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Se le había invitado

José María Peiró vetado, en el XXV aniversario de la BBW

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Los vestidos nupciales más hermosos se han visto en la pasarela barcelonesa de la

Bridal Week. En esta edición han soplado las velas de un pastel con veinticinco candelas encendiendo el fuego de un cuarto de siglo de éxitos. Años de blanco satén que se han celebrado no sólo en la pasarela sino también en las cuentas corrientes de estas empresas y de los diseñadores que, entregados a su trabajo, han hecho del vestido de novia un negocio importante, negocio que parte desde Catalunya al mundo.

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Veinticinco años no son nada o son muchos. Diría que, tratándose de un trabajo tan duro como el de coser, confeccionar y crear vestidos para uno de los días más importantes en la vida de las personas son muchos. Es por esto que la fecha merecía un festejo al margen de los días de desfile de una pasarela consagrada a la que le salen competidores y a la que todos los años se le pide más, mucho más.

En el mundo vivimos apresuradamente, vertiginosamente, diría. La evolución es constante, y a los que crean, a los que cosen, a los que venden, a los que tienen una empresa, a todos, se les exige que vayan a ritmo de la actualidad, una actualidad feroz.

Castellterçol más lejos que Madrid
En estos veinticinco años he tenido el placer de haber vivido los diversos avatares por los que ha pasado esta pasarela, viví sus comienzos y su evolución, día a día y noche a noche, menos en esta edición que estando viviendo en Castellterçol he tenido la impresión de que parece que estoy mucho más lejos de Barcelona que si estuviese viviendo en Madrid, sin saber muy bien por qué, es así. El trabajo es lo que es, una parte importante, mucho, de la vida de la gente, pero, por suerte o desgracia, hay más cosas en la vida que pasan y es peligroso dejar de saborear.

En este cuarto de siglo he visto nacer diseñadores, empresas, he seguido su evolución, he visto caer empresas y volverse a recolocar, en fin, ¿qué voy a contar que nadie sepa?, la vida del trabajo.

Peiró dijo si a la BBW cuando ya era consagrado
Uno de los tantos diseñadores de vestidos de novia que he conocido desde el primer año en que pasó sus creaciones en la Bridal Week es José María Peiró, hombre dinámico, trabajador, divertido, con una capacidad innata para saber a cada persona qué tipo de patrón le iba a ir mejor en el día del “sí”.

Peiró, cuando debutó en la Bridal Week, llevaba años trabajando en el mundo de los vestidos de novia, conocía la empresa, el trabajo y el mundo del saber tocar la verdadera blonda desde los 17 años.

José María Peiró ha vestido a miles de mujeres en el día de las risas, del amarse para siempre, ha vestido siempre a aquellas mujeres que se casaban enamoradas, enamoradas aunque no fuese su primera vez. Pero cuando una persona se casa siempre es por un gran amor.

Es por esta cuestión que el diseñador Peiró escogía una y muchas veces los modelos en las que cada mujer se podía sentir mejor, más guapa, más ilusionada, más segura del paso que iba a dar en la vida.

17 años en la Bridal
Peiró llenó la pasarela de la Barcelona Bridal Week durante 17 años, dejó la pasarela para dar un giro nuevo a su empresa, sin dejar por ello de atender a sus novias en cada uno de sus momentos vitales.

Tiene sede en Barcelona, en la costosa Diagonal esquina con Passeig de Gràcia y otra en Madrid, en la calle Claudio Coello, en el centro del alma del distinguido Barrio de Salamanca, al margen de estos dos centros neurálgicos viste a novias de toda España ya que sus vestidos llegan a tiendas diversas con sello de autenticidad del diseñador. Peiró tiene clase, sus vestidos tienen un sello especial que se reconocen al primer tic, un ver o no ver, sus vestidos los distingues en medio de un centenar de otros diseños. Peiró es especial y su sello queda ahí, en cada uno de sus trajes.

Por esta razón la Barcelona Bridal Week le invitaron a tomar parte del desfile especial de los XXV años conmemorativos de esta pasarela blanca y radiante.

Buscó una tela apropiada, un diseño especial y personal y organizó a todo su equipo para coser minuciosamente esa pieza que iba a celebrar el acontecimiento juntamente con otros diseñadores escogidos para la ocasión.

Peiró se afanó para encontrar una modelo preciosa que llevara en esa fiesta importante un vestido en blanco, con mucho vuelo, con profusión de chantilly, ese encaje tan apreciado y que hace guapa a cualquier mujer enamorada.

