En la era digital en que vivimos es necesario un marco regulatorio, más preciso y detallado, respecto al tráfico de datos e información a través de Internet. Además de los cibertaques existen otras amenazas que afectan, de modo directo, a la privacidad de las personas.

La clara fijación de quién es el dueño de los datos que circulan por la red es clave, por muchas razones. No es adecuado ni bueno que se mantenga la ambigüedad en esta cuestión.

Y lo que tampoco es lógico ni coherente, a mi juicio, es que los ciudadanos tengan que ser conformistas perdiendo individualidad, por temor a ser rechazados en el empleo por las empresas, por causa del libre uso de Facebook, Twitter, u otras redes sociales.

Ya que, si cada individuo tiene que adaptarse a los gustos de las entidades o centros de trabajo que ofertan empleos, en la utilización de las redes, se reduce, de un modo inadmisible, la libertad de expresión y pensamiento de los sujetos.

Indudablemente, el Big Data o el uso masivo de datos analizados es una herramienta tecnológica muy potente. De este modo, se pueden descubrir patrones de comportamiento individual, algo ya posible, pero no deseable en muchos casos. Porque, algunas grandes empresas tecnológicas ya pueden saber los gustos y tendencias individuales, simplemente, por medio del rastro que dejamos en Internet, y también con los móviles y otros aparatos electrónicos.

Aunque, también es factible, una utilización positiva de grandes cantidades de datos, y de un procesamiento de la información en multitarea en ámbitos diversos, por ejemplo, en la investigación médica y biológica, y en otros numerosos ámbitos.

Evidentemente, las empresas ya deben funcionar con nuevos parámetros y estrategias en el mundo digital actual. Además, creo que cuando los grandes países emergentes: China y la India y, sobre todo, la mayor parte de su población utilice de modo masivo Internet, se producirá un mayor nivel de actividad económica y cultural a nivel mundial.

Las cuestiones tecnológicas, en un sentido amplio, son esenciales y determinantes a lo largo de la historia. Por ejemplo, algo que, aparentemente, no era decisivo, resultó ser uno de los elementos que causó el derrumbe estrepitoso del Imperio Romano. En efecto, la caballería de los bárbaros era más eficaz que la infantería romana.

Actualmente, el coche sin conductor, que ya ha sido inventado, puede causar una revolución en la tecnología del transporte en el futuro cercano. De hecho, los automóviles podrán ser compartidos por varios, en función de las necesidades de desplazamiento, por periodos de tiempo, a lo largo de cada día. Y en el ámbito comercial e industrial, los vehículos sin conductor, quizás creen un nuevo modelo de negocio en el transporte de mercancías y bienes.

Por otra parte, cada vez es más importante la buena utilización de la Ciberinteligencia y la Ciberdiplomacia en las relaciones internacionales para evitar conflictos entre países, y promover la paz y la cooperación. La existencia de la Ciberdelincuencia es algo que ya es investigado y perseguido por las fuerzas de seguridad, con medios tecnológicos cada vez más sofisticados. En cualquier caso, el desarrollo de la tecnología informática, crea nuevos retos respecto a la seguridad que pueden ser superados con más investigación y esfuerzo.