El Gobierno de Estados Unidos ha solicitado este viernes al Tribunal
Supremo que se pronuncie en contra de la posibilidad de que los estados
prohíban el matrimonio homosexual en sus legislaciones internas.
El Departamento de Justicia ha presentado este viernes un escrito
'amicus curiae' --realizado por personas ajenas al proceso pero afectadas
por el mismo-- en los cuatro casos pendientes en el Supremo sobre los
enlaces entre personas del mismo sexo.
"Estas leyes discriminatorias causan daños concretos en las parejas
homosexuales y envían el mensaje de que ellas y sus hijos son familias
de segunda clase", ha dicho el representante gubernamental Donald Verrilli.
Verrilli ha argumentado ante el alto tribunal que la discriminación queda patente en que
hace a estas familias "no merecedoras del reconocimiento y de los beneficios que las
parejas de sexo contrario tienen garantizados".
El fiscal general, Eric Holder, ya adelantó el pasado 16 de enero que el Departamento de
Justicia presentaría un 'amicus curiae' "para urgir al Supremo a hacer de la igualdad del
matrimonio una realidad para todos los estadounidenses".
"El matrimonio entre parejas del mismo sexo debería ser legal. La gente debería ser
tratada de la misma manera (...) Y espero que el Tribunal tome la decisión correcta", dijo
poco después el presidente estadounidense, Barack Obama.
La Casa Blanca tomó esta decisión después de que el alto tribunal decidiera pronunciarse
definitivamente sobre si la Constitución estadounidense permite a los estados que
prohíban los matrimonios homosexuales.