Rojo o negro,
la fuerza contra el poder del lujo que todo el mundo quiere,
el que desea el verde de alguna perdida esperanza, volverá a pedir algún día: "algo de negro alegre, por favor".

Rojo o negro,
el de la dureza de la violencia contra el bruto del soborno de aquel cheque, el del cuello del puño blanco...
muy libre deja aquél a la desidia con estos billetes de los libres ceros.

Rojo o negro,
en el encendido colorado del piloto está la señal de esa gravedad del fallo humano,
la salida de emergencia hacia ninguna parte o hacia el oscuro y dormido lugar recóndito de la muerte tardía de esta pérdida.

Rojo o negro,
la detención antes de llegar al accidente por mal uso de los regalos de esos avances en la desidia de la estafa del progreso de ser,
el fin de la era llegará cuando este fuego se apague para siempre y llegue la máquina perfecta que suplante a este ser humano y no haya ya más miradas que las retinas del corazón de lata y plata oxidada.

Rojo o negro,
la iluminación del claro mágico día o el abismo de la terrible oscuridad y la temida muerte en vida,
la luz tornó suavemente en noche, el luto llegó al negro permanentemente opaco hacia el triste y alegre fin.

Rojo o negro...