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¿Por qué no le dices: te parece que probemos un día?

Yo te ato, tu me atas...

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¿Nunca has pensado en lo excitante que sería atar suavemente a tu compañer@? Puedes hacerlo con un pañuelo de seda atado a los barrotes de la cama para que puedas tener todo el poder sobre su placer e incluso provocarle el orgasmo sin la más mínima colaboración por su parte. ¿Has soñado con que te lo haga a ti? ¿Alguna vez has deseado perder el control y entregarte al placer con tu pareja?

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Este es un juego sexual, y no sois los únicos que tenéis esas fantasías. ¿Por qué no le dices: te parece que probemos un día? Esta es una forma de abordaje a tu compañer@ No lo hagas por sorpresa porque está privado de libertad y le puede resultar una amenaza pero si está de acuerdo: adelante. Tomate tu tiempo. Enséñale las ataduras que vas a utilizar, una de las formas es poner sus brazos por encima de su cabeza, colocar sus muñecas una sobre otra y atarselas. También podéis utilizar el cinturon del albornoz.

Puede que le sea más fácil si le hablas mientras tanto. Como anticipo cuéntale lo que le espera, o coméntale las maniobras hasta atarle a los barrotes. Si estás preparad@ acaríciale y besale por el cuerpo. Si eres mujer déjale caer tu melena o tus senos por todas partes. Activa sus sentidos, permitele que mire, huela, y saboree. Si eres varón haz lo mismo. Se trata de volverle loc@ sin tocarle los genitales. Eso te lo puedes guardar para un final que le embriage, sea con la mano, sentandote sobre ellos o aproximándote mucho.

La mujer puede atarle las manos y dejar que vea cómo se masturba lentamente. Es una variante de este juego. El nudo debe estar no muy cerca de las muñeca, que quede un espacio de un dedo de ancho por lo menos. Cuando esté maniatado, no debes dejarle sólo a tu amado. Estate seguro de que respira bien y que los brazos que están atados por encima de la cabeza estén doblados, sobre todo cuando tu estés de pie.

Más variantes de las ataduras son: forzarle a abrir las piernas, o los brazos y las piernas a la vez. Puede ser sentad@ y atado al respaldo o a las patas de una silla, de pie atado a la barra del armario o tumbado boca abajo.

¿Cuál es tu fantasía? ¿Con qué variante sueñas tú? Deja que te ate sólo un hombre con el que sea de tu confianza. El que respeta tus deseos y tus límites. Antes defínele lo que tiene que hacer. Y muy importante señala una palabra clave que el atado pronunciará cuando esté incómodo o quiera terminar. En ese momento el juego habrá finalizado.

Si está limitado uno de los sentidos, se refuerzan los otros, y se vuelven muy receptivos. Haz la prueba, véndale los ojos. Si está privad@ de la visión cada ruido, cada olor, cada roce serán más intensos... No saber, ni ver lo que te espera es un estimulante muy erótico en el sexo. Y ¿el oído?: entra en confusión si le pones unos auriculares, y le dejas que se hechice con los sonidos de su música favorita, mientras tu seduces su cuerpo.
Sexo gélido y tórrido vimos en Nueve semanas y media, y algunos de sus jueguecitos eróticos se pueden practicar ¿no? Como hacer "sexo salvaje" en la mesa del comedor o darle de comer a tu compañer@ lo que haya en el frigorífico. Momentos gélidos con cubitos de hielo: ¡las maravillas que hacían entre Kim Bassinger y Mickey Rourke! Recordáis cómo él los dejaba deslizarse por los hombros de Kim que goteaban lentamente sobre sus pechos y los conducía por el vientre hasta la vagina. Un contraste de temperaturas que produce un shock en un cuerpo ardiente.

También Madonna en su filme "El cuerpo del delito" utilizaba una variante tórrida: dejaba gotear cera sobre la piel de su compañero. Esto no tiene ningún peligro si usas velas sencillas de parafina, las velas perfumadas, con colores o de cera de abeja pueden quemar la piel porque se derriten a una temperatura muy alta. Al principio del juego sostén la vela de parafina en lo alto y asegúrate de que las gotas que caen sobre la piel están templadas.

Si alternas rápidamente cubitos de hielo y cera recibirá sensaciones inusitadas.

No te voy a hablar de leer en la cama, aunque puedes escribir mensajes eróticos en el cuerpo de tu amante. Como hacía la dama en la en la pelicula "The pillow book" de Peter Greenaway. Esta lectora adornaba el cuerpo entero de sus amantes y se tomaba su tiempo. Ellos encontraban rica rica esta actividad. Pinta círculos, signos, dibujos o un cuadro entero en la piel. No está prohibido en ningún sitio. Después de este divertido juego entre risas viene la ducha, que podéis compartir.

Y si jugáis con cubitos... Ponte dos cubitos pequeños de hielo en la boca... y acercalos al pene de él.

O túmbate desnuda y cúbrete sólo con una cereza madura en el ombligo. ¿Crees que entederá tu invitación altamente erótica? Si ves que no la entiende empuja la cereza hacia abajo para que su rastro rojo le indique a él el buen camino.

Y ¿el champán? Sorbe un trago de champán y busca sus cosquillas en el pene con el burbujeante líquido. Turno para él: empieza por dejarlo caer gota a gota sobre el clítoris, luego mima la vagina con tus sorbitos. ¡Es un refresco especial!

Las romanas en la Antigüedad solían ver cómo cae gota a gota la miel sobre los pezones y el clítoris... y que el amado se dedique a chupar y chupar. Puedes hacerlo también con crema de helado o natillas.

Estas son formas de vivir la fantasía. Tu eres el responsable. No tienes por qué avergonzarte de nada, porque puede ser un impedimento para poder disfrutar de todo esto y enriquecer así tu vida sexual.

Ana de Calle. Sexóloga y Terapéuta de Pareja
www.elsexoesvida.com
+34 639 555 994
Autora de 'El sexo magia para tu cuerpo'

Yo te ato, tu me atas...

¿Por qué no le dices: te parece que probemos un día?
Ana de Calle
martes, 14 de julio de 2015, 06:37 h (CET)
¿Nunca has pensado en lo excitante que sería atar suavemente a tu compañer@? Puedes hacerlo con un pañuelo de seda atado a los barrotes de la cama para que puedas tener todo el poder sobre su placer e incluso provocarle el orgasmo sin la más mínima colaboración por su parte. ¿Has soñado con que te lo haga a ti? ¿Alguna vez has deseado perder el control y entregarte al placer con tu pareja?

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Este es un juego sexual, y no sois los únicos que tenéis esas fantasías. ¿Por qué no le dices: te parece que probemos un día? Esta es una forma de abordaje a tu compañer@ No lo hagas por sorpresa porque está privado de libertad y le puede resultar una amenaza pero si está de acuerdo: adelante. Tomate tu tiempo. Enséñale las ataduras que vas a utilizar, una de las formas es poner sus brazos por encima de su cabeza, colocar sus muñecas una sobre otra y atarselas. También podéis utilizar el cinturon del albornoz.

Puede que le sea más fácil si le hablas mientras tanto. Como anticipo cuéntale lo que le espera, o coméntale las maniobras hasta atarle a los barrotes. Si estás preparad@ acaríciale y besale por el cuerpo. Si eres mujer déjale caer tu melena o tus senos por todas partes. Activa sus sentidos, permitele que mire, huela, y saboree. Si eres varón haz lo mismo. Se trata de volverle loc@ sin tocarle los genitales. Eso te lo puedes guardar para un final que le embriage, sea con la mano, sentandote sobre ellos o aproximándote mucho.

La mujer puede atarle las manos y dejar que vea cómo se masturba lentamente. Es una variante de este juego. El nudo debe estar no muy cerca de las muñeca, que quede un espacio de un dedo de ancho por lo menos. Cuando esté maniatado, no debes dejarle sólo a tu amado. Estate seguro de que respira bien y que los brazos que están atados por encima de la cabeza estén doblados, sobre todo cuando tu estés de pie.

