ¡Para que vean los mineros leoneses que no solo a ellos se la ha metido doblada con premeditación, alevosía y mala fe! Juan Vicente Herrera Campo suele dar la imagen de tener fe ciega en lo que dice, pero –según R. Tagore—“no hay cosa más difícil de soportar que la fe ciega del estúpido”. Pues, eso mismo.