No me dirán ustedes que no es la mejor Liga en muchos años. No lo digo por el buen fútbol o los maravillosos goles, lo digo por la emoción. No me dirán ustedes que no desean que llegue esta noche, a las 21 horas, para ver si el Madrid gana y sigue líder o pierde y cambia la tabla. No me dirán ustedes que la cosa no está que arde.

Pero no sólo por arriba, sino por abajo. La cosa no está decidida y cualquiera puede ganar o descender. No había Liga tan apretada desde hacía años. Siempre se ganaba con 3 y 4 jornadas de antelación y por amplia diferencia de puntos. Pero este año no. Este año el alirón se cantará en la última jornada. No sabemos si será merengón, azulgrana o con sabor a sevillana.

¿Y por abajo? Se pueden ir a Segunda dos de los históricos. Las cosas que tiene esto del fútbol. Y otros luchan por la UEFA. Aquí cada uno apurando para lo suyo. Las primas y los maletines no sirven para nada, porque todos se juegan algo. Aquí los de mitad de la tabla son los que viven más tranquilos estas horas.

Y claro, como no podía ser de otra manera, la prensa le busca los cinco pies al gato. La selección ha dado más que hablar por las polémicas alineaciones que por los goles y el juego y eso que sigue sin jugar. Pero claro, de algo hay que alimentarse y la polémica sacia el hambre en estos momentos de presión, emoción e incertidumbre.

Pues puestos a meter cizaña, metámosla. No creo que el Madrid gane la Liga. No se lo merece, pero el Barça tampoco. Equipos muy irregulares durante toda la temporada. Eliminados de Champions, Copa y dando más vaivenes que una noria entre la cabeza y el segundo puesto. El juego de ambos deja mucho que desear. El Madrid levantó cabeza, pero en los últimos dos partidos se las ha visto y deseado. Pero es que el Barça la agachó y ahora está resucitando.

A mi parecer, no me digan ustedes que no, el Sevilla se merece el campeonato. No por nada, y les habla una malaguista de pura cepa, pero las cosas hay que reconocerlas. El único equipo de Europa que ha mantenido tres luchas por campeonatos. Campeón de UEFA, metido en Champions y lleva años sin ganar una Liga. Además, han sido los más regulares. Cierto es que es el que peor lo tiene, pero bueno, las esperanzas no se pierden.

No me dirán ustedes que para gustos los colores. No me dirán ustedes que ahora, entre los dos colíderes, prima más el orgullo que otra cosa. El eterno rival, seguirá siendo siempre eterno y sea por las buenas o por las malas, hay que dejarlo fuera. Pero que sepan todos ustedes que la Liga acaba el fin de semana que viene y que hasta entonces, la emoción está servida.