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Entrevistas
Etiquetas | Teatro | Cultura | Madrid
Jose Manuel Naredo, Octavio Colis y Liliana Pineda

"Afortunadamente existe la posibilidad de que alguna vez actuemos todos a una, ¿a peor?"

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Aforo completo y minutos de ovación final a actores y responsables de la obra. 'Entremeses de una época oscura' se estrenaba la pasada semana en el Teatro Fígaro de Madrid prometiendo éxito hasta su despedida el 1 de junio.

Entremeses de una época oscura está concebida como una obra en siete actos y varias canciones, unidos todos por una música general que, tras la obertura, comienza en cada pieza en el tono que quedó la anterior, abriéndose a la siguiente para bifurcarse en la canción o canciones de cada pieza, muy diferentes entre sí, pero unidas por la melodía principal. Por lo que musicalmente también es una sola obra con obertura y un epílogo musical que cierra varios divertimentos musicales entremeseados, a la manera actualizada de lo que se compuso en su día para el espectáculo Castañuela 70.

Para conocer más sobre esta obra hemos charlado con sus creadores Jose Manuel Naredo, Octavio Colis y Liliana Pineda.

¿Qué busca proyectar en el espectador 'Entremeses de una época oscura'?
El libro propio libreto responde a esta pregunta cuando en el prólogo de los autores indica que Cervantes escribe sus entremeses e invita a hacer una lectura reposada de ellos “para que se vea de espacio lo que pasa apriesa y se disimula o no se entiende...”: nosotros también. Así, los entremeses de Cervantes, con su crítica burlesca, además de entretenimiento suelen aportar reflexiones serias sobre cuestiones de fondo. Ponen en cuarentena relaciones sociales y valores e instituciones tan establecidos como el honor, la justicia, el matrimonio, la amenaza de la casta triunfadora... o los modos poco aceptables de administración: los nuestros también.

270415C

Sin embargo subrayamos una diferencia importante. El protagonismo que otorgan los entremeses de Cervantes a personajes populares sin que la cúspide del poder salga en la imagen, hizo a Lope de Vega afirmar que “entremés de rey jamás se ha visto”. Cosa lógica cuando el poder absoluto de la realeza y de “los principales”, presuntamente otorgado por Dios, les permitía hacer y deshacer a su antojo sin necesidad de recurrir a engaños ni trapisondas, además de la lógica autocensura de autores que dedicaban sus obras a los mecenas de la nobleza que les daban apoyo. Pasados cuatro siglos desde que Cervantes escribió sus entremeses, la crisis de principios del siglo XXI plantea hoy una situación diferente. El antiguo respaldo divino de la monarquía y de la sociedad jerárquica en general se vio sustituido por la coartada de una abstracción constitucional supuestamente acordada por individuos libres e iguales, dando lugar a una sociedad más fértil en paradojas y contradicciones entre los valores que dice defender y la cruda realidad que los ignora o contradice. Se observa así la paradoja de una sociedad jerárquica que se declara partidaria de la igualdad. De una sociedad jerárquica que niega o disimula las jerarquías o que las justifica apelando a la justicia como fruto de méritos y esfuerzos individuales, cuando a la vez respalda la herencia de enormes patrimonios… o avala la monarquía. En este nuevo contexto, el hecho de postular oficialmente la igualdad de derechos y tratos obliga a disimular las jerarquías y a ocultar las prebendas y regalías que los poderosos siguen obteniendo y otorgando. Es más, en los últimos tiempos se ha extendido con fuerza una especie de picaresca de los poderosos que ha endeudado y hundido al país, haciéndose más visible e inadmisible durante la crisis. Cuando el latrocinio que aflora en los tribunales alcanza desde ministros, partidos y sindicatos hasta la propia familia real, se ve con ojos más críticos la actual picaresca de los poderosos. Por eso, a diferencia de los antiguos, nuestros entremeses se centran en esa picaresca de los poderosos entre la que, como no podía ser menos, un “entremés de rey” resulta obligado.

