Todo o nada,
la suerte está ya echada,
el alba del día en el contrario adverso de la bien entrada oscuridad en la temida noche.

Todo o nada,
el mismo pensamiento con los polos tan extremadamente negativos y tan sumamente positivos,
se repele esta idéntica idea del miedo a ser dañado, llamado fracaso y de esos puntos del favor tan exagerado.

Todo o nada,
se abren las apuestas para hoy: "todo al rojo o todo al negro",
la odisea de aquel que se atreve andar sobre lo nuevo desconocido...

Sólo ése podrá salir de la comodidad de lo fácil conocido,
el temor al riesgo del vano intento hacia la prosperidad y caer luego lentamente al luto del vacío abismo,
todo o nada...

El avaro contra el generoso,
el muy generoso que tendría que ser algo perversamente tacaño,
mas sólo por el bien de su perdida y pisada estima por aquél que se aprovecha del don de dar el todo por el nada.

Todo o nada,
del que ve la situación hacia el nuevo y lejano horizonte y de aquél que tanto quiere lo mismo que el otro,
ése que no ve más que lo perdido en el hueco hondo de esa mala suerte que acompaña al sino en este destino tan lleno y tan vacío en la misma contra-mirada de las retinas de los ángeles vividores.

Todo o nada...