Hemos batido “records” en turismo y desplazamientos. El l “parón” se resentirá en algunas Comunidades hasta el próximo martes. ¿Podemos permitírnoslo?

Es un claro ejemplo del “efecto mariposa” o de la “influencia de los rayos alfa sobre las margaritas”. Poco importan las teorías; el hecho es que se produce, en el ámbito global, un gran desplazamiento poblacional, un parón en las actividades que desempeñaban los desplazados y una hiperactividad en los sectores relacionados con transporte y hostelería. ¿Por qué?

Yo no creo que la Pasión fuera necesaria y soy un convencido de que los “efectos” se producen porque hay voluntad; la ocurrencia requiere del contacto de los elementos implicados.

Se mueve mucho dinero, es un hecho y también lo es que los que paralizan sus actividades no salen perdiendo; han programado sus vacaciones.

Muchos no lo tenemos tan fácil y nos sentimos afectados por un parón que se produce en un momento en que el “aparato” de la UE sufre su mayor confrontación de ciudadanos que reclamamos nuestro derecho a estar presentes en las tomas de decisiones. El “garrote vil” que amenaza a los ciudadanos griegos es el mismo que nos amenaza a los que queremos tomar las riendas de una cotidianidad que no hace sino desarmarnos de derechos adquiridos con sangre durante siglos.

Ellos han dejado sus armas bien activadas: nuestra ley Mordaza, la intromisión en nuestra intimidad en la nueva ley antiterrorista que se vota actualmente en Francia, la generalización de la fábula del “buen pagador”, los atentados suicidas y las sicopatías del copiloto de cuyo nombre no quiero acordarme; son ejemplos de la actividad. Se habla mucho y mucho de eso y se ponen imágenes que muestran la crueldad; la del copiloto y la de todos esos “terroristas” que amenazan nuestra vivencia más íntima.

Ellos pueden vivir de la rentas y alcanzar sus objetivos. Nosotros estamos esperando. No sé qué, puesto que ya nadie espera a Godot.