Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | El arte de la guerra
Santi Benítez

Taliban Mix

|

Es difícil explicar, fuera de nuestras fronteras, cómo es posible que un político defienda a un periodista en concreto, y no lo haga en cuanto a su derecho a la libertad de expresión, sino en cuanto a una supuesta discriminación, que nadie sabe con exactitud cual es. A nosotros nos parece normal, estamos acostumbrados, vivimos en el país de Dalí y pocas cosas nos cogen por sorpresa de este catetario papanático de derechas. A veces, como en este caso, escribimos sobre ello en plan chufla – no hay otra manera de encararlo–, pero está claro que por esos mundos de dios tiene que levantar asombro y estupor. Convendrán conmigo en que esto es el mundo al revés, porque lo normal es que el columnista, el periodista, defienda la labor del político, no a la inversa. Es vox populi que a Jiménez LoSantos le gustaría poner a la dama de hojalata – por lo de tener la mollera llena de aire–, Esperancita, en el lugar de Rajoy, pero vamos, que se podrían cortar un poco. Échenle imaginación, ¿Ven ustedes a George Bush defendiendo la labor de un periodista que haya llamado a Condoleezza Rice “maricomplejines”?... Yo tampoco.

Ayer hablaba Miguel Ángel Aguilar sobre este talibán de la información que es Jiménez LoSantos, por cierto, con mucha indulgencia, y colmillo retorcido, claro, en un artículo titulado “Salvad al soldado Ryan” – si tienen oportunidad de leerlo no lo duden ni un segundo–. Hay que reconocer que, en el fondo, decir que se discrimina a Jiménez LoSantos, tiene su gracia. Porque si alguien se ha ganado a pulso, por lo menos, que lo discriminen, ese es el talibán. Amén de haberse ganado otras muchas cosas. Si a la web “A las barricadas” se la condena a pagar 6000 €uros a Ramoncín, por decirle que es una basura de cantante, que lo es – a mi no hace falta que me envíes un detective, Rey del pollo frito, mándame un mail y te remito mi número de DNI, punky de postal, lalalala–, ¿Qué demonios debería haberle caído al talibán después de lo que ha escupido por los micrófonos de la cadena de la Conferencia Episcopal? Hombre, por lo menos la excomunión.

Como digo siempre, no soy partidario de que le cierren el micrófono. Hay que dejar que siga diciendo estupideces desde la COPE – aunque las malas lenguas hablan de que también va a sacar cacho en TeleEsperanza–, como ejemplo claro de lo que es esta derecha rancia que nos ha tocado en suerte.

Eso sí, las comparaciones dan arcadas.

Suena de fondo “Taliban Mix”.

Buenas noches, y buena suerte...

Taliban Mix

Santi Benítez
Santi Benítez
jueves, 25 de octubre de 2007, 00:24 h (CET)
Es difícil explicar, fuera de nuestras fronteras, cómo es posible que un político defienda a un periodista en concreto, y no lo haga en cuanto a su derecho a la libertad de expresión, sino en cuanto a una supuesta discriminación, que nadie sabe con exactitud cual es. A nosotros nos parece normal, estamos acostumbrados, vivimos en el país de Dalí y pocas cosas nos cogen por sorpresa de este catetario papanático de derechas. A veces, como en este caso, escribimos sobre ello en plan chufla – no hay otra manera de encararlo–, pero está claro que por esos mundos de dios tiene que levantar asombro y estupor. Convendrán conmigo en que esto es el mundo al revés, porque lo normal es que el columnista, el periodista, defienda la labor del político, no a la inversa. Es vox populi que a Jiménez LoSantos le gustaría poner a la dama de hojalata – por lo de tener la mollera llena de aire–, Esperancita, en el lugar de Rajoy, pero vamos, que se podrían cortar un poco. Échenle imaginación, ¿Ven ustedes a George Bush defendiendo la labor de un periodista que haya llamado a Condoleezza Rice “maricomplejines”?... Yo tampoco.

Ayer hablaba Miguel Ángel Aguilar sobre este talibán de la información que es Jiménez LoSantos, por cierto, con mucha indulgencia, y colmillo retorcido, claro, en un artículo titulado “Salvad al soldado Ryan” – si tienen oportunidad de leerlo no lo duden ni un segundo–. Hay que reconocer que, en el fondo, decir que se discrimina a Jiménez LoSantos, tiene su gracia. Porque si alguien se ha ganado a pulso, por lo menos, que lo discriminen, ese es el talibán. Amén de haberse ganado otras muchas cosas. Si a la web “A las barricadas” se la condena a pagar 6000 €uros a Ramoncín, por decirle que es una basura de cantante, que lo es – a mi no hace falta que me envíes un detective, Rey del pollo frito, mándame un mail y te remito mi número de DNI, punky de postal, lalalala–, ¿Qué demonios debería haberle caído al talibán después de lo que ha escupido por los micrófonos de la cadena de la Conferencia Episcopal? Hombre, por lo menos la excomunión.

Como digo siempre, no soy partidario de que le cierren el micrófono. Hay que dejar que siga diciendo estupideces desde la COPE – aunque las malas lenguas hablan de que también va a sacar cacho en TeleEsperanza–, como ejemplo claro de lo que es esta derecha rancia que nos ha tocado en suerte.

Eso sí, las comparaciones dan arcadas.

Suena de fondo “Taliban Mix”.

Buenas noches, y buena suerte...

Noticias relacionadas

Un 23 de abril de 1934, según el diario El Mundo de Buenos Aires, la Sociedad de las Naciones había desmentido actos de canibalismo en las tropas bolivianas que combatían en el Chaco. El New York Times había publicado trascendidos que circulaban en La Paz, dando cuenta de que nativos del Chaco, sin ningún respeto,  habían matado y devorado a oficiales bolivianos, en protesta por el reclutamiento forzozo de los pueblos originarios.

Tenemos un país donde miles de personas votan a asesinos. Algo no está bien. Adoctrinados en el odio a España, desde pequeños, votan. El problema es que representan el 0,7% pero influyen en España al 100%. Poco que hacer. Puede ir a peor. Aficiones y aflicciones del personal de allí, allá o acullá; y el de aquí. Por lo que hay y pueda ocurrir, el resultado importa. En el País Vasco sobre todo, también en el resto de España y en la UE.

Las  conductas de riesgo son aquellos comportamientos que implican un efecto placentero inmediato pero carecen de una valoración de las consecuencias posteriores. Es preciso comprender que son los mecanismos cognitivos los que guían al adolescente y joven a la asunción de conductas de riesgo.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto