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Opinión
Etiquetas | El arte de la guerra
Santi Benítez

Ad Nauseam

|

Es muy posible que el día de ayer pase a la historia de este país como la jornada en la que el Estado de Derecho español haya dado una lección de responsabilidad, credibilidad y respeto a los principios democráticos, comparable a aquel día de 1977 en el que los españoles elegimos a quien queríamos que nos representara para entrar en esta democracia que hoy disfrutamos - que podemos, o no, estar de acuerdo con ella, pero nadie niega la importancia de la fecha-. Por fin, el juez Gómez Bermúdez ha dictado una sentencia que, por lo menos desde el punto de vista judicial, termina con cuatro años de conspiranoías, furgonetas, mochilas y polvo para pies, le guste o no le guste a tanto paleto, iletrado, cornucopia, correveidile y sacapellejos de la derecha mediática en este país. Esa derecha mediática que olvidó la objetividad el día en que Aznar llegó al poder - aunque a Pedro J. Ramírez hay que exonerarlo del tema, porque hasta que no se repartieron las licencias de TDT era más zapateril que Rubalcaba (es lo que en romano palatino se llama "por el interés te quiero, Andrés")-.

Como verán, en este artículo no voy a hablar de Acebes, Zaplana y la morrolla que mintió como bellacos el mismo 11M y los días posteriores. No vale la pena, y no vale la pena porque para eso están las hemerotecas, los podcast, las videotecas. No hace falta añadir más nada. Quien quiera acceder a ellas sólo tiene que encender un ordenador y buscar en el Google.

En este artículo quiero hablar de aquellos que han vivido, y previsiblemente seguirán viviendo mientras puedan, y les dejen, del asesinato de 191 personas a manos de unos terroristas yihadistas. Porque, ingenuo de mi, pensé que esta sentencia acabaría con Skodas Fabias, mochilas que son pero no son, polvo para el olor a pies, etc, etc. Pero no ha sido así. Lo cierto es que esos adalides de la libertad de información se han agarrado como garrapatas - el primero de ellos Cesar Vidal, como no, en su programa La Linterna ayer por la noche- a la teoría de la conspiranoia, y no parece que la vayan a soltar, haya sentencia o no la haya. Eso sí, esta sentencia los ha hundido en el descrédito más absoluto, aunque ellos hagan como que quien no quiere la cosa.

Si me lo permiten les voy a hacer un resumen de lo que se ha dicho en el programa de Cesar Vidal, que, imagino, será adelanto de lo que podrán oír por la mañana en el programa de ese pobre diablo que es Jiménez LoSantos. Pasen y vean.

Lo primero, que sino existe condena sobre el autor "intelectual" del atentado no sabemos quienes fueron los autores (¿...?). Me gustaría mucho que este buen hombre, Cesar vidal, me indicara alguna sentencia sobre atentados yihadistas dictada en el mundo, en la que se pueda leer "... y como autor intelectual del atentado condenamos a...". Es más, le conmino a hacerlo, en vez de explotar, tal y como lo hace, la frace del descerebrado de Aznar cuando habla de que los autores intelectuales del atentado no están en lejanas montañas. Y si tiene pruebas de que esa frase tiene algún significado intrínseco fuera de la enfermiza mente del que pasará a la historia como el presidente de nuestro país que nos metió en una guerra por un puesto de sopla pollas en la Universidad de Georgetown y otro de asesor que no asesora en una empresa estadounidense, le exijo que las exponga... Ah, ¿Qué no? Ya me lo imaginaba.

Y segundo, esta sentencia no cierra la investigación sobre quienes fueron los verdaderos autores del atentado del 11M. Es evidente que el intefecto no se ha leído la parte de la sentencia que comienza con ese "Se consideran hechos probados...". Tampoco es de extrañar - yo a veces dudo que sepa leer-. En una diatriba sin sentido el señor Cesar vidal se permite decir que la sentencia es un "trágala", se pregunta cual era la intencionalidad del atentado (¿...?), y afirma que el gobierno socialista precisaba de una sentencia judicial en este caso que respaldara su elección en los días posteriores al 11M. Y aquí peco de ingenuo, de nuevo. Pobre de mi, pensé que quien precisaba de una sentencia que lo aclarara todo eran las víctimas y los familiares de esas víctimas, y quienes habían respaldado las elecciones en los días posteriores al atentado del 11M habían sido los ciudadanos y ciudadanas de este páis mediante su voto. Claro que me puedo equivocar.

