Samuel Etoo ha recibido el alta médica y en poco tiempo podrá volver a participar en competición con el Barça. Ya desde el entorno del club se vuelve a hablar de que el camerunés imprimirá el carácter que le falta al equipo y, según las malas lenguas, al entrenador.
Al igual que el año pasado, la vuelta de Samuel se espera como la de un mesías futbolístico, una luz que guíe a los azulgranas en el mar de sombras que parecen estar inmersos.
Pero echemos la mirada atrás varios meses. El 'león indomable' no hizo más que dinamitar a un vestuario que todavía no se ha repuesto de aquella lucha de egos. Samuel no hizo mejor al Barça y sí hizo más visible lo malo.
Pero ahora llega en un momento diferente. Su 'hermano' y enemigo Ronaldinho está en el peor momento y la atención está en ese pequeño argentino, Leo Messi, al que no le importa ceder algo de gloria a los demás porque está alumbrado con la luz de los más grandes.
Por eso esta vez parece que su llegada no será tan polémica y sí beneficiosa para un conjunto que necesita rugir, sobre todo fuera de su estadio. Su estancia será corta, ya que luego emigrará a la Copa de su continente, pero antes podrá dejar encauzado el camino a los de Rijkaard.
Al Barcelona le falta esa garra que tuvo durante dos temporadas. Ese capacidad de morder al contrario y dejarle desangrarse futbolísticamente mientras los catalanes tocaban y tocaban, y esa cualidad sólo fue palpable cuando el 'león Etoo' comandaba la delantera. Una esperanza para la afición… y un clavo ardiendo para su técnico.