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Estamos ante una insensatez de grueso calibre, cuyos presuntos intereses ocultos no tardarán en salir a la luz

Reubicación del campus de la Justicia

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No es sorprendente que el nuevo Ayuntamiento de Valladolid se esté metiendo en camisas de once varas. Sus primeras medidas han sido paralizar proyectos consolidados, y no han avanzado en nada. Actualmente el equipo de Gobierno lo forman el PSOE (con solo 8 votos) y el partido comunista; ambos apoyados por la opción blanquecina de Podemos. Un pensamiento cada vez más extendido es que la ciudadanía de Valladolid teme que se avance como los cangrejos y se convierta en una ciudad gris y apática, donde la dejadez, la desidia y el inmovilismo se conviertan en banderas de la nueva corporación.

Una de las diversas barbaridades en las que está inmersa esa Corporación es la paralización del Campus de la Justicia. Un proyecto que estaba acordado y cerrado entre la anterior Corporación y el Ministerio de Justicia, ahora pretenden reubicarlo en el antiguo colegio de El Salvador, en la plaza de San Pablo. Sin duda, estamos ante una insensatez de grueso calibre, cuyos intereses ocultos no tardarán en salir a la luz. El propio alcalde ha llegado a ‘amenazar’ con expropiar el citado colegio para sacar adelante su pretensión; algo que la ciudadanía no puede entender.

Así que ya lo ven ustedes, apreciados lectores, no solo Ada Colau, El Kichi, Carmena, Carmona, Guillermo Zapata y otros concejales de nuevo cuño cometen tropelías. También el alcalde de Valladolid –guiado y muy mal aconsejado por los comunistas y podemitas locales– se deja manipular con tal de seguir en el machito de la Alcaldía. Ya dije hace tiempo que este alcalde no tenía la mirada limpia y…. al tercer día se le ha visto el plumero. La cabra siempre acaba tirando al monte.

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, lo ha sido claro en sus recientes declaraciones: “el Campus de Justicia de Valladolid podría dilatarse hasta 2026 si se cambia la ubicación al colegio de El Salvador, cuando si se mantiene el proyecto actual en los terrenos ubicados entre los barrios Villa de Prado y Girón las sedes podrían está unificadas entre 2017 y 2018″. No se puede ser más claro ni se puede hablar con más precisión. Desconocemos el complejo de inferioridad que atenaza al comunismo y al socialismo que impera en Valladolid y en España, pero siempre han sido muy dados a tomar decisiones atravesadas, desajustadas, precipitadas e incoherentes. Echen una ojeada a los Gobiernos de Felipe González (nido y origen de la corrupción en España) y del ‘vendeburras’ de León, Rodríguez Zapatero. Posiblemente no haya ejemplos más gráficos en la reciente historia de la democracia española.

El Ministerio de Justicia y el Ayuntamiento de Valladolid llevan alrededor de diez años buscando una solución “adecuada” con el fin de evitar la “dispersión” de sedes en Valladolid. La ubicación acordada en su momento, entre Villa de Prado y barrio de Girón, es la más idónea. Prueba de ello es que se ve con buenos ojos tanto por parte de los jueces, como de la ciudadanía, del Ministerio y de la anterior Corporación municipal, con excepción de socialista y comunistas de colmillo retorcido.

Era algo superado y consensuado en Valladolid hasta que el PSOE e IU, con el apoyo de la marca blanca podemita, han desestabilizado ese consenso. ¿Objetivo? Simplemente figurar. No pretendan ver otra cuestión. Esas formaciones pasan de lo que piensen los demás. En sus planteamientos me recuerdan las bravuconadas de Nicolás Maduro y su mentor, el ‘gorila rojo’.

En el Presupuesto General del Estado de 2015 ya aparecen partidas económicas para llevar a cabo este proyecto. Concretamente hay una de 300.000 euros para la adjudicación de las obras. Podrían estar terminadas en dos años o dos y medio; es decir, entre 2017 y 2018. Sin duda, la reubicación del citado Campus supondría un proceso engorroso, puesto que habría que llevar a cabo una expropiación de terrenos, lo que llevaría el proyecto hasta 2026. A ello hay que añadir que, ahora mismo, se perdería más de medio millón de euros, ya invertido en la operación. “Me preocupa que se prolongue la actuación ‘sine die'”, ha dicho Catalá, al tiempo que ha manifestado que “la dispersión de sedes es mala para todos”.

No hay duda de que la planificación de cualquier ciudad es competencia del Ayuntamiento, pero en esta ocasión tiran piedras a su tejado y se dejan llevar por oscuros intereses y presuntas presiones de parte interesada. “La planificación urbana no le corresponde al Ministerio de Justicia”, según el ministro Catalá; no obstante, “en otras localidades donde se han llevado a cabo operaciones similares se ha tendido a abrir más la ciudad y no a encerrarla en los cascos urbanos”.

De todas formas, no tardando quedará resuelta la confrontación del Ayuntamiento con el Ministerio. A la próxima reunión asistirá el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, quien, dicho sea de paso, ofrece a la ciudadanía menos credibilidad y confianza que el socialista Carmona en el Ayuntamiento madrileño presidido por Manuela Carmena.

