Así lo detalla la encuesta que se ha realizado a pacientes de más de un centenar de cirujanos de la Comunidad Autónoma de Cataluña. Los datos reveladores indican que a un 44% les resultaría incómodo explicar el motivo de la operación. También ha revelado que un 50% de las mujeres encuestadas alegarían motivos de salud para explicar sus cambios estéticos.

Más datos aportados por el estudio desvelan que aproximadamente la mitad de los encuestados solo daría explicaciones a su círculo más cercano e íntimo, no obstante, aquellas quienes se han realizado más operaciones lo contarían a un círculo más amplio. Estos porcentajes son ligeramente superiores en el caso de los pacientes que se operan por primera vez. De este último grupo tan sólo un 9% explicaría sin reservas que se realiza una intervención de este tipo, un 11% se atrevería con un círculo más amplio, un 17% no lo contaría absolutamente a nadie y un 63% sólo lo explicaría a su círculo íntimo.

A medida que las intervenciones estéticas por paciente aumentan en número, disminuye el recelo a contarlo. Dentro de este marco, el 33% de los encuestados que se han operado más de una vez se lo comunicaría a un número considerable de conocidos y un 25% trataría el tema con cualquiera. Tan sólo un escaso 7% afirma que no daría explicaciones a nadie.

En cuanto al motivo de las intervenciones quirúrgicas, el 33% de las mujeres encuestadas afirman que el motivo es la vergüenza de mostrar las partes del cuerpo que se intervienen, mientras que tan sólo un 7% de los hombres lo justifican así, en favor al hecho de que supone una mejora en su físico.

Respecto a las reacciones que provocan estas intervenciones quirúrgicas en la gente, un 56% conciben este acto como uno de frivolidad y un 44% cree que el comportamiento mayoritario debe ser aceptarlo con naturalidad. Según el doctor Manel Romaní, presidente de la SCCPRE, ha declarado que “no se acepta que alguien se haga una intervención estética, cuando ésta tiene beneficios personales para el paciente, como la mejora en su autoestima.” Según Romaní, se trata un rechazo social que tiene su origen en las vergüenza de los pacientes “a decir que se han gastado dinero en una operación de cirugía estética”.

Los expertos de una conocida clínica de cirugía estética especializada en Sevilla lamentan que la especialidad de Cirugía Plástica tenga que ir justificándose como si se tratara de algún tipo de estigma.