¡Vaya fin de semana! La Liga de fútbol vivió una de las jornadas más emocionantes de los últimos años el pasado sábado; se firmaron las tablas en ambas semifinales de la ACB y los cuatro equipos se citarán en Madrid y Vitoria, respectivamente, para dilucidar quiénes disputarán la final; Rafa Nadal se coronó por tercera vez consecutiva en Roland Garros y Fernando Alonso, séptimo en Canadá, fue testigo de una carrera surrealista que sirvió para coronar en lo más alto del podio a su compañero, el británico Lewis Hamilton.
Esto es deporte y aquí quien baja la guardia o se duerme en los laureles, lo paga. El Barcelona se veía acariciando un nuevo título liguero: ganaba al Espanyol 2-1. Daba igual que el Madrid acabara de empatar en La Romareda. De repente, apareció Tamudo y con un latigazo selló el empate en el marcador ante el asombro del Camp Nou. Lo que instantes atrás era algarabía y euforia, se transformó, vertiginosamente, en decepción. Todo lo contrario les ocurrió a los aficionados madridistas, que ven ahora como su equipo puede alzarse con el título el próximo domingo delante de su afición. Pero, ojo, que hasta el rabo todo es toro y los de Capello no deben confiarse ante un conjunto tan sólido como el Gregorio Manzano, que a pesar de no jugarse nada en la última jornada, a buen seguro encontrará alguna motivación para intentar aguar la fiesta al conjunto blanco.
La igualdad se romperá esta semana, definitivamente. La Liga se decide en el Bernabéu. La ACB encontrará a sus finalistas este martes. Vistalegre y el Buesa Arena dictarán sentencia. El quinto partido de ambas series será un espectáculo que ningún aficionado al deporte debería perderse. Las espadas estarán en alto, tanto en la pista como en los banquillos, donde dos alumnos pretenden subirse a las barbas de sus respectivos maestros -Joan Plaza y Dusko Ivanovic, frente a Aíto García Reneses y Bozidar Maljkovic-.