En fin, que frente a la comedia de enredo y frente a la distracción truculenta o pueril que invade nuestras pantallas y escenarios, tratamos hacer un teatro comprometido que la realidad que nos ha tocado vivir, realidad que alcanza tintes tan surrealistas que a veces sintetiza mejor la comedia que los sesudos estudios socioeconómicos.

Es una obra muy musical. Mediante la melodía se conectan las siete obras ¿Cómo afecta al ritmo y al tono de la representación?
No es una obra musical, es una obra de teatro con música, danza, filmaciones, marionetas. La música es un complemento más.

Aunque en nuestra obra recurramos mucho a la música, no consideramos que sea una obra musical. Recurrimos a la música como un complemento escénico. Hacemos uso de la música y la canción, junto con los demás instrumentos de las artes escénicas, para acompañar y reforzar las sensaciones que la obra trata de comunicar, al igual que hemos utilizado marionetas, mimo, vestuario o atrezo. De esta manera hemos utilizado a veces las maneras combinadas del vodevil, de la zarzuela, la opereta o de la comedia burlesca, a través de una parodia textual continua de silvas irregulares asonantes o rimadas musicalmente, según convenía al momento, todo ello tratando de mantener un ritmo y una variedad que sorprenda y divierta al espectador. Pero nuestra obra tiene poco que ver con la típica comedia musical de variedades, con sus números independientes de revista u obra musical. Para nosotros la música y las canciones forman parte de la obra, junto con todos los otros ingredientes, entre los que el libreto ocupa un lugar fundamental. Por eso hemos tratado de conseguir que las canciones se entiendan bien y que la música no apague sino que subraye la letra.

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'Entremeses de una época oscura' comienza y termina con fuertes críticas, y tiene un nudo bastante cómico...
Más que nudo cómico lo que tiene son modos cómicos, el nudo es politico, arte escénico político.

La estructura de la obra es la estructura de los entremeses. Hemos elegido este género dentro de la comedia por su crítica a la vez ácida, jocosa y ágil del statu quo socio-político-institucional, subrayando sus contradicciones y paradojas. Y es la crítica de ese statu quo la que da unidad a la obra, que busca reflejar la picaresca del poder y reflexionar sobre la sociedad enferma que la alberga y soporta.

Se ha elegido este género porque, como se dice en el entremés de Contexto del libreto:

La comedia es buen espejo
donde la vida es reflejo
de sus perfiles grotescos,
sus conflictos y pasiones,
sus graves tribulaciones...
que, según Lope de Vega,
mezclando burlas y veras
retratan nuestras costumbres,
donaires y podredumbres,
y de manera tan clara
que al poder desenmascaran.

La Familia Real, Ana Botella y Rodrigo Rato son paradigma del problema de la crispación?
La obra no habla de ellos específicamente, tratamos de presentar arquetipos, no tipos concretos, la obra no es histórica.

La obra no trata de imitar en su aspecto físico ni en sus maneras a personajes reales, sino de recrear esos personajes para hacer de ellos arquetipos. No tratamos de hacer teatro o comedia histórica, sino de inspirarnos en ciertas historias para recrear la trama y los personajes que presentamos como arquetipos de la actual sociedad jerárquica y caciquil. Esto lo precisamos en el prólogo del libreto. Por lo tanto no consideramos que ningún personaje real (Rato, Rajoy o Ana Botella) ni ningún partido en particular sean paradigma del problema o de la crispación. Consideramos que el paradigma del problema viene marcado, no solo por el conjunto de arquetipos que aparecen en la obra, sino también por la sociedad enferma que alberga la picaresca de los poderosos que ilustran los entremeses.

¿La sociedad ha sabido responder a la “provocación” de los gobernantes?
La sociedad en su conjunto responde a esquemas sociales, pero cada cual responde al establishment a su manera. Precisamente nosotros tratamos de invitar a la respuesta conjunta, en la obra proponemos como una manera de actuar conjuntamente empezar por no soportar más la situación y actuar en consecuencia. No proponemos ni soluciones ni nuevos paradigmas.

