Como no podía ser menos –se repite indiscutiblemente cada 4 años-, las formaciones políticas han comenzado ya, incluso varios meses antes de que se celebren las próximas elecciones generales, a tomar sus respectivas posiciones, las mismas que, durante las próximas semanas, “venderán” repetitivamente y de memoria en mítines, discursos, panfletos, pancartas…. Algo que se ha echado de menos en las últimas temporadas electorales, y que beneficia claramente su salud social, volverá al escenario político en las como leña al fuego que le proporcione un hervor añadido a este plato precocinado y con fecha de caducidad ineludible, placentera para los ganadores e indigesta para los perdedores. No es que los debates televisivos sirvan para mucho, claro está que sólo para esbozar líneas maestras de un programa electoral mucho más extenso, pero lo cierto es que nunca está de más una confrontación dialéctica entre los aspirantes a La Moncloa.
De camino a esa cita, unos y otros continúan lanzando proclamas tan viejas y recurrentes como siempre. A estas alturas de la bobina de fotogramas impresos de politiqueos, al líder de la oposición, a Mariano Rajoy, no se le ha ocurrido otra brillante idea que anunciar una subida de pensiones si es su partido el vencedor. ¡Ni comer el turrón en paz nos dejan ya!. Aunque en esto, curiosamente, no se diferencia tanto el comportamiento de los líderes políticos y el de los adolescentes de nuestro país. Los más jóvenes, lógico por otra parte dentro de nuestras raíces, prefieren en 7 de cada 10 casos, según un estudio, a los tradicionales Reyes Magos que al último en caer por la chimenea Papa Noel. Como no todo podía ser así, los mismos encuestados aseguran que, en el 65% de los casos, sus cartas incluyen regalos multimedia. Ignorando como Sus Majestades de Oriente o Santa Claus se llevan con las nuevas tecnologías, es fácil darse cuenta de que, pese a todo, y recordando que o se adapta o se muere, en muchos casos, tanto en la política como en estas celebraciones navideñas, la tradición sigue siendo la tradición. ¡Felices fiestas!