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Estados Unidos y el infierno de las drogas

Vietnam

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En Vietnam las drogas eran ilegales y peligrosas, aunque ello no impidió que la marihuana y el opio crecieran en los campos y en las bases americanas. Pero destacaba la heroína como la droga predilecta, como el último clavo del ataúd de muchos jóvenes soldados adictos.

El consumo de drogas estaba prohibido, si cogían a alguien con marihuana, opio o cualquier otra droga ilegal encima, tenía asegurado el consejo de guerra, y tras ello la venida de una fuerte condena, seguido por la degradación y encarcelación en Long Binh. Tras salir de la cárcel se debía de cumplir el resto del servicio en Vietnam. Este tipo de condena por posesión de drogas tenía otras consecuencias colaterales: ya no se tenía derecho a ningún subsidio estatal para soldados o veteranos y además las oficinas de empleo se negaban a contratar personas con tal historial. Sólo entre 1969 y 1970, unos 16.000 soldados de infantería fueron licenciados deshonrosamente por posesión de drogas. El consumo como un estilo de vida alternativo, con este auge de las drogas se implementó una amplia gama de accesorios, como los manuales de cultivo. Pero, igual que en occidente, la adicción a las drogas blandas daba paso a otra más mortal, el consumo de heroína.

A finales de los años sesenta y principios de los setenta, el consumo de drogas en algunas unidades en Vietnam alcanzó proporciones de gran calibre, casi epidémicas. Un informe que elaboró el Pentágono en 1973 estimaba que el 35 por ciento de todos los hombres alistados en el Ejército que sirvieron en Vietnam habían probado la heroína y que el 20 por ciento se hicieron adictos en algún momento de su servicio. ¿Por qué estaba tan extendido el consumo de drogas en algunas unidades en Vietnam? A finales de los sesenta, el consumo de marihuana estaba muy extendido entre los estadounidenses que cursaban estudios secundarios y superiores. En segundo lugar, el Sudeste asiático era uno de los mayores centros de drogas ilegales del mundo. La marihuana y el opio se cultivaban en el llamado “Triángulo de Oro” (donde confluyen Laos, Tailandia y Birmania), y esas drogas se obtenían fácilmente a través de Vietnam, a precios realmente bajos.

Existía un gran miedo por los agentes encubiertos. Los militares tenían la fama de introducir agentes encubiertos en unidades para expiar el consumo de drogas. Estos soldados americanos compraban los porros y cigarrillos en los pueblos o a jóvenes vietnamitas que trabajaban en la base norteamericana. El precio que normalmente se pagaba era de un dólar por 10 gruesos cigarrillos ya liados, por 10 dólares se podía comprar una lata de café repleta de marihuana suelta. La marihuana también se vendía empaquetada en lo que parecían cigarrillos normales, dentro de paquetes de tabaco de marcas norteamericanas como Winston, el precio de estos cartones solía rondar los 10 y 15 dólares. A veces, cuando los soldados iban a comprar a los pueblos, pagaban algunos dólares de más y la mamá san de la casa donde vendían los porros los pintaba con opio. Conforme la guerra iba perdiendo todo su sentido, más militares se pasaban al consumo de drogas, llegando a ser un problema muy grave.

El Ejercito implanto programas y campamentos de rehabilitación para ayudar a los soldados adictos a consumir drogas, se repartían píldoras a los soldados para quitarles el hábito a las drogas, se les reeducaba con vistas a un modo de vida más saludable, muchos de ellos al volver a casa seguían fumando marihuana, pero con el paso del tiempo y tratamientos se desintoxicaron. A los soldados adictos a la heroína se les administraba una cura constituida por metadona, esto era importante porque la drogadicción en las Fuerzas Armadas de EE UU de Vietnam era un problema muy peligroso. A parte de los obvios, un soldado adicto era visto como una amenaza durante una situación de combate para sí mismo y sus compañeros. Muchos soldados hablan de la experiencia de las drogas desde un prisma de positivismo, es decir, hablan de las drogas como algo que les ayudo en momentos duros, a soportar una guerra cruenta, según ellos la drogadicción les ayudo a sobrevivir.

