Desde ahora y hasta el final de nuestro rincón de esta semana, van a poder comprobar todos ustedes que la estructura tiene una definida forma cíclica, aunque eso no quiere decir en este caso redundante sino más bien evocador de que toda circunstancia y realidad tiene su parecido razonable. La justicia de nuestro país puede que sea ciega, pero lo que parece claro una vez más es que no es igual para todos. Mientras el “titulado” Roldán posa en libertad para una revista, y aún son enjuiciados en sempiternos procesos numerosos presuntos culpables –eso sí con indicios de culpabilidad más que alarmantes- y que a buen seguro no pondrán un pie a la sombra, otros con delitos menores –póngase romper una farola o defender sus trabajos en manifestaciones que puede tengan un final más violento de lo esperado- son perseguidos como penados con delitos de sangre y saña y son arrancados de su vida para mandarles a prisión fuera de toda lógica.
No es de extrañar, sin embargo, este tipo de comportamientos. Da la sensación de que se ha abierto la veda y de que los enemigos han pasado a ser en los últimos tiempos los propios amigos y compañeros. En Oriente Próximo, el “lobo” israelí ha dejado de ser el objetivo fundamental de la violencia palestina para convertirse ahora en facciones enfrentadas. Si la situación en ese punto candente del globo era ciertamente incomprensible antes, ahora no deja de ser ya lugar a la duda y la irracionalidad se manifiesta como nunca. Eso en lo que a asuntos serios se refiere, porque más banales podemos considerar los tiras y aflojas en el entorno de McLaren. Hamilton y Alonso compitiendo de tú a tú por ser el próximo campeón. El primero el niño mimado de la escudería desde pequeño, el segundo el bicampeón fichado a base de talonario. Puede que el alumno aventajado haya aprendido a estas alturas todo lo que podía aprender del maestro y ha osado dejarle en evidencia, o puede que cuando una obra en función de ciertos condicionantes pueda acabar él igualmente condicionado.
El deporte ha sido referente esta semana en los medios de comunicación. El Madrid ha conquistado su trigésimo título liguero –enhorabuena-, y su conquista y celebración ha sido caldo de cultivo para los principales minutos de los informativos. Un servidor reconoce que, incluso en algunos casos, daba la sensación de que ese fin de semana no se había producido ninguna víctima mortal en nuestras carreteras. No fue así. Sí las hubo, pero no se vieron. Para la esperanza queda el logro del primer corazón artificial implantado con éxito en nuestro país, porque de hecho ya ni el verano recién comenzado parece conocerse a sí mismo. La purificación de San Juan ha quedado sólo en cenizas.