Consideramos que la picaresca de los poderosos llegó a tales extremos que provocó respuestas populares que van desde el 15-M hasta las mareas, plataformas y organizaciones diversas que han emergido en los últimos años. Y consideramos que estos mismos entremeses son también una respuesta a la provocación que supone la picaresca del poder reinante. Pero como simples autores de esta obra, escapa a nuestro papel evaluar hasta qué punto “la sociedad ha sabido responder” o no a esa provocación.

¿Existen alternativas reales de cambio?
Todo cambia, no es posible evitarlo. Y afortunadamente existe la posibilidad de que alguna vez actuemos todos a una. - ¿A peor?, preguntan los arlequinos a los espectadores...

Como autores de la obra no tenemos ninguna bola de cristal para dictaminar si hay “alternativas reales” o si “habrá un cambio” en la sociedad. Tal vez en el lenguaje jocoso y crítico de los entremeses podemos decir que, desde que el carlismo se vino abajo, no parece que haya alternativas reales a la actual monarquía borbónica. Y si nos referimos a alternativas viables o realistas, la única alternativa formal sería la republicana, que no se ha discutido ni consultado todavía entre la población. Respecto a si habrá cambios, resulta evidente que los habrá. La vida y las sociedades siempre han estado y estarán sujetas evoluciones y cambios. Las cosas cambiarán, querámoslo o no, pero lo que no sabemos es si estos cambios irán “a peor” como se dice en el libreto y si “podremos evitar tan mísero final”. Los entremeses reflexionan sobre ello advirtiendo que el contenido del cambio vendrá marcado, más allá de los cambios institucionales, por el comportamiento, los valores y la cultura de la gente.

"Afortunadamente existe la posibilidad de que alguna vez actuemos todos a una, ¿a peor?"

Jose Manuel Naredo, Octavio Colis y Liliana Pineda
Alfredo Hinarejos
lunes, 27 de abril de 2015, 22:00 h (CET)
Aforo completo y minutos de ovación final a actores y responsables de la obra. 'Entremeses de una época oscura' se estrenaba la pasada semana en el Teatro Fígaro de Madrid prometiendo éxito hasta su despedida el 1 de junio.

Entremeses de una época oscura está concebida como una obra en siete actos y varias canciones, unidos todos por una música general que, tras la obertura, comienza en cada pieza en el tono que quedó la anterior, abriéndose a la siguiente para bifurcarse en la canción o canciones de cada pieza, muy diferentes entre sí, pero unidas por la melodía principal. Por lo que musicalmente también es una sola obra con obertura y un epílogo musical que cierra varios divertimentos musicales entremeseados, a la manera actualizada de lo que se compuso en su día para el espectáculo Castañuela 70.

Para conocer más sobre esta obra hemos charlado con sus creadores Jose Manuel Naredo, Octavio Colis y Liliana Pineda.

¿Qué busca proyectar en el espectador 'Entremeses de una época oscura'?
El libro propio libreto responde a esta pregunta cuando en el prólogo de los autores indica que Cervantes escribe sus entremeses e invita a hacer una lectura reposada de ellos “para que se vea de espacio lo que pasa apriesa y se disimula o no se entiende...”: nosotros también. Así, los entremeses de Cervantes, con su crítica burlesca, además de entretenimiento suelen aportar reflexiones serias sobre cuestiones de fondo. Ponen en cuarentena relaciones sociales y valores e instituciones tan establecidos como el honor, la justicia, el matrimonio, la amenaza de la casta triunfadora... o los modos poco aceptables de administración: los nuestros también.