Vietnam

Estados Unidos y el infierno de las drogas
Jesús Campos
miércoles, 4 de febrero de 2015, 08:12 h (CET)
En Vietnam las drogas eran ilegales y peligrosas, aunque ello no impidió que la marihuana y el opio crecieran en los campos y en las bases americanas. Pero destacaba la heroína como la droga predilecta, como el último clavo del ataúd de muchos jóvenes soldados adictos.

El consumo de drogas estaba prohibido, si cogían a alguien con marihuana, opio o cualquier otra droga ilegal encima, tenía asegurado el consejo de guerra, y tras ello la venida de una fuerte condena, seguido por la degradación y encarcelación en Long Binh. Tras salir de la cárcel se debía de cumplir el resto del servicio en Vietnam. Este tipo de condena por posesión de drogas tenía otras consecuencias colaterales: ya no se tenía derecho a ningún subsidio estatal para soldados o veteranos y además las oficinas de empleo se negaban a contratar personas con tal historial. Sólo entre 1969 y 1970, unos 16.000 soldados de infantería fueron licenciados deshonrosamente por posesión de drogas. El consumo como un estilo de vida alternativo, con este auge de las drogas se implementó una amplia gama de accesorios, como los manuales de cultivo. Pero, igual que en occidente, la adicción a las drogas blandas daba paso a otra más mortal, el consumo de heroína.

A finales de los años sesenta y principios de los setenta, el consumo de drogas en algunas unidades en Vietnam alcanzó proporciones de gran calibre, casi epidémicas. Un informe que elaboró el Pentágono en 1973 estimaba que el 35 por ciento de todos los hombres alistados en el Ejército que sirvieron en Vietnam habían probado la heroína y que el 20 por ciento se hicieron adictos en algún momento de su servicio. ¿Por qué estaba tan extendido el consumo de drogas en algunas unidades en Vietnam? A finales de los sesenta, el consumo de marihuana estaba muy extendido entre los estadounidenses que cursaban estudios secundarios y superiores. En segundo lugar, el Sudeste asiático era uno de los mayores centros de drogas ilegales del mundo. La marihuana y el opio se cultivaban en el llamado “Triángulo de Oro” (donde confluyen Laos, Tailandia y Birmania), y esas drogas se obtenían fácilmente a través de Vietnam, a precios realmente bajos.

Existía un gran miedo por los agentes encubiertos. Los militares tenían la fama de introducir agentes encubiertos en unidades para expiar el consumo de drogas. Estos soldados americanos compraban los porros y cigarrillos en los pueblos o a jóvenes vietnamitas que trabajaban en la base norteamericana. El precio que normalmente se pagaba era de un dólar por 10 gruesos cigarrillos ya liados, por 10 dólares se podía comprar una lata de café repleta de marihuana suelta. La marihuana también se vendía empaquetada en lo que parecían cigarrillos normales, dentro de paquetes de tabaco de marcas norteamericanas como Winston, el precio de estos cartones solía rondar los 10 y 15 dólares. A veces, cuando los soldados iban a comprar a los pueblos, pagaban algunos dólares de más y la mamá san de la casa donde vendían los porros los pintaba con opio. Conforme la guerra iba perdiendo todo su sentido, más militares se pasaban al consumo de drogas, llegando a ser un problema muy grave.

El Ejercito implanto programas y campamentos de rehabilitación para ayudar a los soldados adictos a consumir drogas, se repartían píldoras a los soldados para quitarles el hábito a las drogas, se les reeducaba con vistas a un modo de vida más saludable, muchos de ellos al volver a casa seguían fumando marihuana, pero con el paso del tiempo y tratamientos se desintoxicaron. A los soldados adictos a la heroína se les administraba una cura constituida por metadona, esto era importante porque la drogadicción en las Fuerzas Armadas de EE UU de Vietnam era un problema muy peligroso. A parte de los obvios, un soldado adicto era visto como una amenaza durante una situación de combate para sí mismo y sus compañeros. Muchos soldados hablan de la experiencia de las drogas desde un prisma de positivismo, es decir, hablan de las drogas como algo que les ayudo en momentos duros, a soportar una guerra cruenta, según ellos la drogadicción les ayudo a sobrevivir.

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