El gobierno pretende implantar un canon llamado digital, a determinados productos de consumo entre los que se incluyen los teléfonos móviles, los dispositivos MP3, los CD-DVD, impresoras, etc.
En el caso de los móviles, el sobrecoste pactado sería de 1,5 euros, en el de los MP3 llegaría a los 3,15 euros…
Independientemente de la cantidad con la que un dispositivo, soporte o medio sea gravado, la implantación de un canon es una actuación que atenta contra los derechos del ciudadano, al tratarse de un impuesto preventivo que viene a criminalizarnos a todos sin detenerse a contemplar el uso que hacemos de dicho producto. La presunción de inocencia es obviada, aplastada, pisoteada, sin contemplación alguna.
¿Se imaginan ustedes que el gobierno decidiera ahora que cada vez que nos subamos en nuestro automóvil, la DGT procederá a retirarnos 0,5 puntos del carnet, y a cobrarnos 50 euros, porque se presume que vanos a hacer un uso ilícito del mismo? Pues todo llegará.
Por otra parte, si pagamos un canon con el soporte/dispositivo, ¿por qué han de cobrarnos de nuevo cuando compramos una canción, una película, etc.? Es un impuesto que podríamos calificar de vulnerador del principio jurídico del non bis in idem, no dos veces por la misma cosa… (similar a lo que ocurre con el impuesto de circulación y las tasa de parking en la vía pública, en las zonas naranjas o azules).
Más. Todos somos creadores. Todos, todos. Desde el blogger que genera y difunde contenidos en la red, hasta el am@ de casa que “crea” un apaño en su mocho para no agacharse, o ata un palo al paño limpiacristales, pasando por los escritores, músicos, profesores, ingenieros… TODOS, porque el ser humano es creador por definición. No es posible que unos cuantos, congregados en un lobby pretendan arrogarse los derechos exclusivos a llamarse creadores, despreciando a los que no son de su clan.
Más. Si lo que se desea es proteger los derechos de los creadores, para lo que existen las Leyes de Propiedad Intelectual, los registros de idem, y los contratos de derecho de cesión de derechos, hágase cumplir la ley, dótense de mecanismos adecuados.
Si lo que se desea es que los creadores reciban un justo pago por su obra, entonces analícese por qué, como sucede con el pobre agricultor o ganadero, el 90% de los beneficios del que produce se los llevan los intermediarios. Distribuidoras, editoriales, casas discográficas… Un escritor recibe por su obra entre un 8-10% del PVP sin iva… una miseria evitable con los modernos medios que Internet pone a nuestro servicio: Lulú, Bubok, ColorIuris… El creador debe recibir el justo pago por su obra, el ciudadano pagar un justo precio, pero ni uno ni otro sufrir las arbitrariedades del Estado o las especulaciones de los intermediarios.
Más todavía. ¿Cuántos de aquellos que están a favor del canon, hace tiempo que viven del cuento? No es de justicia que, un pseudocreador que forme parte del lobby, se esté llevando beneficios de lo que no crea ni produce...
Y más. ¿Devolverá el Gobierno/SGAE la parte proporcional de ese impuesto a los creadores no españoles, a las productoras extranjeras, habida cuenta de que el 99,99% de las creaciones circulantes en música o películas son extranjeras? El lobby de pseudocreadores pretende vivir del cuento, y además de las obras de otros.