Es difícil explicar, fuera de nuestras fronteras, cómo es posible que un político defienda a un periodista en concreto, y no lo haga en cuanto a su derecho a la libertad de expresión, sino en cuanto a una supuesta discriminación, que nadie sabe con exactitud cual es. A nosotros nos parece normal, estamos acostumbrados, vivimos en el país de Dalí y pocas cosas nos cogen por sorpresa de este catetario papanático de derechas. A veces, como en este caso, escribimos sobre ello en plan chufla – no hay otra manera de encararlo–, pero está claro que por esos mundos de dios tiene que levantar asombro y estupor. Convendrán conmigo en que esto es el mundo al revés, porque lo normal es que el columnista, el periodista, defienda la labor del político, no a la inversa. Es vox populi que a Jiménez LoSantos le gustaría poner a la dama de hojalata – por lo de tener la mollera llena de aire–, Esperancita, en el lugar de Rajoy, pero vamos, que se podrían cortar un poco. Échenle imaginación, ¿Ven ustedes a George Bush defendiendo la labor de un periodista que haya llamado a Condoleezza Rice “maricomplejines”?... Yo tampoco.
Ayer hablaba Miguel Ángel Aguilar sobre este talibán de la información que es Jiménez LoSantos, por cierto, con mucha indulgencia, y colmillo retorcido, claro, en un artículo titulado “Salvad al soldado Ryan” – si tienen oportunidad de leerlo no lo duden ni un segundo–. Hay que reconocer que, en el fondo, decir que se discrimina a Jiménez LoSantos, tiene su gracia. Porque si alguien se ha ganado a pulso, por lo menos, que lo discriminen, ese es el talibán. Amén de haberse ganado otras muchas cosas. Si a la web “A las barricadas” se la condena a pagar 6000 €uros a Ramoncín, por decirle que es una basura de cantante, que lo es – a mi no hace falta que me envíes un detective, Rey del pollo frito, mándame un mail y te remito mi número de DNI, punky de postal, lalalala–, ¿Qué demonios debería haberle caído al talibán después de lo que ha escupido por los micrófonos de la cadena de la Conferencia Episcopal? Hombre, por lo menos la excomunión.
Como digo siempre, no soy partidario de que le cierren el micrófono. Hay que dejar que siga diciendo estupideces desde la COPE – aunque las malas lenguas hablan de que también va a sacar cacho en TeleEsperanza–, como ejemplo claro de lo que es esta derecha rancia que nos ha tocado en suerte.
Eso sí, las comparaciones dan arcadas.
Suena de fondo “Taliban Mix”.
Buenas noches, y buena suerte...