Es evidente que la esperanza que teníamos la inmensa mayoría de los ciudadanos de que esta sentencia cerrara, de una vez por todas, el periodo más asqueroso, oscuro y tremebundo que ha vivido nuestro país en medios de información, o desinformación, según y como se mire, de esta derechona penosa, comenzando por Libretalidad Digital, que llegó a pedir a sus autores que hiciera horas extras para dar la paliza con la exhoneración de los yihadistas, se va al traste a muy pocas horas de haberse pronunciado la sentencia.

Lo cierto es que los autores materiales e intelectuales del atentado más atroz que hemos vivido en nuestro país han sido condenados por hechos ciertos y demostrados.

Habrá que dejarle el aprovecharse del sufrimiento de las víctimas y de sus familiares al PP, a través de Rajoy, que dijo, textual, "Apoyaré cualquier otra investigación sobre el caso", a Libretalidad digital, a El Mundo (de Yupi), a Cesar Vidal y, por supuesto, a Jiménez LoSantos. Si es normal que lo hagan en los atentados de ETA, habrá que terminar pensando que también lo es con uno de los hechos más execrables que han acaecido en nuestra democracia.
Eso sí, no quiero terminar sin felicitar a la fiscalía, que ha aguantado de estos impresentables carretas y carretones, al señor juez, que ha demostrado con creces que la Justicia y el Estado de Derecho funcionan en este país, y a todas y cada una de las víctimas y familiares de las víctimas, porque han conseguido aquello que querían, que los culpables terminaran en la cárcel.

No hay más.

P.D.

Quiero deciros a vosotros, que perdísteis la vida allí, que siempre que escribo sobre el 11M se me saltan las lágrimas. Os recordaré siempre, a todos y cada uno. Como bien dice la foto que encabeza este artículo, ¡En esos trenes íbamos todos! Siempre estaréis en mi memoria.

Suena de fondo "True colors", de cindy Lauper.

Buenas noches, y buena suerte...

Ad Nauseam

Santi Benítez
Santi Benítez
lunes, 5 de noviembre de 2007, 00:51 h (CET)
Es muy posible que el día de ayer pase a la historia de este país como la jornada en la que el Estado de Derecho español haya dado una lección de responsabilidad, credibilidad y respeto a los principios democráticos, comparable a aquel día de 1977 en el que los españoles elegimos a quien queríamos que nos representara para entrar en esta democracia que hoy disfrutamos - que podemos, o no, estar de acuerdo con ella, pero nadie niega la importancia de la fecha-. Por fin, el juez Gómez Bermúdez ha dictado una sentencia que, por lo menos desde el punto de vista judicial, termina con cuatro años de conspiranoías, furgonetas, mochilas y polvo para pies, le guste o no le guste a tanto paleto, iletrado, cornucopia, correveidile y sacapellejos de la derecha mediática en este país. Esa derecha mediática que olvidó la objetividad el día en que Aznar llegó al poder - aunque a Pedro J. Ramírez hay que exonerarlo del tema, porque hasta que no se repartieron las licencias de TDT era más zapateril que Rubalcaba (es lo que en romano palatino se llama "por el interés te quiero, Andrés")-.

Como verán, en este artículo no voy a hablar de Acebes, Zaplana y la morrolla que mintió como bellacos el mismo 11M y los días posteriores. No vale la pena, y no vale la pena porque para eso están las hemerotecas, los podcast, las videotecas. No hace falta añadir más nada. Quien quiera acceder a ellas sólo tiene que encender un ordenador y buscar en el Google.

En este artículo quiero hablar de aquellos que han vivido, y previsiblemente seguirán viviendo mientras puedan, y les dejen, del asesinato de 191 personas a manos de unos terroristas yihadistas. Porque, ingenuo de mi, pensé que esta sentencia acabaría con Skodas Fabias, mochilas que son pero no son, polvo para el olor a pies, etc, etc. Pero no ha sido así. Lo cierto es que esos adalides de la libertad de información se han agarrado como garrapatas - el primero de ellos Cesar Vidal, como no, en su programa La Linterna ayer por la noche- a la teoría de la conspiranoia, y no parece que la vayan a soltar, haya sentencia o no la haya. Eso sí, esta sentencia los ha hundido en el descrédito más absoluto, aunque ellos hagan como que quien no quiere la cosa.

