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Opinión
Etiquetas | Alaya | Hablemos sin tapujos | Andalucía
"La ambición suele llevar a las personas a ejecutar los menesteres más viles. Por eso, para trepar, se adopta la misma postura que para arrastrarse", Swift, Jonathan

​El globo de los fraudes de Andalucía se deshincha. Alaya se marcha

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Se dice que hay mil maneras de morir y yo diría que también hay mil formas de deshacerse de una asunto incómodo, molesto, peligroso y, por supuesto, que afecta de una manera directa a un determinado partido político, el PSOE, al que le viene corroyendo las potencias desde hace unos años los problemas que vienen surgiendo en su feudo de Andalucía desde que una juez de armas tomar decidió destapar los basureros de corrupción que se esconden detrás de la pantalla de UGT y el propio Parlamento de la comunidad andaluza. Es evidente que, por lo visto, no ha sabido encontrar una salida digna para escurrir el bulto. Me refiero manoseado tema de los ERE,s fraudulentos, que ya llevan poniendo en graves apuros a una gran parte de los altos cargos socialistas y de la UGT de la comunidad andaluza regida por el PSOE. Por si no fuera suficiente carga, hace poco, se les ha añadido la apertura de una segunda causa, esta vez como consecuencia de una denuncia del PP andaluz y derivada del caso de los ERE, por supuestos los avales concedidos a empresas por la Administración; como consecuencia de la cual ya han sido imputados cuatro ex altos cargos de la administración andaluza.

El nombre de la juez andaluza Mercedes Alaya sobrevuela sobre esta operación de “saneamiento” de las instituciones andaluzas que, por lo visto, después de más de 30 años de estar afincadas en el gobierno de la comunidad autónoma, han conseguido reunir en las cavernas del clientelismo, nepotismo, el fraude, la malversación de bienes públicos, el cohecho y todo un elenco de delitos similares; toda la bazofia que la corrupción de un poder mantenido durante los años (demasiados, sin duda) es capaz de acumular cuando una administración, en lugar de trabajar en beneficio de los ciudadanos, lo hace para favorecer a unas determinadas personas corruptas o para favorecer intereses partidistas.

Resulta casi insultante y, por supuesto, propio de quienes no tienen el más mínimo sentido ético, el reprochar a otros partidos sus debilidades, errores, posibles financiaciones irregulares y hasta los delitos cometidos por algunos de sus ejecutivos o personas de confianza; cuando se tiene, en su propia formación política, tanto que esconder y tanto de lo que responder ante la Justicia del país. El PSOE andaluz, en estos momentos, tiene como imputados a dos de sus miembros más conocidos, los señores Chaves y Griñán, que han ostentado durante años la presidencia del Parlamento de Andalucía. Tanto la UGT como el PSOE andaluz han tenido que contemplar como, la juez Alaya, ha ido imputando, uno tras otro, a cientos de funcionarios, directivos y miembros pertenecientes al partido y el sindicato socialista, por delitos de diversa índole, pero todos relacionados con una administración impropia de las subvenciones recibidas del Estado, supuestamente destinadas a cubrir ayudas para aquellos trabajadores que, como consecuencia de la crisis, perdieron su trabajo o fueron suspendidos, transitoriamente, de su empleo.

Fue necesario que una señora, la juez Alaya, se atreviera, en función de sus competencias como Juez, a asomarse debajo de la estera de los actuales gestores de la comunidad autónoma de Andalucía, para que descubriera el polvo de la mamandurría que durante el tiempo que la región ha estado bajo el mando socialista, se ha ido acumulando; de modo que, una vez tirada de la manta, no cesan de aparecer nuevos implicados como autores, cómplices y encubridores de la serie de delitos fraudulentos que han enriquecido a muchos de aquellos que prometieron ayudar a salir a los pobres de su pobreza y, a la postre, los que sí lo han conseguido y con gran prodigalidad, ha sido enriquecerse ellos mismos a costa de lo que les pertenecía a los trabajadores. ¡Un ejemplo de cómo se las gastan los socialistas cuando se trata de sacarles provecho a sus poltronas públicas!

