Ya se acabó esa época tan famosa en nuestro fútbol y sobre todo, tan famosa en el Real Madrid. Se fue la llamada época de Zidanes y Pavones, la de los galácticos, porque bien quedan pocos en el equipo. El último en marcharse ha sido Beckham. Y es que el equipo se ha quedado tan triste y diferente que hasta la prensa rosa se ha quedado casi sin nada que hacer por allí.

Primero se fue Zidane, artífice de uno de los apodos. Luego se marchó Ronaldo y con él sus novias modelos con las que se casaba o no en París, dependía del día. Ahora se ha marchado el inglés y con él, el glamour, la elegancia, las marcas, lo fashion, los modelitos de su mujer y sobre todo, la carne de cañón para la parafernalia del corazón. Una verdadera pena.

En el Madrid parece que se abre una nueva etapa que comenzó con la consecución del campeonato de Liga. Ahora se ha renovado el equipo; se han ido los zidanes y pavones o casi todos y el equipo se llena con caras nuevas, con jugadores que en sus discursos de presentación tienen un mismo lema (parece que los han enseñado pronto), el lema de “vamos a ganarlo todo, a conseguir todo lo posible.”. Pero amigos, así piensan el resto de plantillas del resto de equipos de península e islas, así que no será fácil.

Lo que sí tenemos ya todos, y no me digan que no, es mono de fútbol. Estamos a 21 de julio y queda tan sólo un mes y cinco días para que la Liga diga hola de nuevo. Eso sí, tenemos a las puertas la pretemporada y en ella, el Teresa Herrera, el Ramón de Carranza, el Colombino o el Santiago Bernabéu, entre otros.

Eso sí, a todos les pasa igual que al Madrid; vienen renovados, con un buen lavado de cara y ganas de hacer algo grande esta temporada. Que se lo digan a Atleti, Betis o Barça. Pero lo que cuenta, al fin y al cabo es el fútbol, el espectáculo y la emoción; eso que todos los que estamos al otro lado del televisor, en la butaca de preferencia o en el bar del barrio, queremos ver y sentir. Eso que todos estamos locos por que vuelva.