270415C

Sin embargo subrayamos una diferencia importante. El protagonismo que otorgan los entremeses de Cervantes a personajes populares sin que la cúspide del poder salga en la imagen, hizo a Lope de Vega afirmar que “entremés de rey jamás se ha visto”. Cosa lógica cuando el poder absoluto de la realeza y de “los principales”, presuntamente otorgado por Dios, les permitía hacer y deshacer a su antojo sin necesidad de recurrir a engaños ni trapisondas, además de la lógica autocensura de autores que dedicaban sus obras a los mecenas de la nobleza que les daban apoyo. Pasados cuatro siglos desde que Cervantes escribió sus entremeses, la crisis de principios del siglo XXI plantea hoy una situación diferente. El antiguo respaldo divino de la monarquía y de la sociedad jerárquica en general se vio sustituido por la coartada de una abstracción constitucional supuestamente acordada por individuos libres e iguales, dando lugar a una sociedad más fértil en paradojas y contradicciones entre los valores que dice defender y la cruda realidad que los ignora o contradice. Se observa así la paradoja de una sociedad jerárquica que se declara partidaria de la igualdad. De una sociedad jerárquica que niega o disimula las jerarquías o que las justifica apelando a la justicia como fruto de méritos y esfuerzos individuales, cuando a la vez respalda la herencia de enormes patrimonios… o avala la monarquía. En este nuevo contexto, el hecho de postular oficialmente la igualdad de derechos y tratos obliga a disimular las jerarquías y a ocultar las prebendas y regalías que los poderosos siguen obteniendo y otorgando. Es más, en los últimos tiempos se ha extendido con fuerza una especie de picaresca de los poderosos que ha endeudado y hundido al país, haciéndose más visible e inadmisible durante la crisis. Cuando el latrocinio que aflora en los tribunales alcanza desde ministros, partidos y sindicatos hasta la propia familia real, se ve con ojos más críticos la actual picaresca de los poderosos. Por eso, a diferencia de los antiguos, nuestros entremeses se centran en esa picaresca de los poderosos entre la que, como no podía ser menos, un “entremés de rey” resulta obligado.

En fin, que frente a la comedia de enredo y frente a la distracción truculenta o pueril que invade nuestras pantallas y escenarios, tratamos hacer un teatro comprometido que la realidad que nos ha tocado vivir, realidad que alcanza tintes tan surrealistas que a veces sintetiza mejor la comedia que los sesudos estudios socioeconómicos.

Es una obra muy musical. Mediante la melodía se conectan las siete obras ¿Cómo afecta al ritmo y al tono de la representación?
No es una obra musical, es una obra de teatro con música, danza, filmaciones, marionetas. La música es un complemento más.

Aunque en nuestra obra recurramos mucho a la música, no consideramos que sea una obra musical. Recurrimos a la música como un complemento escénico. Hacemos uso de la música y la canción, junto con los demás instrumentos de las artes escénicas, para acompañar y reforzar las sensaciones que la obra trata de comunicar, al igual que hemos utilizado marionetas, mimo, vestuario o atrezo. De esta manera hemos utilizado a veces las maneras combinadas del vodevil, de la zarzuela, la opereta o de la comedia burlesca, a través de una parodia textual continua de silvas irregulares asonantes o rimadas musicalmente, según convenía al momento, todo ello tratando de mantener un ritmo y una variedad que sorprenda y divierta al espectador. Pero nuestra obra tiene poco que ver con la típica comedia musical de variedades, con sus números independientes de revista u obra musical. Para nosotros la música y las canciones forman parte de la obra, junto con todos los otros ingredientes, entre los que el libreto ocupa un lugar fundamental. Por eso hemos tratado de conseguir que las canciones se entiendan bien y que la música no apague sino que subraye la letra.

270415D

'Entremeses de una época oscura' comienza y termina con fuertes críticas, y tiene un nudo bastante cómico...
Más que nudo cómico lo que tiene son modos cómicos, el nudo es politico, arte escénico político.

La estructura de la obra es la estructura de los entremeses. Hemos elegido este género dentro de la comedia por su crítica a la vez ácida, jocosa y ágil del statu quo socio-político-institucional, subrayando sus contradicciones y paradojas. Y es la crítica de ese statu quo la que da unidad a la obra, que busca reflejar la picaresca del poder y reflexionar sobre la sociedad enferma que la alberga y soporta.