Más variantes de las ataduras son: forzarle a abrir las piernas, o los brazos y las piernas a la vez. Puede ser sentad@ y atado al respaldo o a las patas de una silla, de pie atado a la barra del armario o tumbado boca abajo.

¿Cuál es tu fantasía? ¿Con qué variante sueñas tú? Deja que te ate sólo un hombre con el que sea de tu confianza. El que respeta tus deseos y tus límites. Antes defínele lo que tiene que hacer. Y muy importante señala una palabra clave que el atado pronunciará cuando esté incómodo o quiera terminar. En ese momento el juego habrá finalizado.

Si está limitado uno de los sentidos, se refuerzan los otros, y se vuelven muy receptivos. Haz la prueba, véndale los ojos. Si está privad@ de la visión cada ruido, cada olor, cada roce serán más intensos... No saber, ni ver lo que te espera es un estimulante muy erótico en el sexo. Y ¿el oído?: entra en confusión si le pones unos auriculares, y le dejas que se hechice con los sonidos de su música favorita, mientras tu seduces su cuerpo.
Sexo gélido y tórrido vimos en Nueve semanas y media, y algunos de sus jueguecitos eróticos se pueden practicar ¿no? Como hacer "sexo salvaje" en la mesa del comedor o darle de comer a tu compañer@ lo que haya en el frigorífico. Momentos gélidos con cubitos de hielo: ¡las maravillas que hacían entre Kim Bassinger y Mickey Rourke! Recordáis cómo él los dejaba deslizarse por los hombros de Kim que goteaban lentamente sobre sus pechos y los conducía por el vientre hasta la vagina. Un contraste de temperaturas que produce un shock en un cuerpo ardiente.

También Madonna en su filme "El cuerpo del delito" utilizaba una variante tórrida: dejaba gotear cera sobre la piel de su compañero. Esto no tiene ningún peligro si usas velas sencillas de parafina, las velas perfumadas, con colores o de cera de abeja pueden quemar la piel porque se derriten a una temperatura muy alta. Al principio del juego sostén la vela de parafina en lo alto y asegúrate de que las gotas que caen sobre la piel están templadas.

Si alternas rápidamente cubitos de hielo y cera recibirá sensaciones inusitadas.

No te voy a hablar de leer en la cama, aunque puedes escribir mensajes eróticos en el cuerpo de tu amante. Como hacía la dama en la en la pelicula "The pillow book" de Peter Greenaway. Esta lectora adornaba el cuerpo entero de sus amantes y se tomaba su tiempo. Ellos encontraban rica rica esta actividad. Pinta círculos, signos, dibujos o un cuadro entero en la piel. No está prohibido en ningún sitio. Después de este divertido juego entre risas viene la ducha, que podéis compartir.

Y si jugáis con cubitos... Ponte dos cubitos pequeños de hielo en la boca... y acercalos al pene de él.

O túmbate desnuda y cúbrete sólo con una cereza madura en el ombligo. ¿Crees que entederá tu invitación altamente erótica? Si ves que no la entiende empuja la cereza hacia abajo para que su rastro rojo le indique a él el buen camino.

Y ¿el champán? Sorbe un trago de champán y busca sus cosquillas en el pene con el burbujeante líquido. Turno para él: empieza por dejarlo caer gota a gota sobre el clítoris, luego mima la vagina con tus sorbitos. ¡Es un refresco especial!

Las romanas en la Antigüedad solían ver cómo cae gota a gota la miel sobre los pezones y el clítoris... y que el amado se dedique a chupar y chupar. Puedes hacerlo también con crema de helado o natillas.

Estas son formas de vivir la fantasía. Tu eres el responsable. No tienes por qué avergonzarte de nada, porque puede ser un impedimento para poder disfrutar de todo esto y enriquecer así tu vida sexual.

Ana de Calle. Sexóloga y Terapéuta de Pareja
www.elsexoesvida.com
+34 639 555 994
Autora de 'El sexo magia para tu cuerpo'

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