Apreciada y apreciado lector siento ser yo este psicólogo positivo, el
que te diga que existen límites en nuestra positividad, pero al
mismo tiempo yo creo que es lo divertido de todo esto, por que al
final y como suelo decir muy a menudo en mis charlas sobre
Optimismo Inteligente, eres tu el único responsable, es decir, existe
un felicidad de Pico y Pala, no se si me entienden, de esas que por
donde vamos pone una señal: precaución, estamos en obras. Pues
por así decirlos amigo y amiga, estamos en un constante construir
nuestro bienestar. Para ello es imprescindible que pongas en tu vida
una serie de herramientas y recursos, es decir de competencias
para la vida como las llamo yo. En cuanto a los recursos te diría
existen recursos que se compran para conseguir algunos sueños,
quizás esa positividad no te los dará pero si te hará entrar en razón
y acabarás pensando que ese plan de vida no tiene mucho sentido
en mi vida ya que me genera muchísimo malestar.
Hace unas semanas, mientras rumiaba este razonamiento que te
presento hoy, puesto que había escuchado al colega y profesor
Gonzalo Hervas que apuntaba sobre los límites de la positividad,
pues al mismo tiempo, escuchaba una entrevista que le habían
realizado a la psicóloga Barbara Frederickson, una de las grandes
dentro de la psicología positiva, que ha centrado sus esfuerzos en
el estudio de las emociones positivas. En esa entrevista nos deja
una serie de afirmaciones sobre cómo abordar la felicidad.
Creo que es importante destacar en primer lugar que la psicología
positiva es una ciencia y por ende debe de ser abordada como tal,
porque según afirma la doctora Frederickson: “¿Un poco de
conocimiento es una cosa peligrosa?”. Sus últimas investigaciones
nos demuestran que la búsqueda de la felicidad es un arte delicado,
demostrando que ciertos enfoques que buscan la felicidad pueden
ser contraproducentes, mientras que otros son efectivos.
Es decir, debemos de poner especial cuidado en ver qué aspectos
de nuestra vida pretendemos potenciar, puesto que ciertas
actividades pueden llevar a resultados de infelicidad. Eso sucede
por ejemplo con el pensamiento positivo, tan de moda. Parece que
simplemente por implementar pensamientos positivos conseguimos
el efecto deseado, sin embargo estos son sólo una pequeña
aportación a nuestra felicidad, ya que en palabras de la psicóloga
solo te ayudan a crear una o dos emociones positivas.
Además debemos de destacar que si solo nos quedamos en el
campo mental, es decir si solo potenciamos el optimismo o la
actitud, o las ideas, y no disponemos de herramientas para
trasladarlos a nuestra vida, no se transformarán en una experiencia
sólida, con lo cual nuestro grado de bienestar no aumentará e
incluso caeríamos en el fracaso. Bajo esta perspectiva, tengamos
cuidado con las recetas de felicidad que nos venden.
Algunas pueden ser contraproducentes según indican algunos
estudios, así, el doctor en Psicología Positiva Gonzalo Hervas nos
dice que en ocasiones “hay que asumir los sinsabores de la vida
sobre todo cuando son inevitables, así como admitir con naturalidad
que quizás hay veces que no vamos a ser felices”. Los estudios
concluyen que potenciar las emociones positivas tienen un límite,
no existiendo atajos para ser feliz más que el trabajo personal a
través de potenciar en tu vida determinadas herramientas y no
únicamente poniendo énfasis en esa positividad fácil de todo vale
mientras seas optimista y sientas alegría y felicidad, solo te queda
el esfuerzo y trabajo personal. No llegues a tu límite de positividad,
y sobretodo si llegas piensa que todo lo puedes cambiar y como un
optimista inteligente de pico y pala, vuelve a construir otra realidad
en la que seas más feliz.