Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Viajando por las emociones | Psicología
El miedo racional se encarga de cuidarnos ante peligros reales

¿Cuidado?: Gestiona tus miedos

|

Esto sucede con el miedo, parece que cuando nombramos esta emoción en nuestras vidas surge la palabra, PELIGRO, pero no es así, su gestión adecuada nos permite valorar determinados riesgos y prevenirlos, así como el salvaguardar nuestra vida, afrontando las situaciones bajo la potencialidad del aprendizaje. Sin embargo podríamos pensar que es una paradoja ver como una emoción que esta orientada a autocuidarnos, a garantizar nuestra supervivencia, como es el miedo, puesto que su misión principal es solventar aquellas situaciones donde nuestra vida corre peligro, se haya convertido en un enemigo para el hombre de este siglo. Nuestro cerebro está diseñado para salvaguardar nuestra existencia, para dotarnos de aquellas respuestas que nos permitan garantizar que sobrevivamos, pero la evolución y la cultura han producido un desfase en cómo ese cerebro responde ante situaciones actuales, cómo sentir el ahogo de miedo por la incertidumbre laboral, ante una ruptura de pareja, o por no poder pagar el alquiler o nuestra hipoteca. Incluso podríamos decir que no estamos preparados para nuestro desarrollo personal, para afrontar cambios que generan inquietud en nuestras vidas.

El miedo racional se encarga de cuidarnos ante peligros reales; sin embargo, el miedo patológico es el que nos paraliza, provocando en nosotros una inundación emocional que nos bloquea. Tristemente ese miedo ha encontrado en muchos de nosotros el caldo de cultivo en que crecer, la crisis. Poniendo freno a poder afrontar esta situación de incertidumbre por la que atravesamos, puesto que nos genera inseguridad, así en nuestra mente se activan pensamientos erróneos de protección que nos hacen actuar de manera inadecuada, lo que provoca en muchos casos que hagamos una mala interpretación del riesgo real que estamos corriendo, perdiendo la confianza en nuestro futuro. Por esa razón, nos mantenemos haciendo lo que siempre nos ha dado resultado, sin arriesgarnos, así, por ejemplo, ante el desempleo nuestra respuesta es mandar currículos sin parar, sin cuestionarnos que quizás debo de ser creativo y cambiar la forma en que estoy actuando. Quizás sin entender que, ante situaciones nuevas, son necesarias nuevas respuestas, y ahí es donde nuestro miedo nos vuelve a frenar, ya que ello implica un cambio de actitud, una predisposición a generar nuevos proyectos de vida.


La clave no está en no tener miedo, sino en que no nos paralice; tenemos que hacernos amigos de él. Debemos de aprender a gestionar las emociones a potenciar esas competencias que nos ayuden a implementar la fortalezas como la inteligencia emocional, y poner en nuestras vidas emociones positivas que juegan un papel de construcción y transformación vital.

Es fundamental reconocer ese miedo como primer paso dentro de este camino que es nuestro desarrollo personal, siendo capaces de pensar que el mundo, ni nuestra vida, se van a acabar por un problema. Lo ideal es intentar tranquilizarnos y mantener la calma, entendiendo que ese miedo se genera ante una situación nueva, que desconoces, o en la que no obtuviste los resultados que tú esperabas. Sin embargo, solo cuando superas el miedo comienzas a vivir realmente, confrontando y cambiando. En definitiva, construyéndote siempre dirigiendo nuestros impulsos, acciones y energías hacia un fin, ser felices, ¿Te apuntas?

¿Cuidado?: Gestiona tus miedos

El miedo racional se encarga de cuidarnos ante peligros reales
José J. Rivero
domingo, 3 de mayo de 2015, 00:39 h (CET)
Esto sucede con el miedo, parece que cuando nombramos esta emoción en nuestras vidas surge la palabra, PELIGRO, pero no es así, su gestión adecuada nos permite valorar determinados riesgos y prevenirlos, así como el salvaguardar nuestra vida, afrontando las situaciones bajo la potencialidad del aprendizaje. Sin embargo podríamos pensar que es una paradoja ver como una emoción que esta orientada a autocuidarnos, a garantizar nuestra supervivencia, como es el miedo, puesto que su misión principal es solventar aquellas situaciones donde nuestra vida corre peligro, se haya convertido en un enemigo para el hombre de este siglo. Nuestro cerebro está diseñado para salvaguardar nuestra existencia, para dotarnos de aquellas respuestas que nos permitan garantizar que sobrevivamos, pero la evolución y la cultura han producido un desfase en cómo ese cerebro responde ante situaciones actuales, cómo sentir el ahogo de miedo por la incertidumbre laboral, ante una ruptura de pareja, o por no poder pagar el alquiler o nuestra hipoteca. Incluso podríamos decir que no estamos preparados para nuestro desarrollo personal, para afrontar cambios que generan inquietud en nuestras vidas.

El miedo racional se encarga de cuidarnos ante peligros reales; sin embargo, el miedo patológico es el que nos paraliza, provocando en nosotros una inundación emocional que nos bloquea. Tristemente ese miedo ha encontrado en muchos de nosotros el caldo de cultivo en que crecer, la crisis. Poniendo freno a poder afrontar esta situación de incertidumbre por la que atravesamos, puesto que nos genera inseguridad, así en nuestra mente se activan pensamientos erróneos de protección que nos hacen actuar de manera inadecuada, lo que provoca en muchos casos que hagamos una mala interpretación del riesgo real que estamos corriendo, perdiendo la confianza en nuestro futuro. Por esa razón, nos mantenemos haciendo lo que siempre nos ha dado resultado, sin arriesgarnos, así, por ejemplo, ante el desempleo nuestra respuesta es mandar currículos sin parar, sin cuestionarnos que quizás debo de ser creativo y cambiar la forma en que estoy actuando. Quizás sin entender que, ante situaciones nuevas, son necesarias nuevas respuestas, y ahí es donde nuestro miedo nos vuelve a frenar, ya que ello implica un cambio de actitud, una predisposición a generar nuevos proyectos de vida.


La clave no está en no tener miedo, sino en que no nos paralice; tenemos que hacernos amigos de él. Debemos de aprender a gestionar las emociones a potenciar esas competencias que nos ayuden a implementar la fortalezas como la inteligencia emocional, y poner en nuestras vidas emociones positivas que juegan un papel de construcción y transformación vital.

Es fundamental reconocer ese miedo como primer paso dentro de este camino que es nuestro desarrollo personal, siendo capaces de pensar que el mundo, ni nuestra vida, se van a acabar por un problema. Lo ideal es intentar tranquilizarnos y mantener la calma, entendiendo que ese miedo se genera ante una situación nueva, que desconoces, o en la que no obtuviste los resultados que tú esperabas. Sin embargo, solo cuando superas el miedo comienzas a vivir realmente, confrontando y cambiando. En definitiva, construyéndote siempre dirigiendo nuestros impulsos, acciones y energías hacia un fin, ser felices, ¿Te apuntas?

Noticias relacionadas

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.

Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto