Hoy voy a ser liviano y breve, que es muy tarde y tengo mejores cosas que hacer durante las fiestas de mi pueblo. He estado escuchando y leyendo los diversos exabruptos que Donald Trump ha ofrecido en repetidas ocasiones a sus posibles votantes. Todas sus propuestas se reducen a una: echar a los inmigrantes que han llegado a los Estados Unidos, ponerles de patitas en la calle. Y la gente que acude a sus mítines ruge de satisfacción, suenan los vivas y los aplausos, los asistentes se ponen de pie y gritan con fervor el nombre del nuevo líder...
Yo me cuento entre sus partidarios, creo que es lo mejor que se puede hacer, no hay derecho a que tantos y tantos millones de inmigrantes entren sin más ni más en el paraíso. Hay que echarlos a todos, ponerlos a todos al otro lado del mar, arrojarlos a sus fronteras originales. Y sus descendientes también, los descendientes de los inmigrantes no pueden tampoco quedarse en USA.
Hay que echarlos a todos, que no se esconda ninguno. Todos, incluidos los inmigrantes de origen inglés, galés, irlandés, también los suecos, griegos, franceses, alemanes, noruegos, polacos, italianos, chinos... Y sus descendientes. Hay que echar a todos, que solo queden los americanos originales, los que ya estaban allí...
¿Por qué íbamos a echar solo a los inmigrantes de origen sudamericano? Todos a sus casas, todos menos los americanos originales.