Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cultura | Filosofía
El subtítulo del volumen es también clarificador: La vida como obra de arte

Goethe

|

La reciente publicación en español de la biografía de Goethe por Rüdiger Safranski es un libro extenso que relata, de modo pormenorizado, numerosos aspectos de la vida y obra de este genio universal alemán. El subtítulo del volumen es también clarificador: La vida como obra de arte.

A lo largo de 603 páginas el talento narrativo y filosófico de Safranski construye una especie de minucioso fresco panorámico de la vida y el arte entre la segunda mitad del siglo XVIII, y el primer tercio del XIX. La filosofía también forma parte de los intereses de Goethe, aunque destaque, sobre todo, por sus escritos literarios.

Por ejemplo, cuando llegó a sus manos la Crítica del Juicio de Kant le pareció admirable, ya que le sirvió para tomar en consideración los productos del arte y los de la naturaleza, desde la perspectiva de la facultad de juzgar estética y la teleología.

La fuerza creadora de Goethe desde su juventud es enorme. Dispone además de unos dones innatos para escribir que perfecciona con la práctica y el trabajo. Las elaboraciones, esbozos y variaciones realizadas, por este artista del lenguaje, forman parte de su método compositivo. También la espontaneidad y la facilidad de escritura que muestran sus escritos: poemas, novelas, ensayos, etc., son la demostración de su inmenso talento literario.

El interés universal de este gran escritor germano se expresa también, en una voracidad lectora, que se aplica a numerosas obras que son objeto de lectura. Ciertamente, lo que lee y observa es el material del que parte en su producción escrita. Él mismo Goethe afirma que el sentido más importante es la vista, porque, a mi juicio, nos ofrece la realidad de las cosas, sin mediaciones artificiales, y de un modo abundante y extenso, lleno de matices y aspectos.

Goethe considera que forma parte del público al que van dirigidas sus obras escritas. Algunas de sus composiciones epistolares son para este gran hombre, una de las últimas grandes figuras intelectuales, un posible germen creativo de escritos más extensos.

La continua actividad reflexiva de Goethe está integrada en una indudable exaltación de la pasión y los sentimientos. Escribe al respecto en su juventud lo siguiente: «No me canso de reflexionar sobre la fugacidad, las inclinaciones y la mutabilidad del ser humano, sobre la moral en la sensualidad, sobre lo elevado y lo profundo, cuyo enlace con nuestra naturaleza puede considerarse el enigma de la vida humana». La constante actitud filosófica de fondo de Goethe es clara y evidente.

El diálogo con la naturaleza es para este pensador la manifestación de la grandeza divina, más que cualquier imagen o icono. La identificación del protestantismo ortodoxo con una doctrina moral está en una línea, que no es demasiado distinta de la kantiana o de la fichteana, en un sentido amplio, ya que refleja o representa el núcleo moral de la religión.

El éxito de su novela Werther fue extraordinario en Alemania, y fue traducida de modo inmediato a varias lenguas. En esta obra Goethe habla acerca del alma, de un modo original y nuevo. En este sentido, la exposición novelada de los sucesos anímicos de los personajes causó una indudable revolución en las formas literarias de la época.

La fuerza de la imaginación alcanza un nivel increíble en Goethe. El poder transformador de su genio creativo se manifestaba también, en su capacidad para elaborar obras similares en el estilo, a las de Shakespeare, y otros escritores.

Si bien su talento creó obras originales, a través de un estilo propio, que desarrolló a lo largo del tiempo. Si a esto añadimos sus conocimientos, sus intereses universales, sus obras, y sus contactos personales en el último tercio del siglo XVIII, y también en el siglo XIX hasta la fecha de su muerte en 1832, todo esto le convierte en uno de los últimos genios universales de todos los tiempos. El mismo Napoleón dijo que leyó Wherter siete veces.

Goethe se interesa por también por los procedimientos alquímicos, y por la naturaleza. Sus ensayos científicos son menos conocidos que sus obras literarias, pero son esenciales para comprender, de modo pleno, su mundo poético y literario. La relación entre ciencia y arte, la transformación de lo orgánico y lo inorgánico, la concepción de la ciencia, etc.

Así en su Teoría de la naturaleza Johann Wolfgang von Goethe escribe: «¡Naturaleza! Una fuerza que nos arrastra en el torbellino de su danza moviéndose con nosotros. Aunque vivimos en su seno, le somos extraños y, aunque parece orientarlo todo a la individualidad, nada le importan los individuos». La energía y la fuerza vital que expresan sus escritos, junto con sus reflexiones sobre la vida, el ser humano, y la realidad siguen siendo, extraordinariamente interesantes, en pleno siglo XXI.

Goethe

El subtítulo del volumen es también clarificador: La vida como obra de arte
José Manuel López García
domingo, 24 de mayo de 2015, 22:36 h (CET)
La reciente publicación en español de la biografía de Goethe por Rüdiger Safranski es un libro extenso que relata, de modo pormenorizado, numerosos aspectos de la vida y obra de este genio universal alemán. El subtítulo del volumen es también clarificador: La vida como obra de arte.

A lo largo de 603 páginas el talento narrativo y filosófico de Safranski construye una especie de minucioso fresco panorámico de la vida y el arte entre la segunda mitad del siglo XVIII, y el primer tercio del XIX. La filosofía también forma parte de los intereses de Goethe, aunque destaque, sobre todo, por sus escritos literarios.

