El lunes por la noche – más bien el martes de madrugada, eran las tres de la mañana-, en otro de esos episodios de sano insomnio que cada vez tengo con más frecuencia, me puse a mirar las televisiones del Winamp. No es la primera vez que lo hago. En alguna ocasión me he encontrado una película manga decente o un documental entretenido. Esta vez no daba con nada del otro mundo, así que empecé a hacer un recorrido errático por la ristra de televisiones que aparecen y, de repente, me encontré con la imagen de una chica con gafas y varias velas a su espalda que pinchaba música. Me pareció sorprendente que a aquella hora alguien tan joven estuviera poniendo música y, según la pantalla, en directo. En principio pensé que sería una grabación, pero el cartelito de la imagen me hizo sentir curiosidad. Puse el nombre de la televisión en el Google. No es sólo que la muchacha, de Dusseldorf para más señas, estuviera pinchando en directo, sino que, además, en la página de la emisora tienen un webchat en el que había casi cien personas, todas de Alemania y Austria, que conversaban y oían música.
Al final estuve en el chat hasta las cinco y media de la mañana, Stephany, que así se llama la pincha discos, me presentó a su gata a través de la pantalla, todos se lo pasaron en grande riéndose de mi penoso alemán – aunque he de reconocer que fueron muy comprensivos y estuvieron casi todo el tiempo escribiendo en inglés para que pudiera seguir las conversaciones-, y un chico llamado Jüger, que el año pasado estuvo de vacaciones en Tenerife, me hizo de maestro de ceremonias presentándome a todo el mundo. Gente muy joven, de entre 16 y 23 años. Mi curiosidad pudo más que yo, “¿Qué demonios hacéis todos despiertos a esta hora?”, la respuesta general fue “Insomnia”.
Lo cierto es que no sólo estos jóvenes teutones se pasan las noches en vela. Si cualquiera entra en el IRC-Hispano a esas horas se puede encontrar con facilidad a cien personas en el canal #filosofia o en el #politica (ninguno de ellos lleva acento), y sin nadie que pinche música en directo, que conste. Lo mismo ocurre en el IRC angloparlante y en el Jabber – sólo en el canal #discussion, del Reino Unido, había 150 personas a las cuatro de la mañana-. La inmensa mayoría gente muy joven que habla de fiestas, clases, libros, política, cuenta chistes o se echan los trastos intentando ligar a través de la pantalla... No es difícil darse cuenta de hasta que punto han cambiado y siguen cambiando las relaciones sociales con la existencia de la Red y el impulso de las nuevas tecnologías. Ha pasado sin siquiera darnos cuenta. Es más, es que si lo pienso con un poco de detenimiento me sorprendo pensando que mantengo más relación con gente como Joe Valdés – Cuba-, Ainoa Vives – Venezuela-, o Ayame (de apellido impronunciable, sé que sabrá personarme...) – Japón-, por ejemplo, que con gente a la que veo todos los días. También es cierto que es más sencillo encontrar gente con afinidades parecidas a través de la Red porque la gente tiende a agruparse – si te gusta cultivar bonsáis sólo tienes que entrar en el IRC y buscar el canal #bonsai (¡Cuidado! Si se equivocan y entran en el #bansai pueden encontrarse con un curso avanzado de nudos para bondage... aunque bueno, ya saben el dicho, el saber no ocupa lugar).
Se está hablando mucho de lo que se ha dado en llamar Web 2.0. Nadie sabe exactamente que es en realidad. Yo diría que tampoco es que le importe un pito a alguien. Está claro que tiene que ver con contenidos más dinámicos y una interacción mucho mayor con los usuarios mediante nuevas herramientas. Y sin embargo... no dejo de pensar que esos 100 chicos alemanes y austriacos que oían música y hablaban entre sí a las tres de la mañana son los únicos que están disfrutando de verdad de todo esto.
Bendita juventud.
A propósito, la televisión es X-Stream. Si sufren algún capítulo de “insomnia”, aunque sea pasajero, no duden en pasarse por allí y nos echamos una parrafada oyendo música, que demonios.
Suena de fondo “Faithless Insomnia Monster Mix Radio Edit”
Buenas noches, y buena suerte...