Durante cuatro largos años, la Junta de Castilla y León ha "condenado" a los centros educativos de la región a una economía de guerra. Se ha reducido todo, después de haber recortado hasta un 58% los gastos de funcionamiento de los centros educativos en 2011. ¿Y qué decir de las obras en estos años? La Junta apenas destinaba dinero para cubrir necesidades y ahora comprobamos que peca de amnesia permanente e interesada. Hartos de ello, los sindicatos han montado protestas y elevado quejas, pero a la Administración --y en concreto a la Consejería de Hacienda-- le daba igual. Los ciudadanos no son lo más importante para los Gobiernos de Juan Vicente Herrera. ¿Entienden ahora por qué defiendo que no se vote a esta gente, después de mentirnos y frotárnoslo por la cara a la vez que se mofaban de las necesidades ciudadanas?
Una vez que ganan las elecciones, miran al frente y si algún ciudadano se acerca a solicitar algo o quejarse, casi siempre le dan un puntapié para que no entorpezca. Pero, claro, en 2015 hay elecciones y hay que hacer como que se preocupan por los votantes. Hay que sacar la mejor sonrisa. Hay que dar buenas palabras y hay que gastar dinero en aquello que se ve. Ese es el motivo de las obras que se van a realizar en colegios, institutos y otro tipo de centros dentro del programa de inversiones previstas para el año electoral. El aumento respecto a 2014 es extraordinariamente abrumador, de lo que hay que alegrarse, pero repito el motivo: ser año electoral y sentir de cerca el miedo a perder la mayoría absoluta en las Cortes de Castilla y León, al menos eso dicen las encuestas.
Con respecto a 2014, la provincia de León ha tenido un incremento de un 106,03% y Burgos un 78,90%. Precisamente las dos provincias más mimadas por Herrera Campo, la Consejería de Hacienda y la Consejería de Educación. ¡No es por casualidad! Juanvi Herrera y varios directores generales (muchos de ellos miembros de la Obra y dominadores de los 'tejemanejes' tras las bambalinas en varias consejerías). Después va Soria (sorprende el dato) con un aumento de un 71,85%. Segovia ya cae al 58,35%. Y a partir de ahí se reparten migalas las provincias menos atendidas en dinero y recursos; es decir, Ávila, Salamanca, Palencia, Zamora y Valladolid. Es de cortesía que -- cuando alguien hable del centralismo vallisoletano-- se le pasen los datos por los morritos, a ver si cae del burro de una vez.
En conclusión: hay que aprovechar los años electorales porque, una vez que pasan, los políticos elegidos se olvidan de lo esencial y piensan en primera persona y para su primera persona. Posiblemente esta reflexión cuadra con lo que dice un viejo refrán castellano: "los políticos son como los libros de una biblioteca, los que más alto están son los que menos sirven".