Por ejemplo, cuando llegó a sus manos la Crítica del Juicio de Kant le pareció admirable, ya que le sirvió para tomar en consideración los productos del arte y los de la naturaleza, desde la perspectiva de la facultad de juzgar estética y la teleología.

La fuerza creadora de Goethe desde su juventud es enorme. Dispone además de unos dones innatos para escribir que perfecciona con la práctica y el trabajo. Las elaboraciones, esbozos y variaciones realizadas, por este artista del lenguaje, forman parte de su método compositivo. También la espontaneidad y la facilidad de escritura que muestran sus escritos: poemas, novelas, ensayos, etc., son la demostración de su inmenso talento literario.

El interés universal de este gran escritor germano se expresa también, en una voracidad lectora, que se aplica a numerosas obras que son objeto de lectura. Ciertamente, lo que lee y observa es el material del que parte en su producción escrita. Él mismo Goethe afirma que el sentido más importante es la vista, porque, a mi juicio, nos ofrece la realidad de las cosas, sin mediaciones artificiales, y de un modo abundante y extenso, lleno de matices y aspectos.

Goethe considera que forma parte del público al que van dirigidas sus obras escritas. Algunas de sus composiciones epistolares son para este gran hombre, una de las últimas grandes figuras intelectuales, un posible germen creativo de escritos más extensos.

La continua actividad reflexiva de Goethe está integrada en una indudable exaltación de la pasión y los sentimientos. Escribe al respecto en su juventud lo siguiente: «No me canso de reflexionar sobre la fugacidad, las inclinaciones y la mutabilidad del ser humano, sobre la moral en la sensualidad, sobre lo elevado y lo profundo, cuyo enlace con nuestra naturaleza puede considerarse el enigma de la vida humana». La constante actitud filosófica de fondo de Goethe es clara y evidente.

El diálogo con la naturaleza es para este pensador la manifestación de la grandeza divina, más que cualquier imagen o icono. La identificación del protestantismo ortodoxo con una doctrina moral está en una línea, que no es demasiado distinta de la kantiana o de la fichteana, en un sentido amplio, ya que refleja o representa el núcleo moral de la religión.

El éxito de su novela Werther fue extraordinario en Alemania, y fue traducida de modo inmediato a varias lenguas. En esta obra Goethe habla acerca del alma, de un modo original y nuevo. En este sentido, la exposición novelada de los sucesos anímicos de los personajes causó una indudable revolución en las formas literarias de la época.

La fuerza de la imaginación alcanza un nivel increíble en Goethe. El poder transformador de su genio creativo se manifestaba también, en su capacidad para elaborar obras similares en el estilo, a las de Shakespeare, y otros escritores.

Si bien su talento creó obras originales, a través de un estilo propio, que desarrolló a lo largo del tiempo. Si a esto añadimos sus conocimientos, sus intereses universales, sus obras, y sus contactos personales en el último tercio del siglo XVIII, y también en el siglo XIX hasta la fecha de su muerte en 1832, todo esto le convierte en uno de los últimos genios universales de todos los tiempos. El mismo Napoleón dijo que leyó Wherter siete veces.

Goethe se interesa por también por los procedimientos alquímicos, y por la naturaleza. Sus ensayos científicos son menos conocidos que sus obras literarias, pero son esenciales para comprender, de modo pleno, su mundo poético y literario. La relación entre ciencia y arte, la transformación de lo orgánico y lo inorgánico, la concepción de la ciencia, etc.

Así en su Teoría de la naturaleza Johann Wolfgang von Goethe escribe: «¡Naturaleza! Una fuerza que nos arrastra en el torbellino de su danza moviéndose con nosotros. Aunque vivimos en su seno, le somos extraños y, aunque parece orientarlo todo a la individualidad, nada le importan los individuos». La energía y la fuerza vital que expresan sus escritos, junto con sus reflexiones sobre la vida, el ser humano, y la realidad siguen siendo, extraordinariamente interesantes, en pleno siglo XXI.

Noticias relacionadas

Un 23 de abril de 1934, según el diario El Mundo de Buenos Aires, la Sociedad de las Naciones había desmentido actos de canibalismo en las tropas bolivianas que combatían en el Chaco. El New York Times había publicado trascendidos que circulaban en La Paz, dando cuenta de que nativos del Chaco, sin ningún respeto,  habían matado y devorado a oficiales bolivianos, en protesta por el reclutamiento forzozo de los pueblos originarios.

Tenemos un país donde miles de personas votan a asesinos. Algo no está bien. Adoctrinados en el odio a España, desde pequeños, votan. El problema es que representan el 0,7% pero influyen en España al 100%. Poco que hacer. Puede ir a peor. Aficiones y aflicciones del personal de allí, allá o acullá; y el de aquí. Por lo que hay y pueda ocurrir, el resultado importa. En el País Vasco sobre todo, también en el resto de España y en la UE.

Las  conductas de riesgo son aquellos comportamientos que implican un efecto placentero inmediato pero carecen de una valoración de las consecuencias posteriores. Es preciso comprender que son los mecanismos cognitivos los que guían al adolescente y joven a la asunción de conductas de riesgo.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto