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La Democracia inerte

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Vivimos un tiempo de ceguera, de ensayo permanente del ensimismamiento en nosotros mismos y en nuestro entorno . Nos hemos convertido así en perfectos transeúntes invidentes que no se fueron quedando ciegos, sino que nacieron ciegos al abrigo de una sociedad capitalista en la que vemos pero viendo no vemos, es esta la ceguera sobre la que ya reflexiono el magnífico José Saramago en su libro Ensayo sobre la Ceguera. Vivimos así esa enfermedad del yoismo hiperdimensionado que nos hace construirnos una realidad digital que nos hace cercanos a través del teclado al mundo pero al mismo tiempo impasibles con la realidad próxima que nos rodea.

Y es que , la sociedad está hoy muerta de revoluciones hegelianas, de contrapesos en forma de reacción social que hagan posible hacer frente a los dictados de los nuevos gerifaltes del poder económico. Hoy somos una ciudadanía huérfana de batallas , inerte de pasiones de cambio e impasible ante el dolor ajeno . La deshumanización e individualismo han curtido así hoy el alma de las sociedades del denominado primer mundo , sociedades que se muestran ante nosotros con los pilares de su democracia enfermos y decrépitos.

Sólo así ,se puede entender que la sociedad calle su ímpetu revolucionario con un simple “tweet” o un “estado” de facebook cuando en nuestro país una de cada cuatro personas esta en riesgo de exclusión social y en el umbral de la pobreza o cuando la justicia se palidece ante la presión de poderes económicos y políticos que hacen que el trato judicial para unos u otros sea diferente si tus apellidos son Blesa o Barcenas.

Y frente a esto, frente a una realidad que no entiende de cifras macroeconómicas y que extiende la exclusión y la desigualdad día tras día sólo nos cabe pasar de la indignación del Tweet a la acción transformadora de nuestro día a día, esa que hace posible que el cambio de construya a partir de nosotros mismos como diría Tolstoi para posteriormente pasar a nuestro entorno , ese en donde nuestra acción de solidaridad y reacción frente a la apatía del individualismo hagan posible conformar una sociedad más justa, libre e igualdad.

La Democracia inerte

Josu Gómez Barrutia
domingo, 1 de marzo de 2015, 13:04 h (CET)
Vivimos un tiempo de ceguera, de ensayo permanente del ensimismamiento en nosotros mismos y en nuestro entorno . Nos hemos convertido así en perfectos transeúntes invidentes que no se fueron quedando ciegos, sino que nacieron ciegos al abrigo de una sociedad capitalista en la que vemos pero viendo no vemos, es esta la ceguera sobre la que ya reflexiono el magnífico José Saramago en su libro Ensayo sobre la Ceguera. Vivimos así esa enfermedad del yoismo hiperdimensionado que nos hace construirnos una realidad digital que nos hace cercanos a través del teclado al mundo pero al mismo tiempo impasibles con la realidad próxima que nos rodea.

Y es que , la sociedad está hoy muerta de revoluciones hegelianas, de contrapesos en forma de reacción social que hagan posible hacer frente a los dictados de los nuevos gerifaltes del poder económico. Hoy somos una ciudadanía huérfana de batallas , inerte de pasiones de cambio e impasible ante el dolor ajeno . La deshumanización e individualismo han curtido así hoy el alma de las sociedades del denominado primer mundo , sociedades que se muestran ante nosotros con los pilares de su democracia enfermos y decrépitos.

Sólo así ,se puede entender que la sociedad calle su ímpetu revolucionario con un simple “tweet” o un “estado” de facebook cuando en nuestro país una de cada cuatro personas esta en riesgo de exclusión social y en el umbral de la pobreza o cuando la justicia se palidece ante la presión de poderes económicos y políticos que hacen que el trato judicial para unos u otros sea diferente si tus apellidos son Blesa o Barcenas.

Y frente a esto, frente a una realidad que no entiende de cifras macroeconómicas y que extiende la exclusión y la desigualdad día tras día sólo nos cabe pasar de la indignación del Tweet a la acción transformadora de nuestro día a día, esa que hace posible que el cambio de construya a partir de nosotros mismos como diría Tolstoi para posteriormente pasar a nuestro entorno , ese en donde nuestra acción de solidaridad y reacción frente a la apatía del individualismo hagan posible conformar una sociedad más justa, libre e igualdad.

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Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.

Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
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