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Graciela Padilla

‘American Gangster’: Duelo interpretativo basado en historia real

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Las candidaturas a los Globos de Oro se anunciaron hace apenas tres semanas. La película Expiación parte como favorita con el mayor número de candidaturas. Hasta su estreno, el próximo viernes 11 de noviembre, podemos revisar una de sus competidoras directas, American Gangster, la última película del afamado director inglés, afincado en Hollywood, Ridley Scott.

Basada en una historia real, a partir de un artículo periodístico, el director de 70 años nos propone algo diferente a sus últimos trabajos. Nos encontramos ante una historia de gángsteres, contada con elegancia, sosiego y buenas interpretaciones. Una pega: el recuerdo de la oscarizada Infiltrados, de Martin Scorsese, aún está muy reciente y puede perjudicarle en todas las próximas entregas de premios. Las academias de cine no destacan por repetirse y cada año, rompen la corriente de la temporada anterior en lo que a galardones se refiere.

Con premios o sin ellos, el espectador puede disfrutar de buen cine durante más de 150 minutos que pasan volando. Frank Lucas (Denzel Washington) interpreta al chofer y ahijado de un famoso gángster de Harlem, Bumpy Jonhson, que muere de un infarto al corazón. Como buen mafioso, controlaba la droga de todas las calles del barrio. Pero era un Robin Hood moderno, repartía comida entre los más necesitados y los ciudadanos negros del barrio neoyorquino le querían y respetaban. Después de presenciar su muerte, Frank se da cuenta de que el suburbio necesita seguir teniendo esa figura mafiosa-paternalista y él se erige como el nuevo capo de la droga. Tiene que diferenciarse, así que viaja hasta Tailandia para traer la heroína más pura. En Nueva York, esa sustancia se llamará Magia Azul y le dará mucho dinero.

Sin embargo, alguien empieza a seguirle la pista al otro lado de la ley. Un policía que sueña con terminar la carrera de abogado, se convierte en el paria de su comisaría. Es el agente Richie Roberts. Nunca va armado, no le gusta la violencia, le da miedo a hablar en público y ni siquiera controla su vida privada. Es el personaje de Russell Crowe, bastante flojo en los primeros minutos de metraje. El nerviosismo y la falta de confianza en sí mismo del co-protagonista nos recuerdan bastante a otros personajes anteriores del actor, especialmente a su John Nash de Una mente maravillosa, o a su atormentado Dr. Jeffrey Wigand de El dilema; todas las interpretaciones con nominación a Oscar incluida. Crowe ha aprehendido un rol cómodo y sabe que le puede dar buenas críticas, aunque sólo su Máximo de Gladiator le diera la estatuilla dorada. No importa mucho. El personaje evoluciona y gana confianza en sí mismo. El detective Roberts cobra soltura según se acerca a Frank Lucas y por fin, después de casi dos horas de metraje, capo y policía se encuentran. El premio para el público: el duelo interpretativo que promete el cartel de la película. Ridley Scott ama a sus chicos y saca buenos minutos de ellos. Quizá Denzel Washington gane la partida, pero también peca de copión. Se gustó a sí mismo en Día de entrenamiento, se llevó el Oscar y aquí hace el mismo papel pero al otro lado de la ley. Se le perdona (nominación a Globo de Oro incluida) porque tiene algo muy valioso en el cine: verosimilitud. Habrá que verle también en The great debaters, que opta al mismo premio en el apartado de mejor película de drama.

Para los espectadores que no tengan a Crowe ni a Washington entre sus favoritos, les será recomendable escoger otra novedad. Aquí, las dos estrellas son el pilar principal del director de Alien, Blade Runner, Thelma y Louise, Gladiator (ninguna casualidad es gratuita), Black Hawk derribado o Un buen año (Crowe también estaba ahí). De hecho, el mayor de los hermanos Scott cuenta ya con el actor neozelandés para Body of lies, ya en postproducción (con Leonardo Di Caprio al otro lado del ring interpretativo), y Nottingham, prevista para el 2009. Esta amistad sigue prometiendo cine del bueno para rato.

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FICHA TÉCNICA
- Calificación: 4 estrellas.
- EEUU, 157 minutos, color.
- Dirección: Ridley Scott.
- Guión: Steve Zaillan.
- Reparto: Denzel Washington, Russell Crowe, Carla Gugino, Josh Brolin, RZA.