Reubicación del campus de la Justicia

Estamos ante una insensatez de grueso calibre, cuyos presuntos intereses ocultos no tardarán en salir a la luz
Jesús  Salamanca
viernes, 31 de julio de 2015, 07:31 h (CET)
No es sorprendente que el nuevo Ayuntamiento de Valladolid se esté metiendo en camisas de once varas. Sus primeras medidas han sido paralizar proyectos consolidados, y no han avanzado en nada. Actualmente el equipo de Gobierno lo forman el PSOE (con solo 8 votos) y el partido comunista; ambos apoyados por la opción blanquecina de Podemos. Un pensamiento cada vez más extendido es que la ciudadanía de Valladolid teme que se avance como los cangrejos y se convierta en una ciudad gris y apática, donde la dejadez, la desidia y el inmovilismo se conviertan en banderas de la nueva corporación.

Una de las diversas barbaridades en las que está inmersa esa Corporación es la paralización del Campus de la Justicia. Un proyecto que estaba acordado y cerrado entre la anterior Corporación y el Ministerio de Justicia, ahora pretenden reubicarlo en el antiguo colegio de El Salvador, en la plaza de San Pablo. Sin duda, estamos ante una insensatez de grueso calibre, cuyos intereses ocultos no tardarán en salir a la luz. El propio alcalde ha llegado a ‘amenazar’ con expropiar el citado colegio para sacar adelante su pretensión; algo que la ciudadanía no puede entender.

Así que ya lo ven ustedes, apreciados lectores, no solo Ada Colau, El Kichi, Carmena, Carmona, Guillermo Zapata y otros concejales de nuevo cuño cometen tropelías. También el alcalde de Valladolid –guiado y muy mal aconsejado por los comunistas y podemitas locales– se deja manipular con tal de seguir en el machito de la Alcaldía. Ya dije hace tiempo que este alcalde no tenía la mirada limpia y…. al tercer día se le ha visto el plumero. La cabra siempre acaba tirando al monte.

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, lo ha sido claro en sus recientes declaraciones: “el Campus de Justicia de Valladolid podría dilatarse hasta 2026 si se cambia la ubicación al colegio de El Salvador, cuando si se mantiene el proyecto actual en los terrenos ubicados entre los barrios Villa de Prado y Girón las sedes podrían está unificadas entre 2017 y 2018″. No se puede ser más claro ni se puede hablar con más precisión. Desconocemos el complejo de inferioridad que atenaza al comunismo y al socialismo que impera en Valladolid y en España, pero siempre han sido muy dados a tomar decisiones atravesadas, desajustadas, precipitadas e incoherentes. Echen una ojeada a los Gobiernos de Felipe González (nido y origen de la corrupción en España) y del ‘vendeburras’ de León, Rodríguez Zapatero. Posiblemente no haya ejemplos más gráficos en la reciente historia de la democracia española.

El Ministerio de Justicia y el Ayuntamiento de Valladolid llevan alrededor de diez años buscando una solución “adecuada” con el fin de evitar la “dispersión” de sedes en Valladolid. La ubicación acordada en su momento, entre Villa de Prado y barrio de Girón, es la más idónea. Prueba de ello es que se ve con buenos ojos tanto por parte de los jueces, como de la ciudadanía, del Ministerio y de la anterior Corporación municipal, con excepción de socialista y comunistas de colmillo retorcido.

Era algo superado y consensuado en Valladolid hasta que el PSOE e IU, con el apoyo de la marca blanca podemita, han desestabilizado ese consenso. ¿Objetivo? Simplemente figurar. No pretendan ver otra cuestión. Esas formaciones pasan de lo que piensen los demás. En sus planteamientos me recuerdan las bravuconadas de Nicolás Maduro y su mentor, el ‘gorila rojo’.

En el Presupuesto General del Estado de 2015 ya aparecen partidas económicas para llevar a cabo este proyecto. Concretamente hay una de 300.000 euros para la adjudicación de las obras. Podrían estar terminadas en dos años o dos y medio; es decir, entre 2017 y 2018. Sin duda, la reubicación del citado Campus supondría un proceso engorroso, puesto que habría que llevar a cabo una expropiación de terrenos, lo que llevaría el proyecto hasta 2026. A ello hay que añadir que, ahora mismo, se perdería más de medio millón de euros, ya invertido en la operación. “Me preocupa que se prolongue la actuación ‘sine die'”, ha dicho Catalá, al tiempo que ha manifestado que “la dispersión de sedes es mala para todos”.

No hay duda de que la planificación de cualquier ciudad es competencia del Ayuntamiento, pero en esta ocasión tiran piedras a su tejado y se dejan llevar por oscuros intereses y presuntas presiones de parte interesada. “La planificación urbana no le corresponde al Ministerio de Justicia”, según el ministro Catalá; no obstante, “en otras localidades donde se han llevado a cabo operaciones similares se ha tendido a abrir más la ciudad y no a encerrarla en los cascos urbanos”.

De todas formas, no tardando quedará resuelta la confrontación del Ayuntamiento con el Ministerio. A la próxima reunión asistirá el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, quien, dicho sea de paso, ofrece a la ciudadanía menos credibilidad y confianza que el socialista Carmona en el Ayuntamiento madrileño presidido por Manuela Carmena.

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Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

 
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