Toda la noche la he pasado sin pegar ojo pensando en el problema o tragedia griega; nada, que no había forma de conciliar el sueño ni con el comprimido de stilnox 10 que me engullo para despejar los malos pensamientos y descansar cuatro o cinco horas.

Me tragué toda la información que sobre el referéndum, ya histórico, con el que los helenos le han dado un buen palo a la troika de marras, aunque ellos, los griegos, quiero creer que tienen algo de culpa… pero bueno eso es harina de otro costal.

Y anda que los llamados progresistas no se daban prisa en colocar en la horca de la culpabilidad al PASOC y NUEVA DEMOCRACIA bajo los calificativos del PSOE y PP griegos; claro es que todos los que afirmaban semejante culpabilidad, que la tienen, eran “podemistas” y/o “comunistas”, ya saben, los que de verdad se preocupan por la clase trabajadora.

Y un servidor, palabrita que es verdad, dando vueltas en la cama a ver la forma de solucionar algo para que mañana, creo que es mañana, aliviemos la cantidad de cerca de dos mil millones de euros que los hijos de Aristóteles tienen que abonar a no sé qué estamento del eurogrupo.

Y es verdad que en los momentos de alucinación es cuando llegan las respuestas adecuadas y los mejores versos que pueden escribirse; y lo vi claro.

Como resulta que aunque nosotros, españoles de todos los signos políticos, estamos también jodidos, pero sin llegar a la tragicomedia griega, pensé que ahora que Rajoy, dicen que por razones electoralistas y seguro que llevan razón lo que tal cosa afirman, va a bajar los impuestos del IRPF en este semestre que empezamos, podríamos convocar un referéndum de solidaridad con Grecia para que la bagatela a que tocamos en el reparto electoralista sea transferida al gobierno de Alexis Tsipras sin dilación alguna, o sea, ya.

En el caso de que Mariano racanee y diga que ese dinero, que viene a ser mil seiscientos millones de euros, es producto del sudor y los malos ratos que ha pasado la ciudadanía española, propongo que se realicen transferencias particulares por parte de nosotros a don Alexis, empezando, eso sí, por los más cercanos a su ideología política, pero sin que nadie se haga el rácano como el señor Rajoy.

Y ahora, con la conciencia tranquila, me voy a dormir. Buen día tengan ustedes.