‘American Gangster’: Duelo interpretativo basado en historia real

Graciela Padilla
Redacción
miércoles, 26 de marzo de 2008, 02:37 h (CET)
Las candidaturas a los Globos de Oro se anunciaron hace apenas tres semanas. La película Expiación parte como favorita con el mayor número de candidaturas. Hasta su estreno, el próximo viernes 11 de noviembre, podemos revisar una de sus competidoras directas, American Gangster, la última película del afamado director inglés, afincado en Hollywood, Ridley Scott.

Basada en una historia real, a partir de un artículo periodístico, el director de 70 años nos propone algo diferente a sus últimos trabajos. Nos encontramos ante una historia de gángsteres, contada con elegancia, sosiego y buenas interpretaciones. Una pega: el recuerdo de la oscarizada Infiltrados, de Martin Scorsese, aún está muy reciente y puede perjudicarle en todas las próximas entregas de premios. Las academias de cine no destacan por repetirse y cada año, rompen la corriente de la temporada anterior en lo que a galardones se refiere.

Con premios o sin ellos, el espectador puede disfrutar de buen cine durante más de 150 minutos que pasan volando. Frank Lucas (Denzel Washington) interpreta al chofer y ahijado de un famoso gángster de Harlem, Bumpy Jonhson, que muere de un infarto al corazón. Como buen mafioso, controlaba la droga de todas las calles del barrio. Pero era un Robin Hood moderno, repartía comida entre los más necesitados y los ciudadanos negros del barrio neoyorquino le querían y respetaban. Después de presenciar su muerte, Frank se da cuenta de que el suburbio necesita seguir teniendo esa figura mafiosa-paternalista y él se erige como el nuevo capo de la droga. Tiene que diferenciarse, así que viaja hasta Tailandia para traer la heroína más pura. En Nueva York, esa sustancia se llamará Magia Azul y le dará mucho dinero.

Sin embargo, alguien empieza a seguirle la pista al otro lado de la ley. Un policía que sueña con terminar la carrera de abogado, se convierte en el paria de su comisaría. Es el agente Richie Roberts. Nunca va armado, no le gusta la violencia, le da miedo a hablar en público y ni siquiera controla su vida privada. Es el personaje de Russell Crowe, bastante flojo en los primeros minutos de metraje. El nerviosismo y la falta de confianza en sí mismo del co-protagonista nos recuerdan bastante a otros personajes anteriores del actor, especialmente a su John Nash de Una mente maravillosa, o a su atormentado Dr. Jeffrey Wigand de El dilema; todas las interpretaciones con nominación a Oscar incluida. Crowe ha aprehendido un rol cómodo y sabe que le puede dar buenas críticas, aunque sólo su Máximo de Gladiator le diera la estatuilla dorada. No importa mucho. El personaje evoluciona y gana confianza en sí mismo. El detective Roberts cobra soltura según se acerca a Frank Lucas y por fin, después de casi dos horas de metraje, capo y policía se encuentran. El premio para el público: el duelo interpretativo que promete el cartel de la película. Ridley Scott ama a sus chicos y saca buenos minutos de ellos. Quizá Denzel Washington gane la partida, pero también peca de copión. Se gustó a sí mismo en Día de entrenamiento, se llevó el Oscar y aquí hace el mismo papel pero al otro lado de la ley. Se le perdona (nominación a Globo de Oro incluida) porque tiene algo muy valioso en el cine: verosimilitud. Habrá que verle también en The great debaters, que opta al mismo premio en el apartado de mejor película de drama.

Para los espectadores que no tengan a Crowe ni a Washington entre sus favoritos, les será recomendable escoger otra novedad. Aquí, las dos estrellas son el pilar principal del director de Alien, Blade Runner, Thelma y Louise, Gladiator (ninguna casualidad es gratuita), Black Hawk derribado o Un buen año (Crowe también estaba ahí). De hecho, el mayor de los hermanos Scott cuenta ya con el actor neozelandés para Body of lies, ya en postproducción (con Leonardo Di Caprio al otro lado del ring interpretativo), y Nottingham, prevista para el 2009. Esta amistad sigue prometiendo cine del bueno para rato.

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FICHA TÉCNICA
- Calificación: 4 estrellas.
- EEUU, 157 minutos, color.
- Dirección: Ridley Scott.
- Guión: Steve Zaillan.
- Reparto: Denzel Washington, Russell Crowe, Carla Gugino, Josh Brolin, RZA.

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