Pero sólo ocurrió una vez, que se sepa, en la Historia de la humanidad, que un humano derrotara a un gigante. Fue en la historia bíblica cuando el pequeño David mató al enorme Goliat con una pedrada en la frente lanzada con su honda. Esta aguerrida representante de la Justicia, ha sido capaz de desarrollar una labor ingente digna de una heroína que ha tenido la valentía, la templanza, la inteligencia y la sabiduría de haber puesto patas arriba a la mayoría de los politicastros de la Junta de Andalucía, que se habían aprovechado de sus cargos para lucrarse de ellos, enriquecerse y, a la vez, ayudar, en un ejercicio nunca visto de nepotismo, a que familiares y amigos también lo consiguieran.

or mucho que lo intentaron no pudieron con ella, aunque hubo ocasiones en las que, desde los mismos órganos de la administración de Justicia, se la quiso obstaculizar e impedir que se siguiera haciendo cargo de la instrucción de tan complejo expediente. Siempre supo salir airosa de todos los trances a los que tuvo que enfrentarse y, hasta los más incrédulos, llegamos a pensar que iba a conseguir llevar a cabo una ejemplar lección de honradez y profesionalidad, acabando con toda la podredumbre que el gobierno del PSOE llegó a acumular a través de más de tres décadas en el poder. Era demasiado hermoso para ser verdad y estaban en juego infinidad de intereses de personas influyentes para que una sola persona, por muchas agallas que tuviera, pudiera llevar a cabo tan gigantesca tarea. La jugada ha sido sibilina, incluso se podría calificar de genial, si tenemos en cuenta que, en lugar de recurrir a la violencia, al chantaje, a las amenazas o a otras medidas de coacción extremas ( algunas de ellas ya se han utilizado sin conseguir el resultado de intimidar a la jueza); los que siguen manejando los hilos del poder en nuestra nación, aquellos que se ocultan en el anonimato y que saben los botones que hay que apretar en cada caso, han actuado ofreciéndola a la señora Mercedes Ayala algo a lo que no podía resistirse: entrar como magistrado en la Audiencia Provincial de Andalucía.

Es cierto que, en un ramalazo de rebeldía, la jueza pidió que se le permitiese finalizar la instrucción de los expedientes, gigantescos expedientes de varios miles de folios, en los que se ha ido recopilando toda la historia delictiva de cientos de imputados, que van a tener que pasar por los juzgados para responder de sus acciones. El CGPJ, con su habitual utilización de los tiempos y su maquiavélica forma de enfrentarse a los problemas judiciales, ha sabido encontrar una fórmula para ponerle un límite a la jueza, cuando le ha permitido ocuparse de las causas pendientes hasta que, la convocatoria que se va a poner inmediatamente en marcha, para cubrir la plaza vacante que va a dejar doña Mercedes, haya concluido. El proceso se calcula que va a durar tres meses tiempo máximo del que dispondrá Alaya para rematar la instrucción de sus causas, si es que no quiere que la conclusión de la mismas pase a depender de su sucesor, en cuyo caso es muy posible, señores, que todo acabase en agua de borrajas.

Uno, que ya tiene más conchas que un galápago, ve una mano negra detrás de todo este tinglado. Quisiera estar equivocado, pero mucho nos tememos que, cuando estos expedientes lleguen a manos de los distintos tribunales a los que competa sustanciar los respectivos casos, es muy posible que ya hayamos entrado en periodo electoral, si no es que ya tengamos un gobierno nuevo para ocuparse de los destinos de España. Demasiado tiempo, demasiados cambios y demasiados intereses creados para que podamos pensar que, aquellos que tienen cuentas pendientes con la Justicia, acaben por responder de ellas. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, sospechamos que Andalucía va a seguir dependiendo de los mismos. Que no se quejen.