Tiempo, trabajo, modelo, vestido e ilusión

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El diseñador, como tantos otros en estas circunstancias, puso todo su tiempo, su ilusión y su trabajo. Peiró fue uno de los que creyó en la Barcelona Bridal Week, siendo ya un diseñador consagrado, con una empresa muy conocida y que funcionaba, cuando le fueron a explicar que en Barcelona era preciso explicar de forma clara el potencial económico, de creatividad, de forma de hacer, y darlo a conocer a todo el mundo, no se lo pensó dos veces y dijo que sí.

Peiró apostó por la pasarela que acaba de cumplir años. Es por esa razón que le pareció lo más natural que le invitaran a participar en este desfile especial de aniversario.

Aún no han pasado ocho días de este tema y sólo se sabe que a Peiró le dijeron, pocos días antes de desfilar, que no iba a estar entre los elegidos. Nada más, sin más.

Durante todos estos días muchos comentarios me han llegado al respecto, ninguno concluyente. Peiró se quedó con el vestido, la modelo y el trabajo realizado en las manos. Llamó a los periodistas, enseñó el vestido que iba a desfilar y hasta aquí puedo leer.

¿Ataque de pánico?
Se ha dicho que la organización sufrió un ataque de pánico al saber que en este desfile no solo tenían que estar los de toda la vida, los llamados consagrados sino que era obligatorio y preciso que se mezclaran con los grandes, los que están empezando, así se vieron en el desfile modelos de principiantes que era la primera edición en la que tomaban parte.

Faltaron muchos
Han explicado también que otros que hubieron tenido que estar como Victorio y Lucchino o Josep Font, por citar dos grandes nombres, hay muchos más, algunos habrían declinado estar en ésta efemérides por falta de tiempo, dinero o problemas con la empresa, a mi me cuesta creerlo ya que todos los diseñadores importantes que están o han estado en el mundo de la novia tienen un diseño a mano, siempre. Saben la complicación de este trabajo.

Se olvidaron……..
Peiró dice que se disculparon alegando que se habían olvidado, sin más, es dura esta explicación, ¿le habían invitado?, la organización supongo hace una lista de diseñadores, empresas que han dicho “si” como en el día de la boda, ¿se perdió la lista?, ¿tan poco tiene en cuenta la organización el trabajo de un profesional?

Se habla de presiones externas e internas, ¿presiones?, me suena a tagalo, por su dificultad en comprender ese idioma. Claro está que en este desfile de aniversario todo el mundo quería estar, bien, muy bien, todos los que han estado, hubiesen tenido que estar si eso era imposible, no hacerlo.

Los intereses, si es que los hubo, deberían perecer en el saco de los sueños rotos. La profesionalidad, eso que al parecer en la BBW no consiguen congeniar, está en sus horas más bajas. En todas partes. Nadie, o casi nadie, parece tomarse la vida en serio, una pregunta, ¿qué hubiese pasado si en lugar de ser irresponsable la pasarela de la BBW lo hubiese sido el diseñador?, ¡agarrémonos¡ una desgracia, terrible, de verdad, probablemente el destierro seria su destino.

El poder de la BBW
Claro, es la pasarela BBW, importante, fuerte, potente, escojo, llamo a este, al otro no porque no me importa tanto, tiene menos amigos, ese sí….esa no……como quién deshoja una margarita, sí, no,no,no, si,si, si,si,si,sis…….. Mandan grandes intereses económicos, ¿profesionales?, espero.

A la empresa Pronovias Flaqué, creador de BBW, le convenció que estuviera en la Bridal Week, el dueño de Pronovias le dijo que sí a cambio de que su pasarela se hiciera aparte, sus invitados aparte, su historia aparte, pero en el día del cierre. Es así, luego Rosa Clará quería una pasarela importante para ella sola, todo el mundo la llama la Reina del vestido de novia y Flaqué dejó que abriera la pasarela, un día, el primero, pero sólo para ella, para sus invitados, para su fiesta, para sus periodistas invitados llegados del más allá. Todo a punto para comenzar la ceremonia más hermosa del “sí quiero”.

Los que crearon esta pasarela ya murieron, dejaron a sus seguidores pero éstos se bajaron en la estación mas cercana recogiendo esta enorme empresa otros más que conocen el negocio por dentro, aunque a veces se olvidan, lo hemos visto en esta ceremonia del aniversario, a puntales que fueron y que les dejaron para abrir nuevos caminos. Estando ahí, con una empresa que su sede central está en Barcelona<7b>, José María Peiró ha prosperado, eso es lo que dicen en la BBW que quieren para todos sus diseñadores, para sus empresas, es el mejor deseo que deberíamos aplaudir, aunque hace muy feo dar la espalda cuando se les ha llamado, aunque sea por interés, es feo, es maleducado, es una falta de profesionalidad, en Catalunya somos serios, creo, profesionales, generosos, responsables, en todo, ¿o me equivoco?.

