La cirugía plástica es una especialidad muy amplia. Se podría definir como la parte de la medicina encargada de la reparación o de la reconstrucción de la piel, el tejido blando o de cualquier parte del cuerpo dañada o que presenta malformaciones. Es una especialidad que no está restringida a un órgano determinado o a un tipo de tejido. Su objetivo fundamental es restablecer la normalidad tanto funcional como anatómica.
En muchas ocasiones se suele comparar a los cirujanos plásticos con los artistas, ya que ambos trabajan siguiendo los dictados de la belleza, de lo que se considera bello. El objetivo principal de un artista es crear obras de arte (pinturas, esculturas...) para que puedan ser admiradas por los hombres, mientras que los cirujanos plásticos tienen la misión de corregir o mejorar detalles anatómicos, defectos físicos... de personas individuales. Su trabajo está enfocado a satisfacer necesidades humanas muy concretas. El "arte" de la especialidad es el de realizar las intervenciones con verdadera destreza o habilidad técnica-manual como para que las operaciones resulten un verdadero éxito. La cirugía en ese sentido es ciencia y arte, es un campo muy creativo dentro de la medicina.
A la cirugía plástica, como ya hemos comentado anteriormente, no se la puede desligar del concepto de belleza. Lo considerado como "bello" cambia con el tiempo, con las modas y está condicionado por factores culturales; sin embargo, los fundamentos de la belleza son universales y se mantienen a través del tiempo, la cultura y la raza. Muchos de las características que encontramos atractivas son también signos de fertilidad, juventud y salud. Artistas como Botticelli o Leonardo da Vinci intentaron capturar también la belleza del espíritu. El ideal espiritual, más allá de lo ordinario, implicaría la verdad, la bondad y la belleza.
Pero la visión que se tiene de la belleza es modificada por los condicionamientos sociales. La industria cosmética, los medios de comunicación, el sector de la moda... crean y difunden estereotipos de belleza que las personas tratan de imitar. Se promueven ciertos patrones estéticos que rozan lo enfermizo, un imaginario esquema corporal, tan perfecto como inaccesible. Los extremos, como todo en esta vida, y más aún si hablamos del cuerpo humano y de temas de salud, no son buenos ni recomendables. La búsqueda, casi obsesiva, de esos cuerpos que tratan de vender por los medios, puede ser el desencadenante de trastornos alimenticios, frustraciones... Necesitamos definir lo atractivo con parámetros más amplios que los actuales, para que la mayoría de las personas, y no sólo una pequeña parte, pueda sentirse bien con su apariencia personal.