​El globo de los fraudes de Andalucía se deshincha. Alaya se marcha

"La ambición suele llevar a las personas a ejecutar los menesteres más viles. Por eso, para trepar, se adopta la misma postura que para arrastrarse", Swift, Jonathan
Miguel Massanet
martes, 10 de marzo de 2015, 11:54 h (CET)
Se dice que hay mil maneras de morir y yo diría que también hay mil formas de deshacerse de una asunto incómodo, molesto, peligroso y, por supuesto, que afecta de una manera directa a un determinado partido político, el PSOE, al que le viene corroyendo las potencias desde hace unos años los problemas que vienen surgiendo en su feudo de Andalucía desde que una juez de armas tomar decidió destapar los basureros de corrupción que se esconden detrás de la pantalla de UGT y el propio Parlamento de la comunidad andaluza. Es evidente que, por lo visto, no ha sabido encontrar una salida digna para escurrir el bulto. Me refiero manoseado tema de los ERE,s fraudulentos, que ya llevan poniendo en graves apuros a una gran parte de los altos cargos socialistas y de la UGT de la comunidad andaluza regida por el PSOE. Por si no fuera suficiente carga, hace poco, se les ha añadido la apertura de una segunda causa, esta vez como consecuencia de una denuncia del PP andaluz y derivada del caso de los ERE, por supuestos los avales concedidos a empresas por la Administración; como consecuencia de la cual ya han sido imputados cuatro ex altos cargos de la administración andaluza.

El nombre de la juez andaluza Mercedes Alaya sobrevuela sobre esta operación de “saneamiento” de las instituciones andaluzas que, por lo visto, después de más de 30 años de estar afincadas en el gobierno de la comunidad autónoma, han conseguido reunir en las cavernas del clientelismo, nepotismo, el fraude, la malversación de bienes públicos, el cohecho y todo un elenco de delitos similares; toda la bazofia que la corrupción de un poder mantenido durante los años (demasiados, sin duda) es capaz de acumular cuando una administración, en lugar de trabajar en beneficio de los ciudadanos, lo hace para favorecer a unas determinadas personas corruptas o para favorecer intereses partidistas.

Resulta casi insultante y, por supuesto, propio de quienes no tienen el más mínimo sentido ético, el reprochar a otros partidos sus debilidades, errores, posibles financiaciones irregulares y hasta los delitos cometidos por algunos de sus ejecutivos o personas de confianza; cuando se tiene, en su propia formación política, tanto que esconder y tanto de lo que responder ante la Justicia del país. El PSOE andaluz, en estos momentos, tiene como imputados a dos de sus miembros más conocidos, los señores Chaves y Griñán, que han ostentado durante años la presidencia del Parlamento de Andalucía. Tanto la UGT como el PSOE andaluz han tenido que contemplar como, la juez Alaya, ha ido imputando, uno tras otro, a cientos de funcionarios, directivos y miembros pertenecientes al partido y el sindicato socialista, por delitos de diversa índole, pero todos relacionados con una administración impropia de las subvenciones recibidas del Estado, supuestamente destinadas a cubrir ayudas para aquellos trabajadores que, como consecuencia de la crisis, perdieron su trabajo o fueron suspendidos, transitoriamente, de su empleo.

Fue necesario que una señora, la juez Alaya, se atreviera, en función de sus competencias como Juez, a asomarse debajo de la estera de los actuales gestores de la comunidad autónoma de Andalucía, para que descubriera el polvo de la mamandurría que durante el tiempo que la región ha estado bajo el mando socialista, se ha ido acumulando; de modo que, una vez tirada de la manta, no cesan de aparecer nuevos implicados como autores, cómplices y encubridores de la serie de delitos fraudulentos que han enriquecido a muchos de aquellos que prometieron ayudar a salir a los pobres de su pobreza y, a la postre, los que sí lo han conseguido y con gran prodigalidad, ha sido enriquecerse ellos mismos a costa de lo que les pertenecía a los trabajadores. ¡Un ejemplo de cómo se las gastan los socialistas cuando se trata de sacarles provecho a sus poltronas públicas!

