Sin darnos cuenta hemos llegado al primer día de agosto y sin saber cómo, ni por qué ya se nos ha pasado medio verano, metiéndonos de lleno en el mes vacacional por excelencia. Parece que se nos consume el estío poco a poco y no conseguimos desconectar.
Sin duda alguna la vida cotidiana se ha transformado para muchas personas en un corre y no pares, nos centramos en realizar mil y una actividades a veces con una programación excelente pero que si en muchas ocasiones fuésemos espectadores de nuestra propia vida, nos daríamos cuenta que hasta lo divertido, lo extraordinario y sublime lo convertimos en simple y ordinario.
Cuantas veces has dado largos paseos por las tardes, y si te fijas te darás cuenta que nunca te dejarán de sorprender los maravillosos atardeceres, parecen irrepetibles, y lo son si prestas la atención adecuada. Es curiosa esta dicotomía, existen personas que valoran un simple atardecer que sucede cotidianamente y otras sin embargo no viven sus vidas, aún adornándolas de actividades, agendas repletas, etcétera.
Si te encuentras en este punto no te queda otra que entrenar tu atención, para ello debes de aprender a conectar contigo mismo, prestar atención a tu vida y saborear tu verano. Debes de desconectar, recuerda que cada día que pasas nos metemos en una dinámica de vida, donde no disfrutas de cada momento del que vives, y te darás cuenta de que si desconectas y comienzas a vivir plenamente cada momento de tu vida, conseguirás saborear lo extraordinario y único.
Sin duda es importante que no de olvides que todos tenemos la necesidad de hacer actividades de ocio al aire libre, actividades en las que te relaciones con otras personas y vincularte con actividades que te aporten ciertos momentos de relax y con la que logres conectar. Es crucial también, evitar en la medida de lo posible utilizar única y exclusivamente aparatos electrónicos para entretenernos, busca actividades que sean prácticas y que potencien tu creatividad y signifiquen un reto en tu vida.
No te equivoques, esto no implica que como predican algunos la vida va a ser maravillosa de la noche a la mañana, ni que los problemas desaparecerán, pero si implica comenzar a transformar tu vida. Es simple pero complejo, y como si de un gimnasio de crecimiento personal se tratara, debes de comenzar entrando en contacto con tu momento presente, es decir, reaprender como si fuéramos niños a saborear los momentos que vivimos, desde un paseo por la playa hasta el poder disfrutar de una buena comida, o de una conversación con un amigo, desmarcándote de las prisas, de los miedos, las manías y tantas cosas que no nos permiten desconectar.
Al mismo tiempo, proponte ir desechando ese lenguaje interior, esa narrativa en forma de agenda que te va diciendo que hacer en cada momento, relájate e incluso busca actividades nuevas que conecten contigo. Poco a poco verás que comenzarás a conectar con tu vida saboreándola.