Durante esta campaña electoral la mayoría de medios de comunicación han puesto en el ojo del huracán de la noticia la posible desaparición del bipartidismo reinante desde el inicio de la llamada Transición, y la irrupción en el mercado electoral de dos nuevas fuerzas políticas que pueden hacer que a partir del domingo 24 de Mayo ya nada sea igual en los Ayuntamientos. En cuanto a la posible desaparición del bipartidismo tengo serias dudas que esto pueda ocurrir y tal vez nos encontramos desde estas elecciones municipales hasta las que a finales de año tendrán lugar para elegir el nuevo parlamento español con un fenómeno consistente en el trueque de un bipartidismo por otro, el PP y el PSOE pueden ser sustituidos por CIUDADANOS y PODEMOS con la inestimable ayuda de las empresas del Ibex 35 y los grandes grupos mediáticos. Que todo cambie para que todo siga igual como hace años escribió Lampedusa.

Pero desde los medios de comunicación esta lucha por el poder y esta fragmentación de la política siempre ha estado referida a las grandes ciudades, al fin y al cabo es donde los grandes partidos aúnan sus fuerzas y donde el granero de votos es más numeroso. Pero esta lucha de fuerzas también se produce en los pequeños municipios, y más en las elecciones municipales en las que en los ciudadanos a la hora de otorgar su voto a una u otra fuerza política pesa mucho la persona que encabeza la lista. En los lugares con un censo pequeño las afinidades, las simpatías y, también, los agradecimientos clientelares pueden decantar la balanza de uno u otro lado.

Yo, que llevo largos años escribiendo de la política, y también personalmente inmerso en ella durante algún tiempo, siempre he seguido sus avatares en grandes ciudades como Valencia o Barcelona, pero en esta ocasión he querido vivir la campaña electoral, si así se le puede llamar, desde dentro de una pequeña población como es Castellterçol, el pueblo donde hemos elegido vivir y que hace tres años, a nuestra llegada, nos acogió generalmente con todo el cariño y afecto. Estas son unas pequeñas reflexiones sobre mis primeras elecciones municipales en Castellterçol.

Situemos Castellterçol
Castellterçol es un pueblo de 2.400 habitantes que, anteriormente pertenecía a la comarca del Vallés Oriental y que desde hace poco más de un mes ha pasado a ser el segundo pueblo en población de la nueva comarca del Moianés. Su primer núcleo poblacional se asentó alrededor de la Iglesia hace más de mil cien años, somos un pueblo con historia, el castillo del antaño señor de Terçol es hoy un albergue de turismo rural y un lugar en el que de tanto en tanto se celebran actos culturales, en la Festa Major de la última semana de Agosto en la plaza frente al Ayuntamiento cada año un grupo de danzantes trenza los pasos de la “dansa de Castellterçol”, conocida en toda Catalunya y del “ball del ciri”, los “gigantes”, rodeados de gente, recorren las estrechas calles del pueblo en una noche de festejos y alegría popular mientras en las terrazas de los bares la gente deja pasar el tiempo, son días de fiesta en los que participan muchas de las diversas entidades ciudadanas con las que cuenta la población como los “Diables” o la trabajadora gente de “ActivaTerçol”. También a lo largo del año se celebran diversas ferias lo que hace que se viva activo, tranquilo y feliz en medio de esta maravilla de la naturaleza.

Pero siempre hay un pero, en este caso una de las pegas es la escasez de transporte público que nos comunique con la resta de pueblos de la comarca y con Barcelona, que está a tan sólo 50 kilómetros de distancia. Hay poco servicio de autobuses y el último que sale desde Barcelona en dirección a Castellterçol es a las 20,30 horas con lo que, a los que no tenemos medio de transporte, se nos castiga a estar a dieta de cine y teatro. Esto se podría paliar si el estupendo Centre Escénic que existe en Castellterçol programara cine o teatro, cosa que se puede hacer en colaboración con la Diputación o bien conjuntamente con los organismos rectores de la nueva comarca del Moianés, el Centre Escénic más pronto que tarde tendría que ser el local teatral al servicio de la comarca.

Nuevos aires para el municipio
En las elecciones municipales del 2011 cuatro fuerzas políticas midieron sus fuerzas ante los ciudadanos de la población. La fuerza más votada fue CiU, con Manuel Vila alcalde durante veinte años encabezando la lista, obtuvieron 522 votos (41,53%) y cinco concejales, en segundo lugar quedó Alternativa Independentista, en la órbita de ERC, con 315 votos (25,06%) y tres concejales, en tercer lugar el P.I.C., dicen que marca blanca de los socialistas, con 276 votos (21,96%) y tres concejales y cerraba los resultados el PP con 74 votos (5,89%) y ningún representante en el consistorio.