José María Peiró vetado, en el XXV aniversario de la BBW

Se le había invitado
Teresa Berengueras
lunes, 11 de mayo de 2015, 23:08 h (CET)

Los vestidos nupciales más hermosos se han visto en la pasarela barcelonesa de la

Bridal Week. En esta edición han soplado las velas de un pastel con veinticinco candelas encendiendo el fuego de un cuarto de siglo de éxitos. Años de blanco satén que se han celebrado no sólo en la pasarela sino también en las cuentas corrientes de estas empresas y de los diseñadores que, entregados a su trabajo, han hecho del vestido de novia un negocio importante, negocio que parte desde Catalunya al mundo.

1205152

Veinticinco años no son nada o son muchos. Diría que, tratándose de un trabajo tan duro como el de coser, confeccionar y crear vestidos para uno de los días más importantes en la vida de las personas son muchos. Es por esto que la fecha merecía un festejo al margen de los días de desfile de una pasarela consagrada a la que le salen competidores y a la que todos los años se le pide más, mucho más.

En el mundo vivimos apresuradamente, vertiginosamente, diría. La evolución es constante, y a los que crean, a los que cosen, a los que venden, a los que tienen una empresa, a todos, se les exige que vayan a ritmo de la actualidad, una actualidad feroz.

Castellterçol más lejos que Madrid
En estos veinticinco años he tenido el placer de haber vivido los diversos avatares por los que ha pasado esta pasarela, viví sus comienzos y su evolución, día a día y noche a noche, menos en esta edición que estando viviendo en Castellterçol he tenido la impresión de que parece que estoy mucho más lejos de Barcelona que si estuviese viviendo en Madrid, sin saber muy bien por qué, es así. El trabajo es lo que es, una parte importante, mucho, de la vida de la gente, pero, por suerte o desgracia, hay más cosas en la vida que pasan y es peligroso dejar de saborear.

En este cuarto de siglo he visto nacer diseñadores, empresas, he seguido su evolución, he visto caer empresas y volverse a recolocar, en fin, ¿qué voy a contar que nadie sepa?, la vida del trabajo.

Peiró dijo si a la BBW cuando ya era consagrado
Uno de los tantos diseñadores de vestidos de novia que he conocido desde el primer año en que pasó sus creaciones en la Bridal Week es José María Peiró, hombre dinámico, trabajador, divertido, con una capacidad innata para saber a cada persona qué tipo de patrón le iba a ir mejor en el día del “sí”.

Peiró, cuando debutó en la Bridal Week, llevaba años trabajando en el mundo de los vestidos de novia, conocía la empresa, el trabajo y el mundo del saber tocar la verdadera blonda desde los 17 años.

José María Peiró ha vestido a miles de mujeres en el día de las risas, del amarse para siempre, ha vestido siempre a aquellas mujeres que se casaban enamoradas, enamoradas aunque no fuese su primera vez. Pero cuando una persona se casa siempre es por un gran amor.

Es por esta cuestión que el diseñador Peiró escogía una y muchas veces los modelos en las que cada mujer se podía sentir mejor, más guapa, más ilusionada, más segura del paso que iba a dar en la vida.

17 años en la Bridal
Peiró llenó la pasarela de la Barcelona Bridal Week durante 17 años, dejó la pasarela para dar un giro nuevo a su empresa, sin dejar por ello de atender a sus novias en cada uno de sus momentos vitales.

Tiene sede en Barcelona, en la costosa Diagonal esquina con Passeig de Gràcia y otra en Madrid, en la calle Claudio Coello, en el centro del alma del distinguido Barrio de Salamanca, al margen de estos dos centros neurálgicos viste a novias de toda España ya que sus vestidos llegan a tiendas diversas con sello de autenticidad del diseñador. Peiró tiene clase, sus vestidos tienen un sello especial que se reconocen al primer tic, un ver o no ver, sus vestidos los distingues en medio de un centenar de otros diseños. Peiró es especial y su sello queda ahí, en cada uno de sus trajes.

Por esta razón la Barcelona Bridal Week le invitaron a tomar parte del desfile especial de los XXV años conmemorativos de esta pasarela blanca y radiante.

Buscó una tela apropiada, un diseño especial y personal y organizó a todo su equipo para coser minuciosamente esa pieza que iba a celebrar el acontecimiento juntamente con otros diseñadores escogidos para la ocasión.

Peiró se afanó para encontrar una modelo preciosa que llevara en esa fiesta importante un vestido en blanco, con mucho vuelo, con profusión de chantilly, ese encaje tan apreciado y que hace guapa a cualquier mujer enamorada.

Tiempo, trabajo, modelo, vestido e ilusión

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El diseñador, como tantos otros en estas circunstancias, puso todo su tiempo, su ilusión y su trabajo. Peiró fue uno de los que creyó en la Barcelona Bridal Week, siendo ya un diseñador consagrado, con una empresa muy conocida y que funcionaba, cuando le fueron a explicar que en Barcelona era preciso explicar de forma clara el potencial económico, de creatividad, de forma de hacer, y darlo a conocer a todo el mundo, no se lo pensó dos veces y dijo que sí.

Peiró apostó por la pasarela que acaba de cumplir años. Es por esa razón que le pareció lo más natural que le invitaran a participar en este desfile especial de aniversario.

Aún no han pasado ocho días de este tema y sólo se sabe que a Peiró le dijeron, pocos días antes de desfilar, que no iba a estar entre los elegidos. Nada más, sin más.

Durante todos estos días muchos comentarios me han llegado al respecto, ninguno concluyente. Peiró se quedó con el vestido, la modelo y el trabajo realizado en las manos. Llamó a los periodistas, enseñó el vestido que iba a desfilar y hasta aquí puedo leer.

¿Ataque de pánico?
Se ha dicho que la organización sufrió un ataque de pánico al saber que en este desfile no solo tenían que estar los de toda la vida, los llamados consagrados sino que era obligatorio y preciso que se mezclaran con los grandes, los que están empezando, así se vieron en el desfile modelos de principiantes que era la primera edición en la que tomaban parte.

Faltaron muchos
Han explicado también que otros que hubieron tenido que estar como Victorio y Lucchino o Josep Font, por citar dos grandes nombres, hay muchos más, algunos habrían declinado estar en ésta efemérides por falta de tiempo, dinero o problemas con la empresa, a mi me cuesta creerlo ya que todos los diseñadores importantes que están o han estado en el mundo de la novia tienen un diseño a mano, siempre. Saben la complicación de este trabajo.

Se olvidaron……..
Peiró dice que se disculparon alegando que se habían olvidado, sin más, es dura esta explicación, ¿le habían invitado?, la organización supongo hace una lista de diseñadores, empresas que han dicho “si” como en el día de la boda, ¿se perdió la lista?, ¿tan poco tiene en cuenta la organización el trabajo de un profesional?

Se habla de presiones externas e internas, ¿presiones?, me suena a tagalo, por su dificultad en comprender ese idioma. Claro está que en este desfile de aniversario todo el mundo quería estar, bien, muy bien, todos los que han estado, hubiesen tenido que estar si eso era imposible, no hacerlo.

Los intereses, si es que los hubo, deberían perecer en el saco de los sueños rotos. La profesionalidad, eso que al parecer en la BBW no consiguen congeniar, está en sus horas más bajas. En todas partes. Nadie, o casi nadie, parece tomarse la vida en serio, una pregunta, ¿qué hubiese pasado si en lugar de ser irresponsable la pasarela de la BBW lo hubiese sido el diseñador?, ¡agarrémonos¡ una desgracia, terrible, de verdad, probablemente el destierro seria su destino.

El poder de la BBW
Claro, es la pasarela BBW, importante, fuerte, potente, escojo, llamo a este, al otro no porque no me importa tanto, tiene menos amigos, ese sí….esa no……como quién deshoja una margarita, sí, no,no,no, si,si, si,si,si,sis…….. Mandan grandes intereses económicos, ¿profesionales?, espero.

A la empresa Pronovias Flaqué, creador de BBW, le convenció que estuviera en la Bridal Week, el dueño de Pronovias le dijo que sí a cambio de que su pasarela se hiciera aparte, sus invitados aparte, su historia aparte, pero en el día del cierre. Es así, luego Rosa Clará quería una pasarela importante para ella sola, todo el mundo la llama la Reina del vestido de novia y Flaqué dejó que abriera la pasarela, un día, el primero, pero sólo para ella, para sus invitados, para su fiesta, para sus periodistas invitados llegados del más allá. Todo a punto para comenzar la ceremonia más hermosa del “sí quiero”.

Los que crearon esta pasarela ya murieron, dejaron a sus seguidores pero éstos se bajaron en la estación mas cercana recogiendo esta enorme empresa otros más que conocen el negocio por dentro, aunque a veces se olvidan, lo hemos visto en esta ceremonia del aniversario, a puntales que fueron y que les dejaron para abrir nuevos caminos. Estando ahí, con una empresa que su sede central está en Barcelona<7b>, José María Peiró ha prosperado, eso es lo que dicen en la BBW que quieren para todos sus diseñadores, para sus empresas, es el mejor deseo que deberíamos aplaudir, aunque hace muy feo dar la espalda cuando se les ha llamado, aunque sea por interés, es feo, es maleducado, es una falta de profesionalidad, en Catalunya somos serios, creo, profesionales, generosos, responsables, en todo, ¿o me equivoco?.

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