Sí, como en las épocas de Bahamontes, Ocaña, Jiménez, Delgado o Indurain. En Francia se habla español. Y la culpa la tiene la prueba ciclista (y deportiva me atrevería a decir) más dura del mundo, el Tour de Francia. Los hispano parlantes han realizado una primera semana de carrera encomiable y se han erigido en los portadores del espectáculo.
Como antes. Porque este espacio que me confían lo quiero utilizar hoy para hacer un pequeño homenaje a este deporte, el de la bici, que por más golpes que le dan termina levantándose a base de sacrificio, espectáculo, belleza y superación humana.
Y se vuelve a hablar en castellano. Porque si el alma del ciclismo y la tradición está en Francia y los Países Bajos, la salsa siempre la pusimos los españoles y nuestros hermanos colombianos.
Mención especial a ese pequeño ‘cafetero’ llamado Soler. Volvió a dar una alegría a esta peculiar nación suramericana con su triunfo en los Alpes y, seguro, a ‘cascar’ la garganta de algún narrador de la siempre presente y fiel radio colombiana. Al estilo de antes. Como hicieran Fabio Parra, Lucho Herrera… y tantos otros que se dejaron la piel en el pavimento francés.
Y si Soler recordó a los astros colombianos con sus infernales subidas y sus torpes bajadas, un joven español, Alberto Contador, puso el espectáculo. Este escalador, que recuerda en su correr a ‘Perico’ Delgado, demostró que es capaz de reventar la carrera si se lo propone.
Además está Valverde. El corredor total. Rápido, escalador, clasicómano…Cada vez está más claro que, cuando hicieron al murciano, utilizaron el mismo molde que con aquella ‘bestia caníbal’ de centroeuropa que respondía al nombre de Eddy Mercx.
En definitiva, un Tour tan apasionante como los de antes y dominado por los escaladores al estilo de antaño. Rassmusen, Mayo, Evans, Moreau, Sastre…El espectáculo está asegurado, ya que todavía quedan unos Pirineos donde se volverá a hablar castellano. Sí, el Tour ha vuelto. Como antes. Como siempre.