En estos momentos está gobernando el Ayuntamiento la fuerza que menos apoyo vecinal obtuvo en las elecciones, el P.I.C., pero déjenme que les cuente el cómo y el porqué de esta anomalía, democrática porque la ley la ampara, pero anomalía al fin y al cabo. Hace cuatro años la lista más votada, CiU, no pudo acceder a la alcaldía porque los votos de A.I. y P.I.C. nombraron alcalde a Vicenç Sánchez, representante de A.I. que ahora encabeza la lista de ERC, el pacto fue roto por el P.I.C. que a los pocos meses se alió con CiU y mediante una moción de censura apearon de su cargo a Vicenç Sánchez para colocar en el sillón de alcaldesa a Carme Tantiñà, segunda en el lista del P.I.C., firmando un pacto por el que transcurrido un tiempo cederían la alcaldía a Manel Vila de CiU.

Pero el P.I.C. volvió a olvidar que los pactos entre caballeros son para cumplirlos y cuando llegó el momento de traspasar la vara de alcalde a CiU miraron hacia otro lado, aprovecharon la ocasión para presentar una querella por supuestos delitos contra Manuel Vila y dos concejales más de su grupo y siguieron, tan contentos y orgullosos de haberse conocido, aferrados a la poltrona alcaldil y gobernando desde ese momento a base de Decretos de alcaldía ya que tan sólo tienen tres de los once concejales del consistorio.

Ahora este domingo los ciudadanos de Castellterçol acudiremos a las urnas para elegir un nuevo Ayuntamiento. Pero en esta ocasión a los grupos que acudieron a la contienda hace cuatro años se ha sumado una agrupación de electores bajo el nombre de “Castell en positiu”, agrupación formada por gentes de diversa condición y edad que esperan ganar, especialmente, el voto de la gente joven y de los desencantados. Uno más en contienda que todavía hará más difícil, tal vez, el que alguien pueda conseguir la mayoría suficiente para gobernar. Por aquí la campaña electoral ha sido tranquila, algún que otro acto festivo gastronómico para presentar la candidatura, cava y música para cerrar la campaña, actos para presentar el programa, aquí tengo que felicitar a ERC por la claridad con lo que lo hicieron amparándose en las nuevas técnicas, y un debate en el que, sus motivos tendrían, faltó CiU.

Las tres fuerzas presentes en el debate, el PP, desaparecido y desconocido, tampoco dio señales de vida, expusieron sus propuestas en tres bloques: Economía, Territorio y Servicios a las personas. Como en cualquier debate cada cual llevó el agua a su molino, la actual alcaldesa defendiendo a capa y espada lo hecho a lo largo de su mandato durante el cual sí es cierto que, de manera considerable, se ha rebajado la deuda pero también se ha rebajado considerablemente la inversión en cultura, el representante de ERC defendió el tiempo en que su grupo estuvo al frente del Ayuntamiento ya que fue entonces cuando se proyecto el planeamiento para lograr dicha disminución y el representante de la nueva formación “Castell en positiu” expuso sus proyectos para el pueblo. Jordi Vila, alcaldable de CiU, antes de comenzar el debate entregó una carta en la que su grupo explicaba los motivos de su inasistencia al mismo pidiendo que se leyera al principio del acto, se le ofreció que la leyera él mismo pero se negó a hacerlo y la carta no fue leída al considerar el resto de fuerzas políticas presentes que CiU se autoexcluía del acto. Tampoco al finalizar se dio lectura a todas las preguntas hechas por los asistentes y algunos nos quedamos con la sensación que hubo, no sabemos por parte de quien, una criba para, con la excusa del tiempo, no leer alguna pregunta incomoda para alguno de los representantes políticos. Salí del debate con la impresión de que a los actuantes les faltó garra, y más que a un debate entre contrincantes políticos asistí a la simple exposición del programa de cada cual.

Tanto Vicenç Sánchez (ERC) como Isaac Burgos (CeP) remarcaron la importancia de contar con la opinión del pueblo a la hora de llevar adelante proyectos municipales, cosa que en la legislatura que ahora finaliza ha brillado por su ausencia. El P.I.C. ha actuado como si el Ayuntamiento de Castellterçol fuera su cortijo obviando al pueblo y buena prueba de ello es la nueva urbanización de la plaza Prat de la Riba que se ha llevado a cabo, justo una semana antes de las elecciones, sin tener para nada en cuenta a los vecinos y comerciantes y, lo que es más grave, cómo quedará finalmente el tránsito rodado por dicha plaza como afirmó la alcaldesa durante el debate, urbanizan una plaza sin saber qué van a hacer finalmente con ella, pero en tiempo electoral todo es bueno para muñir la vaca de los votos.

La noche del domingo y una vez contados los votos, es mi parecer, nadie va a tener mayoría suficiente para poder gobernar con tranquilidad. Veo difícil llegar a pactos de gobierno pero sí que tal vez sea posible que algunos de los concejales elegidos por el pueblo lleguen a acuerdos en temas que para mí son de suma urgencia, entre ellos la ubicación del Instituto Escuela, la Biblioteca, la utilización del Centre Escénic y la ayuda a los más necesitados. Hay muchas más cosas que espero que quienes sean elegidos sepan llevar adelante olvidando rencillas y luchas personales que deben ser aparcadas en beneficio de Castellterçol, nuestro pueblo. Como ven también en las poblaciones pequeñas la política se vive de cerca y, a veces, reúne extraños compañeros de cama. Ya veremos en esta ocasión con quien se acuesta, es metáfora, cada uno.