Se ha elegido este género porque, como se dice en el entremés de Contexto del libreto:

La comedia es buen espejo
donde la vida es reflejo
de sus perfiles grotescos,
sus conflictos y pasiones,
sus graves tribulaciones...
que, según Lope de Vega,
mezclando burlas y veras
retratan nuestras costumbres,
donaires y podredumbres,
y de manera tan clara
que al poder desenmascaran.

La Familia Real, Ana Botella y Rodrigo Rato son paradigma del problema de la crispación?
La obra no habla de ellos específicamente, tratamos de presentar arquetipos, no tipos concretos, la obra no es histórica.

La obra no trata de imitar en su aspecto físico ni en sus maneras a personajes reales, sino de recrear esos personajes para hacer de ellos arquetipos. No tratamos de hacer teatro o comedia histórica, sino de inspirarnos en ciertas historias para recrear la trama y los personajes que presentamos como arquetipos de la actual sociedad jerárquica y caciquil. Esto lo precisamos en el prólogo del libreto. Por lo tanto no consideramos que ningún personaje real (Rato, Rajoy o Ana Botella) ni ningún partido en particular sean paradigma del problema o de la crispación. Consideramos que el paradigma del problema viene marcado, no solo por el conjunto de arquetipos que aparecen en la obra, sino también por la sociedad enferma que alberga la picaresca de los poderosos que ilustran los entremeses.

¿La sociedad ha sabido responder a la “provocación” de los gobernantes?
La sociedad en su conjunto responde a esquemas sociales, pero cada cual responde al establishment a su manera. Precisamente nosotros tratamos de invitar a la respuesta conjunta, en la obra proponemos como una manera de actuar conjuntamente empezar por no soportar más la situación y actuar en consecuencia. No proponemos ni soluciones ni nuevos paradigmas.

Consideramos que la picaresca de los poderosos llegó a tales extremos que provocó respuestas populares que van desde el 15-M hasta las mareas, plataformas y organizaciones diversas que han emergido en los últimos años. Y consideramos que estos mismos entremeses son también una respuesta a la provocación que supone la picaresca del poder reinante. Pero como simples autores de esta obra, escapa a nuestro papel evaluar hasta qué punto “la sociedad ha sabido responder” o no a esa provocación.

¿Existen alternativas reales de cambio?
Todo cambia, no es posible evitarlo. Y afortunadamente existe la posibilidad de que alguna vez actuemos todos a una. - ¿A peor?, preguntan los arlequinos a los espectadores...

Como autores de la obra no tenemos ninguna bola de cristal para dictaminar si hay “alternativas reales” o si “habrá un cambio” en la sociedad. Tal vez en el lenguaje jocoso y crítico de los entremeses podemos decir que, desde que el carlismo se vino abajo, no parece que haya alternativas reales a la actual monarquía borbónica. Y si nos referimos a alternativas viables o realistas, la única alternativa formal sería la republicana, que no se ha discutido ni consultado todavía entre la población. Respecto a si habrá cambios, resulta evidente que los habrá. La vida y las sociedades siempre han estado y estarán sujetas evoluciones y cambios. Las cosas cambiarán, querámoslo o no, pero lo que no sabemos es si estos cambios irán “a peor” como se dice en el libreto y si “podremos evitar tan mísero final”. Los entremeses reflexionan sobre ello advirtiendo que el contenido del cambio vendrá marcado, más allá de los cambios institucionales, por el comportamiento, los valores y la cultura de la gente.

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Elsy es abogada, doctora en jurisprudencia, narradora, dramaturga y poeta ecuatoriana. Comienza su carrera literaria con la publicación del libro de cuentos De mariposas, espejos y sueños. La mayor parte de su obra cuentística está reunida en el libro Los miedos juntos (El Ángel Editor, 2009).

 
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