¡A buenas horas, mangas verdes! Precisamente cuando Rajoy lo ve perdido todo por la mala cabeza de su ministro de Hacienda y sus deficientes consejeros, pretende volver atrás, después del ingente daño hecho a los funcionarios. Ve que se acercan las elecciones y que se queda sin pan y sin perro. ¿Qué hacer? Muy sencillo: prometer hasta meter y, una vez metido, nada de lo prometido. Ya lo hizo desde 2011 y lo volverá a repetir. ¡Ni caso, caramba!

Ya nos engañó hace cuatro años y no cumplió nada de lo dicho. Ahora no le vamos a creer porque será más de lo mismo. Ningún funcionario olvidara el daño recibido del Gobierno popular en diciembre de 2012: nos quitó la paga extraordinaria, mientras que todos los trabajadores de la empresa privada la recibieron, incluso tuvieron subidas al año siguiente. Precisamente por aquel mal gesto –hecho en nombre de los recortes y de la nefasta situación en la que el PSOE dejó al país – ya nadie cree al presidente Rajoy. Miles de funcionarios se vieron obligados a prescindir de regalos familiares; nos obligó a atarnos el cinturón, como nunca; las cenas de Navidad con los compañeros de trabajo hubo que eliminarlas y, por si no era suficiente, decidimos no gastar en Navidad. Más de una empresa decidió prescindir de sus trabajadores y enviarlos al paro.

Pero Mariano Rajoy parece no acordarse de aquello. Cuando las pagas extraordinarias se reciben ya están destinadas para algo útil: ropa para los niños; renovación de vestuario de los mayores; gafas; consultas médicas; ese pequeño capricho que los funcionarios nunca pueden permitirse, etc. Sin embargo, Rajoy y Montoro debieron pensar que ese dinero se dedicaba a fiestas, viajes, jolgorios, copas y otras ‘mariconadas’. Perdón por la expresión, pero me voy calentando. No saben que algún funcionario tuvo que pedir. Sí, literalmente, como lo leen; me refiero a pedir en la calle. Los sueldos de funcionario, salvo excepciones, son sueldos bajos y para vivir al día, de ahí que muchos funcionarios no pidan incompatibilidad nunca, aunque trabajen en otra empresa, sea en negro, azul o verde. El Gobierno de Mariano Rajoy nos ha condenado a los funcionarios a la indigencia económica y casi hemos acabado siendo los ‘pobres de solemnidad’ de la crisis económica que agudizó el PSOE.

Vuelvo a lo del principio. ¡A buenas horas, mangas verdes! Ahora Presidencia del Gobierno da la orden para que todos los ministerios tengan en cuenta la devolución de la paga ‘robada’ para los nuevos Presupuestos Generales del Estado de 2016. Hablan los ministros y el propio presidente de compensar a quienes más sacrificios han hecho durante la crisis y en los últimos seis años: aumento del IRPF, congelación salarial, subida del IVA, eliminación de paga extraordinaria, reducción del salario hasta en un 5%, recortes en educación y sanidad, eliminación de puestos de trabajo en los centros docentes, sobrecarga al profesorado y menosprecio a su labor. A ello hay que añadir que la tasa de reposición se reducía al simple 10%, algo así como una bofetada en toda regla y con toda mala fe: tres generaciones de estudiantes han visto cómo en educación no había oposiciones en varios años, por poner un ejemplo.

Ahora nos quiere volver a engañar el Gobierno, diciendo que devolverán a los funcionarios el 75% de aquella paga extra ‘robada’. Recuerden que con aquel dinero recibieron los sindicatos de clase suculentas dotes, a pesar de que han sido pillados en numerosos renuncios de corrupción y provecho personal. ¡Serán verracos, estos sinvergüenzas! ¡Métanse la paga por donde les quepa porque quien tenga dos dedos de frente no volverá a votar al Partido Popular ni en sus peores sueños. Se dice incluso que sí puede ser posible la devolución de la paga extra porque, en palabras de un medio de comunicación: “Para Bruselas, el abono de la extraordinaria perdida es la medida más defendible porque ya ha habido sentencias judiciales en ese sentido”.

En fin, Mariano, no es solo la pérdida de la paga extra. Es también la mala gestión del Gobierno. Los atropellos del Banco de España. La creación patética, escandalosa y malintencionada del FROB, el consentimiento de que a la ciudadanía le realizaran quitas de sus ahorros para no tener que pedir rescate a Europa.

¡Es que es mucho el daño realizado a la ciudadanía! ¡Os vais a enterar de lo que vale un peine y de lo larga que es la travesía del desierto! Al tiempo.