Si me lo permiten les voy a hacer un resumen de lo que se ha dicho en el programa de Cesar Vidal, que, imagino, será adelanto de lo que podrán oír por la mañana en el programa de ese pobre diablo que es Jiménez LoSantos. Pasen y vean.

Lo primero, que sino existe condena sobre el autor "intelectual" del atentado no sabemos quienes fueron los autores (¿...?). Me gustaría mucho que este buen hombre, Cesar vidal, me indicara alguna sentencia sobre atentados yihadistas dictada en el mundo, en la que se pueda leer "... y como autor intelectual del atentado condenamos a...". Es más, le conmino a hacerlo, en vez de explotar, tal y como lo hace, la frace del descerebrado de Aznar cuando habla de que los autores intelectuales del atentado no están en lejanas montañas. Y si tiene pruebas de que esa frase tiene algún significado intrínseco fuera de la enfermiza mente del que pasará a la historia como el presidente de nuestro país que nos metió en una guerra por un puesto de sopla pollas en la Universidad de Georgetown y otro de asesor que no asesora en una empresa estadounidense, le exijo que las exponga... Ah, ¿Qué no? Ya me lo imaginaba.

Y segundo, esta sentencia no cierra la investigación sobre quienes fueron los verdaderos autores del atentado del 11M. Es evidente que el intefecto no se ha leído la parte de la sentencia que comienza con ese "Se consideran hechos probados...". Tampoco es de extrañar - yo a veces dudo que sepa leer-. En una diatriba sin sentido el señor Cesar vidal se permite decir que la sentencia es un "trágala", se pregunta cual era la intencionalidad del atentado (¿...?), y afirma que el gobierno socialista precisaba de una sentencia judicial en este caso que respaldara su elección en los días posteriores al 11M. Y aquí peco de ingenuo, de nuevo. Pobre de mi, pensé que quien precisaba de una sentencia que lo aclarara todo eran las víctimas y los familiares de esas víctimas, y quienes habían respaldado las elecciones en los días posteriores al atentado del 11M habían sido los ciudadanos y ciudadanas de este páis mediante su voto. Claro que me puedo equivocar.

Es evidente que la esperanza que teníamos la inmensa mayoría de los ciudadanos de que esta sentencia cerrara, de una vez por todas, el periodo más asqueroso, oscuro y tremebundo que ha vivido nuestro país en medios de información, o desinformación, según y como se mire, de esta derechona penosa, comenzando por Libretalidad Digital, que llegó a pedir a sus autores que hiciera horas extras para dar la paliza con la exhoneración de los yihadistas, se va al traste a muy pocas horas de haberse pronunciado la sentencia.

Lo cierto es que los autores materiales e intelectuales del atentado más atroz que hemos vivido en nuestro país han sido condenados por hechos ciertos y demostrados.

Habrá que dejarle el aprovecharse del sufrimiento de las víctimas y de sus familiares al PP, a través de Rajoy, que dijo, textual, "Apoyaré cualquier otra investigación sobre el caso", a Libretalidad digital, a El Mundo (de Yupi), a Cesar Vidal y, por supuesto, a Jiménez LoSantos. Si es normal que lo hagan en los atentados de ETA, habrá que terminar pensando que también lo es con uno de los hechos más execrables que han acaecido en nuestra democracia.
Eso sí, no quiero terminar sin felicitar a la fiscalía, que ha aguantado de estos impresentables carretas y carretones, al señor juez, que ha demostrado con creces que la Justicia y el Estado de Derecho funcionan en este país, y a todas y cada una de las víctimas y familiares de las víctimas, porque han conseguido aquello que querían, que los culpables terminaran en la cárcel.

No hay más.

P.D.

Quiero deciros a vosotros, que perdísteis la vida allí, que siempre que escribo sobre el 11M se me saltan las lágrimas. Os recordaré siempre, a todos y cada uno. Como bien dice la foto que encabeza este artículo, ¡En esos trenes íbamos todos! Siempre estaréis en mi memoria.

Suena de fondo "True colors", de cindy Lauper.

Buenas noches, y buena suerte...

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