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Etiquetas | Cartas a un ex guerrillero
Sor Clara Tricio

Para servir

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Querido Efraín: El Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos. Tal es el modo como el Señor se puso a nuestro servicio, y como quiere que nosotros nos pongamos al servicio de los demás. Dio su vida en rescate por muchos: así es como nos redimió.

¿Quién de nosotros es capaz de redimir a otro? Fue su sangre y su muerte lo que nos redimió de la muerte, fue su abajamiento (descenso, humillación) lo que nos levantó de nuestra postración; pero también nosotros debemos poner nuestra pequeña parte en favor de sus miembros, ya que hemos sido hechos miembros suyos: él es la cabeza, nosotros su cuerpo.

El Señor había dicho: El que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos. Por esto, el apóstol Juan nos exhorta a imitar su ejemplo, con estas palabras: “Cristo dio su vida por nosotros”; también nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos.

Y el mismo Señor, después de su resurrección, dijo a Pedro: “¿Me quieres?” El respondió: “Te quiero”. Por tres veces se repitió la misma pregunta y respuesta, y a la tercera le dijo el Señor: Apacienta mis ovejas.

Por tres veces se repiten las mismas palabras: "Me quieres?" "Te quiero." "Apacienta mis ovejas." Tres veces lo había negado por temor; tres veces le hace profesión de amor.

Finalmente, después que el Señor ha encomendado por tercera vez sus ovejas a Pedro, al responderle éste con su profesión de amor, con la que condenaba y borraba su pasado temor, añade el Señor a continuación: "Cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo, otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras." Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Le anunciaba por adelantado la cruz, le predecía su martirio.

El Señor, pues, va más allá de lo que había dicho: “Apacienta mis ovejas”, ya que añade equivalentemente: "Sufre por mis ovejas."

Os envío los mejores deseos, y con la esperanza de que sigáis todos bien, recibir un cariñoso saludo, CTA.

Para servir

Sor Clara Tricio
Sor Clara Tricio
lunes, 4 de febrero de 2008, 08:17 h (CET)
Querido Efraín: El Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos. Tal es el modo como el Señor se puso a nuestro servicio, y como quiere que nosotros nos pongamos al servicio de los demás. Dio su vida en rescate por muchos: así es como nos redimió.

¿Quién de nosotros es capaz de redimir a otro? Fue su sangre y su muerte lo que nos redimió de la muerte, fue su abajamiento (descenso, humillación) lo que nos levantó de nuestra postración; pero también nosotros debemos poner nuestra pequeña parte en favor de sus miembros, ya que hemos sido hechos miembros suyos: él es la cabeza, nosotros su cuerpo.

El Señor había dicho: El que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos. Por esto, el apóstol Juan nos exhorta a imitar su ejemplo, con estas palabras: “Cristo dio su vida por nosotros”; también nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos.

Y el mismo Señor, después de su resurrección, dijo a Pedro: “¿Me quieres?” El respondió: “Te quiero”. Por tres veces se repitió la misma pregunta y respuesta, y a la tercera le dijo el Señor: Apacienta mis ovejas.

Por tres veces se repiten las mismas palabras: "Me quieres?" "Te quiero." "Apacienta mis ovejas." Tres veces lo había negado por temor; tres veces le hace profesión de amor.

Finalmente, después que el Señor ha encomendado por tercera vez sus ovejas a Pedro, al responderle éste con su profesión de amor, con la que condenaba y borraba su pasado temor, añade el Señor a continuación: "Cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo, otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras." Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Le anunciaba por adelantado la cruz, le predecía su martirio.

El Señor, pues, va más allá de lo que había dicho: “Apacienta mis ovejas”, ya que añade equivalentemente: "Sufre por mis ovejas."

Os envío los mejores deseos, y con la esperanza de que sigáis todos bien, recibir un cariñoso saludo, CTA.

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