Ejemplo 1.- Dos espías de los servicios de inteligencia son sorprendidos en un coche a las puertas de la vivienda del presidente de una de las principales compañías eléctricas del país, que recientemente se enfrentó al Gobierno de la Nación con motivo de una OPA hostil apadrinada o tal vez algo más por los miembros de una oscura sociedad de valores para millonarios que tienen despacho cerca del Presidente. La cosa acaba, como no puede ser de otra forma cuando el espiado es persona de principios que cree en la Ley, en comisaría. El presidente de la compañía eléctrica, al cual dos miembros del Cuerpo Armado llamado Guardia Civil –según el Gobierno mientras se encontraban fuera de(l) servicio- habían seguido en fechas anteriores, presenta una denuncia en el Juzgado. El responsable de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado afirma que ambos espías estaban realizando “otro servicio”. La prensa calla. No hay dimisiones. No se organiza un gran escándalo. Silencio.
Ejemplo 2.- El Gobierno decide que las familias, columna vertebral de las democracias liberales que, por tanto se encuentran en el punto de mira del Gobierno, no son quienes tienen derecho a elegir la educación que quieren para sus hijos y decide imponerles a la fuerza una asignatura de adoctrinamiento en el nihilismo más rancio. Numerosas organizaciones cívicas preparan una campaña de objeción de conciencia. Desde el Ministerio de Adoctrinamiento se amenaza a los alumnos con que no obtendrán su titulación si no se someten al estudio de piezas culturales y didácticas como “Alí Babá y los cuarenta maricones”. El Gobierno no sólo pretende adoctrinar a niños indefensos, sino que pretende negar el derecho fundamental a la objeción de conciencia a los ciudadanos y, más grave aún, dejar claro que los padres no son quienes para decidir en qué valores educan a sus descendientes. La prensa calla. Silencio
Ejemplo 3.- Una agencia pública de noticias que compite deslealmente con las agencias privadas (tiene un déficit pavoroso que sufragan obligatoriamente todos los ciudadanos vía impuestos) incumple con su propio Estatuto ético y filtra a dos medios, casualmente los llamados “medios amigos” del Gobierno, conversaciones “off the record” del líder del único partido de la oposición (oposición que es perseguida por el Gobierno). El Presidente de la Asociación de Prensa de Madrid calla. Su hijo es el jefe de informativos de una de las televisiones “amigas”. Nadie dimite. Silencio.
Y todo esto en menos de una semana. ¿Se puede realmente hablar de democracia liberal en España? No. Sí de democracia socialista como la que sufren en Cuba o en Venezuela. O, mejor aún, sí de democracia orgánica. Como cuando Franco. Por eso será que lo recuerdan y nombran a todas horas.