Pero sólo ocurrió una vez, que se sepa, en la Historia de la humanidad, que un humano derrotara a un gigante. Fue en la historia bíblica cuando el pequeño David mató al enorme Goliat con una pedrada en la frente lanzada con su honda. Esta aguerrida representante de la Justicia, ha sido capaz de desarrollar una labor ingente digna de una heroína que ha tenido la valentía, la templanza, la inteligencia y la sabiduría de haber puesto patas arriba a la mayoría de los politicastros de la Junta de Andalucía, que se habían aprovechado de sus cargos para lucrarse de ellos, enriquecerse y, a la vez, ayudar, en un ejercicio nunca visto de nepotismo, a que familiares y amigos también lo consiguieran.

or mucho que lo intentaron no pudieron con ella, aunque hubo ocasiones en las que, desde los mismos órganos de la administración de Justicia, se la quiso obstaculizar e impedir que se siguiera haciendo cargo de la instrucción de tan complejo expediente. Siempre supo salir airosa de todos los trances a los que tuvo que enfrentarse y, hasta los más incrédulos, llegamos a pensar que iba a conseguir llevar a cabo una ejemplar lección de honradez y profesionalidad, acabando con toda la podredumbre que el gobierno del PSOE llegó a acumular a través de más de tres décadas en el poder. Era demasiado hermoso para ser verdad y estaban en juego infinidad de intereses de personas influyentes para que una sola persona, por muchas agallas que tuviera, pudiera llevar a cabo tan gigantesca tarea. La jugada ha sido sibilina, incluso se podría calificar de genial, si tenemos en cuenta que, en lugar de recurrir a la violencia, al chantaje, a las amenazas o a otras medidas de coacción extremas ( algunas de ellas ya se han utilizado sin conseguir el resultado de intimidar a la jueza); los que siguen manejando los hilos del poder en nuestra nación, aquellos que se ocultan en el anonimato y que saben los botones que hay que apretar en cada caso, han actuado ofreciéndola a la señora Mercedes Ayala algo a lo que no podía resistirse: entrar como magistrado en la Audiencia Provincial de Andalucía.

Es cierto que, en un ramalazo de rebeldía, la jueza pidió que se le permitiese finalizar la instrucción de los expedientes, gigantescos expedientes de varios miles de folios, en los que se ha ido recopilando toda la historia delictiva de cientos de imputados, que van a tener que pasar por los juzgados para responder de sus acciones. El CGPJ, con su habitual utilización de los tiempos y su maquiavélica forma de enfrentarse a los problemas judiciales, ha sabido encontrar una fórmula para ponerle un límite a la jueza, cuando le ha permitido ocuparse de las causas pendientes hasta que, la convocatoria que se va a poner inmediatamente en marcha, para cubrir la plaza vacante que va a dejar doña Mercedes, haya concluido. El proceso se calcula que va a durar tres meses tiempo máximo del que dispondrá Alaya para rematar la instrucción de sus causas, si es que no quiere que la conclusión de la mismas pase a depender de su sucesor, en cuyo caso es muy posible, señores, que todo acabase en agua de borrajas.

Uno, que ya tiene más conchas que un galápago, ve una mano negra detrás de todo este tinglado. Quisiera estar equivocado, pero mucho nos tememos que, cuando estos expedientes lleguen a manos de los distintos tribunales a los que competa sustanciar los respectivos casos, es muy posible que ya hayamos entrado en periodo electoral, si no es que ya tengamos un gobierno nuevo para ocuparse de los destinos de España. Demasiado tiempo, demasiados cambios y demasiados intereses creados para que podamos pensar que, aquellos que tienen cuentas pendientes con la Justicia, acaben por responder de ellas. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, sospechamos que Andalucía va a seguir dependiendo de los mismos. Que no se quejen.

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