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Daniel Tercero

Necesito tu amor

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Debido a un sinfín de causalidades me enteré ayer que Hy Zaret se ha muerto a principios de este mes. Aclaro que no he sido seguidor de Zaritsky (su nombre real era el de Hyman Harry Zaritsky) pero cuando uno escribe canciones como Unchained melody debería perdurar en el tiempo, al menos en la memoria de sus contemporáneos.

Lo de las baladas es algo que toca la fibra hasta al más duro de roer en las pistas de baile, que nunca fue mi caso, y Unchained melody es una de las mejores lentas que se han escrito, tocado y escuchado nunca. Escrita en los años 50 perdura entre nosotros y permite, al escuchar esa dulce melodía, desconectar con el mundo de la velocidad y el estrés que nos rodea en estos años de acelerones.

Qué duda cabe que la romántica balada la tenemos más fresca que nunca gracias a la película -ñoña, tampoco vayamos a caer en el romanticismo integrista- interpretada por la escultural Demi Moore y el cada vez más atractivo, pero peor actor, Patrick Swayze, como actores estrella escenificando algún que otro encontronazo al son de la balada en cuestión.

Pero si no es justo que a Zaret le supere su canción menos aún que se conozca la canción por la película y no al revés, como debería ser. Los sentimientos del protagonista de la canción se introducen por nuestros oídos y nos convierten en actor principal de la sinfonía que la orquesta interpreta una y otra vez sin convertir la serenata en cansino ruido. ¿Hay alguien que una vez escuchada la canción, por primera vez, no pueda ser capaz de cantar una parte del estribillo con tanto sentimiento de amor, de pasión y de soledad como el que debería embriagar a Zaret cuando la compuso?

Fallecido a punto de cumplir los 100 años, el estadounidense compositor de canciones, amén de abogado y ferviente seguidor del fútbol americano, Zaritsky ha dejado una huella difícil de superar en el mundo de la música y, en especial, de las versiones. En 1955 su ya clásico fue versionado por tres cantantes diferentes y se convirtió en un éxito en Estados Unidos. No he encontrado una fuente fiable, pero la mayoría de los que saben de música aseguran que no menos de 300 artistas habrán registrado una versión de Unchained melody. No hace falta recordar aquí los directos de U2 o la peculiar versión de un tal Elvis Presley.

No sé si será la mejor balada escrita jamás. Los gustos son individuales, especiales y, en ocasiones, contradictorios, pero será difícil encontrar peros a la balada de Zaret. Breve, dirán algunos. Respondan: lo bueno si breve, dos veces bueno. Aíslesen del mundanal ruido (que no siempre entra solo por los oídos); consigan encerrarse en un cuarto con la canción, a solas con ella; apaguen las luces; cierren las persianas y ventanas; denle al play y cierren los ojos.

Necesito tu amor

Daniel Tercero
Daniel Tercero
sábado, 21 de julio de 2007, 08:17 h (CET)
Debido a un sinfín de causalidades me enteré ayer que Hy Zaret se ha muerto a principios de este mes. Aclaro que no he sido seguidor de Zaritsky (su nombre real era el de Hyman Harry Zaritsky) pero cuando uno escribe canciones como Unchained melody debería perdurar en el tiempo, al menos en la memoria de sus contemporáneos.

Lo de las baladas es algo que toca la fibra hasta al más duro de roer en las pistas de baile, que nunca fue mi caso, y Unchained melody es una de las mejores lentas que se han escrito, tocado y escuchado nunca. Escrita en los años 50 perdura entre nosotros y permite, al escuchar esa dulce melodía, desconectar con el mundo de la velocidad y el estrés que nos rodea en estos años de acelerones.

Qué duda cabe que la romántica balada la tenemos más fresca que nunca gracias a la película -ñoña, tampoco vayamos a caer en el romanticismo integrista- interpretada por la escultural Demi Moore y el cada vez más atractivo, pero peor actor, Patrick Swayze, como actores estrella escenificando algún que otro encontronazo al son de la balada en cuestión.

Pero si no es justo que a Zaret le supere su canción menos aún que se conozca la canción por la película y no al revés, como debería ser. Los sentimientos del protagonista de la canción se introducen por nuestros oídos y nos convierten en actor principal de la sinfonía que la orquesta interpreta una y otra vez sin convertir la serenata en cansino ruido. ¿Hay alguien que una vez escuchada la canción, por primera vez, no pueda ser capaz de cantar una parte del estribillo con tanto sentimiento de amor, de pasión y de soledad como el que debería embriagar a Zaret cuando la compuso?

Fallecido a punto de cumplir los 100 años, el estadounidense compositor de canciones, amén de abogado y ferviente seguidor del fútbol americano, Zaritsky ha dejado una huella difícil de superar en el mundo de la música y, en especial, de las versiones. En 1955 su ya clásico fue versionado por tres cantantes diferentes y se convirtió en un éxito en Estados Unidos. No he encontrado una fuente fiable, pero la mayoría de los que saben de música aseguran que no menos de 300 artistas habrán registrado una versión de Unchained melody. No hace falta recordar aquí los directos de U2 o la peculiar versión de un tal Elvis Presley.

No sé si será la mejor balada escrita jamás. Los gustos son individuales, especiales y, en ocasiones, contradictorios, pero será difícil encontrar peros a la balada de Zaret. Breve, dirán algunos. Respondan: lo bueno si breve, dos veces bueno. Aíslesen del mundanal ruido (que no siempre entra solo por los oídos); consigan encerrarse en un cuarto con la canción, a solas con ella; apaguen las luces; cierren las persianas y ventanas; denle al play y cierren los ojos.

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