Pasadas las fiestas y repasada nuestra querida España, uno piensa en el Circo de las Vanidades donde, en política, todo vale para distraer pero nada es capaz de modificar principios, creencias y caracteres populares.
Hemos visto en esta Semana Santa de 2015 aquello que sólo los regímenes dictatoriales pueden borrar de la mente: LA FE INDIVIDUAL y COLECTIVA.
Ahora, después de respirar el incienso incombustible de la fe popular, vendrán los “cantos de sirena”, los “profetas del futuro”, los “políticos olvidadizos”, los “destructores de la unidad”, los “salva patrias aprovechados”, los “okupas por derecho constitucional”, los “predicadores del rencor”, los “encantadores de serpientes venenosas”, los “manipuladores de cartas creando dioses a gusto de cada cual”.
Así comenzaron todos los conflictos sociales en nuestra querida España.
Decía un antiguo profesor: “queridos, España LLORA SUS TRAGEDIAS CADA SETENTA U OCHENTA AÑOS”… “NO OS CONTENTÉIS CON LEER LA HISTORIA, PROCURAD CAMBIARLA”
